Un asesino a sueldo aparentemente de sangre fría es asignado para hacerse amigo de una prostituta, pero todo el infierno se desata cuando se le asigna para matarla....American BadgerCriticA: una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... American Badger
Luciana es una inmigrante indocumentada que lucha por sobrevivir en los Estados Unidos, y que tratará de encontrar la redención de un pasado tormentoso a través de un peligroso juego.
Inspirado en la colección de crímenes reales de Ann Rule, Mortal Danger and Other True Cases. Paul Carter era como un caballero de brillante armadura cuando conoció a la asistente de vuelo Grace Tanner y la llevó a una apasionada historia de amor. Pero el hombre de sus sueños rápidamente se convirtió en su pesadilla cuando su rabia celosa finalmente lo llevó a un ataque brutal. Increíblemente, Grace pudo escapar y esconderse. Temiendo por su vida y la seguridad de otras mujeres que Paul podría seducir, Grace trabaja con la policía para llevar a Paul ante la justicia....Sleeping with DangerCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia....Sleeping with Danger
El millonario sin escrúpulos Mike Regan comienza a ver cómo su idílica vida familiar y empresarial se tambalea cuando un joven hacker de su empresa se siente ninguneado por Regan y empieza a hacerle la vida imposible a él y a su hija controlando sus aparatos electrónicos y de comunicación.
Tras su último trabajo, Jimmy Bobo (Sylvester Stallone), un implacable asesino a sueldo de Nueva Orleáns, sufre un ataque inesperado por parte de Keegan (Jason Momoa), una imparable máquina de matar que ejecuta sin contemplaciones a su compañero (Jon Seda). Dispuesto a vengarse, Jimmy se ve obligado a colaborar con Taylor Kwon (Sung Kan), un detective de la policía poco partidario de los métodos expeditivos. Sin embargo, pronto descubrirá que Jimmy es el arma más eficaz para acabar con una peligrosa organización que ha corrompido a la policía y a las altas esferas de una ciudad devastada por el huracán Katrina. Bullet to the Head El ejecutorCritica:Walter Hill es un director de los míos. Uno de esos directores que conocí cuando el cine empezaba a interesarme a principios de los años ochenta. Por aquella época, él se estaba forjando una filmografía que no estará a la altura de un Coppola o Scorsese, pero que tiene un sello personal lo suficientemente identificativo y un saber hacer más que digno. Recuerdo, a bote pronto, títulos como “Silverado” o “Límite: 48 horas”. No eran grandes títulos, pero te devolvían con creces el dinero que habías pagado por la entrada. El ejecutorDesconozco porque Hill ha estado en un relativo dique seco estos últimos años, en los que no paran de salir nuevos directores cinematográficos de efímera carrera y fugaz recuerdo, pero me alegro de que Silvester Stallone se haya acordado de él para dirigir este proyecto que al parecer se había quedado huérfano de director. El film es como siempre en Hill: metraje contenido, personajes con un código moral, aunque discutible, secuencias de acción bien rodadas que no se comen a otras de estudio de personajes etc… En resumen, una obra con músculo y poca grasa, quizás no demasiado sesuda, pero tampoco situada en el otro extremo; un film, ya para acabar, que no pretende engañar a nadie. El ejecutor
El Dr. Alex Cross es un psicólogo y teniente de policía que ahora vive en Detroit con su esposa María y sus hijos. Después de enterarse de que María está embarazada, Cross considera aceptar un trabajo como perfilador del FBI. Mientras tanto, un hombre participa en un combate clandestino y seduce a la empresaria Fan Yau. Mientras en una escena del crimen, Cross encuentra un dibujo en carboncillo dejado por el asesino al estilo del artista Picasso. Mientras examina el boceto, Cross deduce que el próximo objetivo de "Picasso" es el empresario alemán Erich Nunemarcher. Picasso intenta matar a Nunemarcher pero es frustrado por Cross, y escapa después de ser disparado por el compañero de Cross Tommy Kane. Cross deduce que Picasso también planea apuntar al CEO multimillonario Giles Mercier.
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