Después de haber sido contaminadas con una misteriosa sustancia química, llamada Ooze, cuatro tortugas que viven en las alcantarillas de Nueva York se transforman y mutan, de repente, en grandes tortugas. Ahora pueden hablar y caminar como un ser humano. Entrenadas por una vieja pero sabia rata (el Maestro Splinter) las cuatro tortugas, Leonardo, Miguel Ángel, Donatello y Rafael, aprenderán técnicas ninja para enfrentarse a los más peligrosos criminales. Sus enemigos son los miembros de una secta llamada "El clan del pie", liderada por Shredder, quien quiere convertirse en el amo del mundo.
En medio de la calle y a plena luz del día el joven Stu Shepard (Colin Farrell), un ambicioso publicista de Nueva York, se encuentra de repente atrapado en una cabina telefónica debido a las amenazas de un francotirador armado con un rifle con mira telescópica que le está apuntando: si cuelga el aparato, morirá.
En el París de los años 30, una actriz famosa por sus sangrientas escenas en el Grand Guignol se enfrenta a un misterioso acosador y a los fantasmas de su pasado. La mujer más asesinada del mundoCriticaLo cierto es que «La mujer más asesinada» del mundo tiene un argumento curioso; su propio título lo es, no vamos a engañarnos, pero me parece que no cumple las expectativas.La película empieza de un modo un poco desconcertante, porque altera un tanto el orden temporal. De hecho rebobiné para cerciorarme de quién es el muerto. Puede que no sea muy importante, pero es mejor tener las cosas claras. La historia se ambienta en el París de los años treinta pero que parecen más los cuarenta. El contexto histórico está chulo, es atrayente, y el mundillo de los teatros tradicionales es un buen punto de partida. En el Grand Guignol la mayor atracción es la actriz Paula y sus representaciones de obras gores, en las que ha muerto miles de veces. El componente sádico de la historia es innegable. El deseo de ver sufrir a una mujer, y más si es bella, es algo del más profundo Ello, como diría Freud, y esta película utiliza ese impulso del ser humano para hacer un thriller en el que también encontramos tendencias masoquistas e incluso voyeuristas. Pero que no es una cosa muy cruda ni desagradable, que conste.Su problema es que hay, contradictoriamente, poco thriller. La historia del periodista sobra, o al menos no debería estar de esta manera, tan metida de pronto; ¿qué está haciendo? ¿Investigar? ¿Por qué? Las visiones de Paula, otra sacada de la manga que desvían la atención de lo que debería haber sido una película pura de intriga.Eso sí, el atrezo y los efectos especiales del teatro Guignol, sobre todo en la obra del corazón, son magníficos, lo que me ha llevado a pensar que el terror en directo sería mucho más efectivo que en el cine. Ahí lo dejo. La mujer más asesinada del mundo
No volver a mostrar