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Fred Ballinger (Michael Caine), un gran director de orquesta, pasa unas vacaciones en un hotel de los Alpes con su hija Lena y su amigo Mick, un director de cine al que le cuesta acabar su última película. Fred hace tiempo que ha renunciado a su carrera musical, pero hay alguien que quiere que vuelva a trabajar; desde Londres llega un emisario de la reina Isabel, que debe convencerlo para dirigir un concierto en el Palacio de Buckingham, con motivo del cumpleaños del príncipe Felipe. YouthCritica:Puede sonar a perogrullada, pero el espíritu de La gran belleza sigue presente en Paolo Sorrentino. En su última película, Youth, explora el paso de los años, las decisiones que uno toma en su juventud y el resultado que se obtiene con ellas. Pone una mirada en el pasado para analizar el presente y el futuro, sin olvidarse de incluir su peculiar mirada artística. Michael Caine interpreta a un director de orquesta, ya retirado, al que le piden un último encargo bastante particular. Le acompaña Harvey Keitel, que da vida a un director de cine que busca firmar su última gran obra maestra, su testamento fílmico en vida. Los dos se encuentran de retiro en un centro de spa en los Alpes suizos, un lugar idílico, plagado de la fauna (animal y humana) más variada, donde explorar su tiempo, sus recuerdos y el legado conseguido, «nuestro legado, que también es una perversión». YouthEn un mundo de “selfies”, de bicicletas de última gama a caballito, de cuerpos tallados a golpe de photoshop, de grandes dramas frente a pequeños problemas y de videoclips pop que han perdido personalidad, el legado se convierte en algo indispensable, pero es un legado que llega viciado, y que las generaciones que llegan convierten en un arma a favor de lo convencional. Sorrentino repite su discurso crítico enmascarado de comedia agridulce, en esta ocasión contra la vuelta al pasado, los arrepentimientos y los presentes autodestructivos. En su mirada encontramos pasión y hastío a partes iguales, y acude, para ello, a los recuerdos, aquellos que aún permanecen, los que ya no están presentes y los que regresan en algún paréntesis de revelaciones lúcidas. Se intuye cierto miedo del propio Sorrentino a la desaparición, al olvido de lo que algún día supuso para el cine, aunque sus intenciones parecen claras cuando apunta a que la televisión es el presente y el futuro. ¿Tendrá algo que ver la mini-serie que el realizador italiano está preparando?. YouthYouth resulta una descarga sensorial, tanto por lo que se ve como por lo que se oye; una perfecta coreografía orquestada por el maestro Sorrentino con la música que corre a cargo de Fred Ballinger (Michael Caine), y donde la simpleza de su sonido radica en la sencillez de sus instrumentos; una batuta al servicio de la naturaleza, única inspiración de Ballinger en este mundo que empieza a conocer, un mundo donde los sentimientos están sobrevalorados, en el que se piensa siempre en el pasado y se dice pensar en el futuro, un mundo en constante avance donde lo imposible se vuelve posible. Youth
Rey y su amigo droide BB-8 se embarcan en una búsqueda para obtener un conocimiento más profundo de la Fuerza, pero su visita a un misterioso Templo Jedi los envía a toda velocidad a través del tiempo y el espacio. Rey interactúa con Luke Skywalker, Darth Vader, Obi-Wan Kenobi, Yoda y otros personajes en algunos de los momentos más queridos de la franquicia, mientras intentan regresar a tiempo para la Fiesta del Día de la Vida con sus amigos del mundo natal wookiee de Chewbacca, Kashyyyk.
Un pequeño pueblo costero en el suroeste de Francia está en alerta máxima después de la desaparición de un surfista. Pronto se revela la increíble verdad: un tiburón merodea por el puerto....¡Tiburón a la vista!Critica: Ni Marina Foïs, respetada actriz francesa que hemos podido ver en As Bestas y Barbacoa (Review) que ha demostrado con creces que puede tocar todos los palos, consigue salvar este naufragio que es Year of the shark. Cierto es que es una peli sin grandes pretensiones, pero por lo menos queremos pasarlo bien, y salvo un par o tres de sonrisas poco más.Maja es gendarme en un pueblito costero francés donde jamás sucede nada. A las puertas de su jubilación, empiezan a ocurrir algunos accidentes en el mar que le hacen pensar que allí hay un tiburón amenazando al pueblo. Pero para su desgracia, nadie más cree que tenga razón.Es curioso lo mucho que apreciamos las cosas buenas de la vida y del cine tras degustar algo malo. Esta review me remonta inevitablemente a la que mencionaba antes, Barbacoa, que sin ser algo del otro mundo luce como un diamante si la comparamos con la que nos ocupa hoy. Tiene puntos en común además de su actriz protagonista, el motor que empuja a sus personajes es el de volver a sentirse vivo, el de volver a conectar con algo, el de no hacerse mayor sin ningún tipo de proyecto excitante sintiéndose un perdedor. Lo mismo que les ocurría a Diane Keaton y Woody Allen en Misterioso Asesinato en Manhattan, que con esa amalgama de comicidad e intriga nos contaba algo más profundo de lo que pudiera parecer. Pues bien, Year of the Shark podría ser eso, a través de un suceso macabro y misterioso resulta que Maja se vuelve a sentir viva, pero el conjunto no funciona.El humor es demasiado infantil, el epílogo se torna de pronto serio y eterno, la estructura es simple, previsible y aburrida.... ¡Tiburón a la vista!
A lo largo de la costa atlántica, una torre futurista que pronto será inaugurada se cierne sobre un suburbio de Dakar. Ada, de 17 años, está enamorada de Souleimane, un joven trabajador de la construcción. Pero ella ha sido prometida a otro hombre. Una noche, Souleimane y sus compañeros desaparecen en el mar. Poco después, regresan para atormentar a su antiguo vecindario tomando posesión de las novias que dejaron atrás. Algunos de los trabajadores han venido reclamando venganza y amenazan con quemar la torre si el desarrollador no paga sus salarios. Pero Souleiman ha regresado por Ada, para que puedan estar juntos por última vez.
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