La excepción a la regla

Hollywood, año 1958. La joven baptista Marla Mabrey (Lily Collins) llega desde una pequeña población del medio oeste a Los Angeles para trabajar para el magnate y millonario Howard Hughes (Beatty). En el aeropuerto conoce al chófer de su jefe, el joven Frank Forbes (Alden Ehrenreich), que apenas lleva dos semanas trabajando y resulta ser una persona también muy religiosa. Su inmediata atracción mutua pondrá sus convicciones a prueba además de romper la regla número 1 del Sr. Hughes: está prohibido que sus empleados intimen con sus actrices. Rules Don't Apply reglaCritica:Con un Warren Beatty de plena actualidad por su desafortunado desatino en la gala de los Oscars, llega a nuestras pantallas 'La Excepción a la Regla', su nueva película como director tras 18 años de silencio cinematográfico, en una carrera poco prolífica tras las cámaras donde su mayor logro hasta la fecha fue aquel monumental drama político titulado 'Rojos' (1981). El que fuera una de las personas más influyentes de Hollywood y uno de los galanes más cotizados, regresa como actor y director para volver a indagar en una de las figuras más enigmáticas y poderosas de los Estados Unidos, el magnate Howard Hughes, al que ya se acercó Martin Scorsese con 'El Aviador' (2004), aunque ambas películas retratan épocas distintas de su vida. reglaInspirada libremente en personajes y anécdotas reales, Beatty escribe un guion que aspira aire de cine clásico, pero que sirve al espectador con una historia que abre varios frentes y no profundiza lo suficiente en ninguno, a través de un extraño montaje precipitado y errático que, en ocasiones, parece un work in progress más que una película acabada. Tampoco encuentra el tono adecuado, moviéndose entre la comedia y el drama romántico, pero sin la pulsión pasional para que la historia de amor central resulte apasionante, ni tan siquiera interesante. Tan sólo la excentricidad del personaje de Beatty y su contraste con el entorno, nos regala algunos momentos curiosos donde el actor-director se muestra más acertado en su puesta en escena (el viejo Hughes tras la cortina, las hamburguesas frente al avión, la sempiterna presencia en su vida de las proyecciones cinematográficas y los recuerdos grabados en cinta magnética...), pero son insuficientes para elevar un relato que discurre siempre en segundo término, por debajo del significado del personaje real, quedándose en un mero acercamiento epidérmico. regla