Una famosa autora junta a sus amigos para divertirse y cerrar viejas heridas en un crucero, con su sobrino allí para hablar con las chicas y enamorarse de una joven agente literaria..... Déjales hablarCritica: Reconozco que me atraen las películas de reencuentros, donde varios personajes con un pasado común van deshojando sus frustraciones, reproches y secretos. Es un subgénero que admite muchos enfoques y se ha explotado hasta la saciedad, pero con un buen guion y actores competentes sigue funcionando. En “Déjales hablar” tres mujeres mayores que fueron amigas en la universidad y siguieron caminos distintos comparten travesía en el Queen Mary 2, con la excusa de acompañar a la más exitosa de las tres, escritora de prestigio, a la entrega de un premio. Dicho así, parece un argumento trillado, que solo pueden sostener actrices del talento de Meryl Streep, Dianne Wiest y Candice Bergen, pero la película de Soderbergh es mucho más que eso, para bien y para mal. Empiezo por ¿lo malo?: Ocurre con algunas películas de este director (por ejemplo “Efectos secundarios”), que una no sabe muy bien a qué atenerse. Transita por varios géneros sin asomo de rubor, usando una fotografía realista y cierto toque documental. No considera necesario establecer fronteras, ni declararse rojo o azul, así que puede frustrar a quienes necesiten concreción. Dicho de otro modo: ¿usted es de derechas o de izquierdas?, ¿esto es un drama o una comedia? Lo bueno es todo lo demás: Los específicos conflictos de algunos personajes me resultan interesantes. Por ejemplo, Alice (Meryl Streep) mira por encima del hombro a un escritor superventas con el que coincide en el viaje y hace un comentario sutilmente hiriente a propósito de que tarda, como mucho, cuatro meses en completar una novela. Para ella cada palabra debe ser tan precisa, tan específica, tan única, que no está satisfecha con nada. A lo largo del filme reitera su admiración por una escritora inglesa que murió sin obtener ningún reconocimiento y que incluso tras su muerte (hecho que suele dar puntos a los artistas) solo es apreciada y comprendida por un selecto grupo. Sus compañeras de viaje, que se ven obligadas a leer una novela de la citada escritora, prefieren mil veces las tramas trepidantes del prolífico escritor de novelas de suspense..... Déjales hablar
Un joven de diecisiete años viaja desde Londres a los Alpes austríacos para asistir al legendario internado de Mozart. Allí descubre un pasadizo olvidado con siglos de antigüedad hacia el fantástico mundo de "La flauta mágica" de Mozart.....La flauta de MozartCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... La flauta de Mozart
En Egipto, hace miles de años, el faraón Seti ordena el ahogamiento de todos los bebés judíos. Una madre desesperada coloca a su bebé en una cesta río abajo y deja que Dios la guíe hasta la orilla en donde será hallada por la reina y el bebé, Moisés, criado como hermano del heredero al trono, Ramsés. Años después los hermanos se distanciarán por el descubrimiento de los orígenes hebreos de Moisés.
Una enfermedad que convierte a los infectados en zombis caníbales arrasa Europa. Años más tarde, habiendo encontrado una cura, los antiguos enfermos se reintegran en la sociedad pero recuerdan perfectamente las atrocidades que cometieron.
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