Unos pequeños monstruos venidos del espacio vuelven a la Tierra, tras un primer viaje, para arrasar con todo lo que encuentran a su paso…
Maddy, Gus y Austin son una chica y dos chicos en una misión para la que no tienen permiso. Cada uno es especialista en un campo: escalar, genio de los ordenadores y maestro de la mecánica. Su tarea: robar uno de los más impenetrables bancos para salvar a su padre con problemas. Su plan está a prueba de contratiempos y sus métodos son ingeniosos. Y eso que todavía no tienen edad para conducir...
Elle acaba de romper con su novia Olive, cuando su nieta Sage aparece inesperadamente pidiéndole dinero con urgencia. Aún dolida por su ruptura sentimental, la abuela Elle y Sage pasarán todo el día intentando conseguir dinero visitando a antiguos amigos, lo que hará que comiencen a desvelarse secretos del pasado. Mi abuelaCritica:Tres protagonistas. Tres mujeres. Tres desencantos. Abuela, hija y nieta, cada una con sus dramas particulares, sus historias de amor y desamor, éxito y fracaso, encuentro y desencuentro, frustración y contento, querellas mutuas y amor larvado. El desengaño es el motor de este relato modesto, de bajo presupuesto, que se desarrolla durante una única jornada, una contrarreloj para conseguir reunir el dinero necesario para practicar un aborto a la imprudente nieta que se encuentra con un embarazo no deseado de un medio novio botarate que se desentiende de la situación con un cuajo irritante. Mi abuelaNo deja de sorprender que el director y guionista de la cinta, Paul Weitz, sea un hombre, porque la sensibilidad y delicadeza que muestra hacia el alma y los problemas de las mujeres es encomiable, por lo general más asociada a proyectos de mujeres para mujeres. Resulta reconfortante que surjan historias tan interesantes donde la mujer es la protagonista de su vida y los hombres quedan relegados a meros comparsas pendencieros. Sin embargo, no se trata de un filme feminista al uso (es decir, una protesta vocinglera del rol de la mujer y una denuncia ciega del papel del hombre), sino de un relato sensible y sigiloso de las inseguridades, incongruencias, obstinaciones y desvaríos de tres mujeres que buscan su propio camino en un mundo abotargado por la testosterona. Mi abuelaPor ello, una de sus virtudes más reseñables es que encuentra un tono reivindicativo pero no excluyente, más atento a crear personajes interesantes que a defender obstinadas tesis trasnochadas u obsoletas. No hay odio o rencor en la mirada, sino mucho amor y mucha compasión que se contagia al espectador. Las mujeres que retrata no son perfectas y es esa encomiable riqueza de matices, contradicciones, errores y aciertos, huidas y reencuentros los que avalan su efectividad y su acierto. Ellas buscan soluciones y no siempre aciertan, pero se responsabilizan de su vida y se enfrentan con valentía y coraje a los absurdos zigzagueos del destino.Además cuenta con unas excelentes interpretaciones de todo el elenco. Sobre todo destaca una excelsa Lily Tomlin, tierna y vulnerable pantera que trata de disimular su gran corazón tras una fachada de arrogancia y descaro. Ella aborda su personaje a tumba abierta y es una gozada verla salir triunfante del desafío. A igual altura resplandece, en un breve papel, Marcia Gay Harden. Su mirada y su lenguaje corporal son impagables. Mi abuela
Después de muchos años, su antiguo entrenador de basquet muere y cincos amigos deciden pasar un fin de semanas -ahora con sus respectivas familias- en la casa donde celebraron, antaño, el campeonato. Grown Ups Son como niñosCritica:Se le puede poner un siete a una película boba y simplona como esta? En mi humilde opinión, sí. No se puede medir igual una cinta de suspense o un thriller psicológico que un película de risa. Está claro que incluso ahí hay niveles, estando los Monty Phyton en lo más alto, pero vamos, que tampoco estamos hablando aquí de una tontuna de Eddie Murphy. Son como niñosDennis Dugan, director de confianza de Adam Sandler, se pone aquí detrás de las cámaras, aunque lo cierto es que tiene poco trabajo. Aquí no hay montaje, iluminación, ni nada que recuerde al concepto más puro del cine. Dugan solamente deja hacer a su repóker de actores y poco más. Trompazos, chistes escatológios y sexuales, tópicos requemados... Todo eso es lo que vemos en 'Niños grandes', una comedia hecha para gente que no exija ver obras maestras cada vez que le de al play. El guión es el típico de este tipo de comedias, aunque con ese clásico toque "revelador" que siempre aparece en la combinación Sandler-Dugan, que está de más, al intentar meterse en un mundo que no le corresponde. Son como niñosAdam Sandler, ese actor que dijo que no era más guapo, más listo ni mejor actor que nadie, pero que sin embargo era multimillonario, nos demuestra aquí el motivo. Se rodeo de sus amigos para formar el quinteto inicial de la película y pone a otro de ellos detrás de las cámaras. Todos saben lo que deben hacer. Rob Schneider, un apasionado de los papeles extravagantes, cumple en su sitio, aunque es el más discreto. Chris Rock, al que normalmente detesto, aquí está bastante bien, posiblemente porque es el que menos importancia tiene. David Spade, otro de los actores de la inagotable cantera de 'Saturday Night Live', sorprende para bien, siendo el personaje más gracioso por sí mismo. Kevin James es sin duda el otro gran activo de la película. El tipo se siente cómodo siendo el gordito bailongo y se le ve muy natural haciendo lo que le gusta. Son como niños
Arturo es despedido de su empresa al aplicar un algoritmo que él mismo ha ayudado a crear y que hace innecesario su trabajo. Tras perder empleo, casa y pareja, su salida a la desesperada es convertirse en repartidor en bicicleta de una 'app' de envíos. Su único solaz será una inteligencia artificial femenina desarrollada por la propia empresa de 'riders' con la que podrá desahogarse tras los duros días de trabajo. Arturo y el algoritmo CriticaNos encontramos con una producción italiana realizada con pocos medios pero con mucho gusto. Respira ideas, creatividad y sobre todo el clásico estilo italiano. La dirección demuestra oficio y poco más; totalmente centrada en contarnos la historia y tratando en todo momento de mantener un buen ritmo. Lo consigue y no resulta aburrida. La historia no es que sea muy original pero está bien planteada y desarrollada. Con un toque de comedia y de humor negro, aborda esto que está tan de moda como es la Economía Social y Circular, basada en microtransacciones entre las personas, en las que el único que se beneficia es el Gurú de turno y que basicamente consiste en la explotación miserable de los trabajadores, a través de máquinas controladas por un algoritmo informático. Hace una acertada crítica social, nos hace cómplices de estos abusos y nos reímos mientras no nos toque a nosotros. Los protagonistas estàn bien, simplemente correctos y convincentes en sus respectivos papeles; sin exageraciones. Arturo y el algoritmo
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