Esta es la historia de Richie y su viaje para convertirse en el mejor artista de rap de los Países Bajos. Una noche es asaltado violentamente por un grupo de adolescentes y pierde su posesión más preciada: un reloj caro. Cuando las imágenes del humillante robo se vuelven virales, la reputación ganada con tanto esfuerzo de Richie se daña.
Jon Martello (Joseph Gordon-Levitt), un joven adicto al sexo en general y al porno en particular, intenta ejercer algún tipo de control sobre sí mismo. Jon tiende a deshumanizarlo todo: su apartamento, su coche, su familia, su iglesia y las mujeres. Sin embargo, hasta los ligues más sofisticados no pueden compararse con el placer que obtiene viendo pornografía en su ordenador. Insatisfecho con su vida, decide cambiar. Gracias a la relación con dos mujeres muy distintas, Barbara (Scarlett Johansson) y Esther (Julianne Moore), aprenderá grandes lecciones sobre la vida y el amor.Don Jon Don JuanCritica:Joseph Gordon-Levitt es uno de los mejores y más populares actores de la actualidad. Pese a tener una eterna cara de joven guapetón y algo pillo (sobre todo cuando sonríe del todo), es versátil a su medida y bien puede ser un hombre enamorado de una mujer difícil (500 días juntos) o un policía con mucha voluntad (El caballero oscuro: La leyenda renace) entre muchos otros. El salto a la dirección me llamó muchísimo la atención y quería ver qué haría. Dado el argumento, bien podríamos hacer un cierto paralelismo con la dura película "Shame", pero a su manera (claro está, en esta película jamás se contemplará el sufrimiento ni la dureza de aquella):Aquí tenemos a un joven (apodado Don Jon, a modo de su habilidad de ser todo un "Don Juan" sexual con las mujeres) que cuida y fuerza su cuerpo en el gimnasio, contempla y admira su lujoso coche, está con su familia muy peculiar, gasta tiempo con sus amigos y es adicto al sexo y al porno. La rutina le funciona hasta que se enamora de una despampanante mujer (Johansson, está genial aquí). Entonces, se verá obligado a hacer algunos cambios por estar con ella e intentar conquistarla. Pero, ¿podrá Jon soportar esos "cambios?... Don JuanEl argumento puede ser el típico de una comedieta, y de hecho la película casi comienza siendo una diversión gamberra capitaneada por un Gordon-Levitt bastante más mazas de lo que estaba antes, en estado de gracia y demostrando por qué es uno de los mejores actores jóvenes actuales. No obstante, ésa es sólo la premisa. Una vez que la película avanza y se desarrolla, la historia esconde más conflictos que son más que pillar al protagonista viendo porno. Por efectuar una comparativa, puede que esta entrega no llegue del todo a la profundidad y sorpresa de "500 días juntos", pero "Don Jon" no sólo logra entretener y gustar a las mil maravillas sino que encierra algunos ases en el guión que humanizan aún más a los personajes y logran efectuar la conexión suficiente con el público de tal manera que la película logre embaucarte más. Un ejemplo de ello es el gancho del personaje de Julianne Moore (para mi sorpresa, genialmente aprovechada aquí) y su historia personal. Don Juan
Una joven pareja acepta un trato y se muda a una casa de ensueño para salvar su matrimonio. Pronto, eventos inquietantes revelan el turbulento pasado de su nuevo hogar.... Mudanza mortalCritica: esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Mudanza mortal
Año 1183. El rey de Inglaterra Enrique II Plantagenet reúne a toda su familia para pasar las Navidades y decidir quién le sucederá en el trono. Manda llamar a su esposa, la maquiavélica Leonor de Aquitania, a quien mantiene encerrada en una torre después de haberla repudiado, y también a sus tres hijos: el taimado Geoffrey, el insignificante John (Juan sin Tierra) y el colérico Richard (Ricardo I Corazón de León). Conviene tener en cuenta que, algunos años antes (1173-1174), los tres, incitados por su ambiciosa madre, se habían sublevado contra su padre.
Bri, una joven rapera e hija de una leyenda del hip hop underground que murió justo antes de triunfar. La leyenda de su padre lo convierte en un acto difícil de seguir, pero entre el acoso de Bri y ver a su madre luchar después de perder su trabajo, ella vuelca su frustración en canciones que se convierten en grandes éxitos virales.....On the Come UpCritica: Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... On the Come Up
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