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Mason Skiles (Jon Hamm) es uno de los diplomáticos más importantes de Estados Unidos que abandonó el Líbano en la década de los 70 tras un trágico incidente. Diez años más tarde, la CIA lo llama de vuelta a un Beirut devastado por la guerra con una misión que sólo él puede cumplir. Mientras tanto, una agente de la CIA (Rosamund Pike) que trabaja encubierta en la embajada estadounidense tiene la tarea de mantener a Skiles con vida y asegurar que la misión sea un éxito. Sin saber quién está de su lado y con vidas en juego, Skiles debe superar todos los obstáculos para exponer la verdad. El rehénCriticaPuntuación: 6,5Situemos la acción A finales de los años 60, tras ser expulsada la organización palestina OLP de Jordania por fomentar un golpe de estado, fueron acogidos por el Líbano. Lo que pretendió ser un gesto humanitario, se convirtió en una pesadilla para el gobierno libanés, porque Arafat y compañía siguieron desde allí su campaña contra Israel, con lo que hizo que éste reaccionara con ataques militares. Posteriormente seguiría la fundación de Hamas en 1987, y la intervención en el conflicto de Irán y Siria. Todo ello complicó el destino del Líbano.La caótica situación de Oriente Medio siempre ha sido fuente de inspiración para crear tramas complejas, repletas de conspiraciones, coaliciones y enemistades, estrategias geopolíticas, debido a los múltiples conflictos que a menudo se han fermentado en países como Siria, Israel, Irán o el Líbano durante décadas. Hay toda una serie de estados y organizaciones que luchan por el poder en la zona. El origen del conflicto está motivado tanto por cuestiones religiosas como económicas (influencia y dinero).Hacer un seguimiento de quién se está peleando con quién, por qué y para quién es casi imposible para legos en la materia, más aún si dentro de un país los grupos están peleándose entre sí. El Rehén no es una excepción, y la ciudad de Beirut donde se desarrolla la acción, es la punta del iceberg de una narrativa enmarañada, con mucha información, a veces excesiva, difícil de digerir tanto para iniciados como para doctos en la materia.Más cerca de John Le Carré que de Jason BourneRivalidades internas entre los servicios de inteligencia y los grupos terroristas, enredos casi inescrutables entre todas las partes implicadas, forman un cóctel perfecto para crear un escenario propio de las mejores novelas del maestro John Le Carré. El director Brad Anderson nos muestra un mundo cínico lleno de personajes oscuros donde el destino de las personas e incluso de poblaciones enteras no cuentan para nada.El encargado de realizar el guion de este thriller político es Tony Giroy quien ha demostrado repetidamente su debilidad por historias extremadamente intrincadas. Esto se puede apreciar fácilmente tanto en sus trabajos como director en “Michael Clayton” (2007) y “Duplicity” (2009), como en sus cuatro guiones para la saga “Bourne“. Ahora con El Rehén, intenta describir de forma extensa, el conflicto del Líbano en todas sus facetas políticas, económicas y sociológicas.Los fanáticos del cine de acción es fácil que no acaben muy contentos con El Rehén, porque el enfoque de Brad Anderson no es crear escenas repletas de acción y adrenalina. Su intención no es simplemente satisfacer la necesidad del espectador por disfrutar con explosiones en cada esquina y dejarlo sin aliento. Mas bien, se trata de un cine más intrincado, cuya finalidad es hacer reflexionar y pensar, a través de copiosos y profundos diálogos, y de dar entrada a oscuros y complejos personajes. En definitiva, una película mas cerca de John Le Carré que de Jason Bourne.El Rehén se queda a medio caminoLa película se mueve de forma eficaz en dos órbitas narrativas bien diferentes. Por un lado, el drama humano del personaje principal, Mason Skiles, interpretado magníficamente por Jon Hamm (con registros muy parecidos al mítico Don Draper de la serie “Mad Men“), un hombre roto, ebrio y obsesionado, caminando hacia lo desconocido sin la más mínima esperanza en el horizonte. Y por otro lado, el thriller político, donde Skiles tiene que mostrar todo su valor para enfrentarse a personajes corruptos, conspiradores y terroristas.El Rehén tiene todos los elementos necesarios para crear un thriller tenso y triunfar sin embargo se queda a medio camino, una sensación de que falta algo, quizás porque no se involucra por completo. Por ejemplo, la película pierde una gran oportunidad para profundizar en la relación entre Mason Skiles y Karim. Observamos a Karim desamparado continuamente debido a sus conflictos internos, sin embargo, El Rehén no profundiza en dichos conflictos. Una pena.ConclusiónEl Rehén no aporta nada nuevo al género, es mas bien un film predecible, sin embargo, resulta interesante y entretenido. A resaltar, las buenas actuaciones del reparto y algún tipo de diálogo convincente, capaz de profundizar en los personajes. Quizás porque el final está claramente predestinado y, a pesar de que el escenario donde se desarrolla la acción es una bomba de relojería, curiosamente no sentimos que los personajes estén nunca en grave peligro. El rehén
Cubriendo la vida y los tiempos de uno de los héroes más emblemáticos de Occidente, Wyatt Earp teje una intrincada historia de Earp, sus amigos y familiares. Con un elenco repleto de estrellas, una cinematografía impactante y trajes auténticos, Wyatt Earp abrió el camino durante el renacimiento occidental en los años 90.
Finn (Matthew McConaughey) y Tess (Kate Hudson) son un matrimonio que se dedican a la búsqueda de tesoros, pero que atraviesan una aguda una crisis matrimonial. Parece que encontrar una gran fortuna sería la única manera de salvar su relación.
Después de sobrevivir a un accidente, la paramédica Cassandra Webb comienza a desenvolver sus habilidades clarividentes. Obligada a enfrentar revelaciones sobre su pasado, forja una relación con tres mujeres jóvenes destinadas a futuros poderosos... si todas pueden sobrevivir a un presente mortal.
Un grupo de soldados renegados roba un arma química y toma la antigua cárcel de Alcatraz con 81 turistas como rehenes. Su líder, un general del ejército muy condecorado, pide 100 millones de dólares para entregárselos a las familias de los soldados muertos en operaciones secretas llevadas a cabo por el ejército. Un equipo de élite y un recluso, que en su día pudo huir de Alcatraz, y que conoce los pasadizos que pueblan la prisión, tratarán de evitar que una gran catástrofe se produzca.
En tiempos de guerra, una mujer milanesa forma una banda de marginados para organizar el complejo robo de un legendario tesoro de Benito Mussolini.... El robo a MussoliniCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... El robo a Mussolini
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