Tres adolescentes que han crecido en arduas circunstancias, Jessie, Calvin y Nicky, se dedican a ver la vida pasar mientras tratan de averiguar qué han de hacer para poder salir adelante en la vida....GullyCritica: llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... Gully
A principios del siglo XIX, el pugilismo era el deporte de los reyes y un talentoso joven boxeador luchó para convertirse en campeón de Inglaterra....La forja de un campeónCritica: *Los orígenes del boxeo profesionalToro salvaje de Martin Scorsese es una de mis películas preferidas aunque el boxeo no sea una disciplina que me guste demasiado. Pero a mi modo de ver, funciona como un tiro en el relato llevado al cine. Quizás el ejemplo más gráfico sea Rocky de John G. Avildsen que tiene la épica adecuada y consigue la emoción en el espectador yendo de menos a más.La forja de un campeón me interesa porque indaga en cómo se creó lo que hoy conocemos como boxeo. Si bien la lucha siempre estuvo presente en la historia de la humanidad, podríamos decir que con la creación de esta disciplina se logró imponer una serie de normas que incluso lo han llevado a ser deporte olímpico desde los Juegos Olímpicos de San Luis 1904. En 1984 se estableció como obligatorio el uso del casco de seguridad para evitar males mayores. Las mujeres no pudieron competir hasta los Juegos de Londres del año 2012.*El nacimiento de un héroeLa forja de un campeón refleja con crudeza el nacimiento de un héroe. A principios del siglo XIX, el cambio social y el progreso se extendían lentamente por el Imperio Británico. En Inglaterra, tanto en la ciudad como en el campo, seguían imperando la pobreza, el desorden y la conflictividad. Pero en los callejones y ferias de Bristol nacía un nuevo héroe. Jem Belcher (Matt Hookings) iba a transformar el pugilismo primitivo en un deporte de reyes. Él creció en las calles sin nada, aprendiendo de la dura realidad viendo cómo su célebre abuelo (Russell Crowe) se destruía a sí mismo y a quiénes le rodeaban por culpa de su adicción al alcohol.... La forja de un campeón
Acusado de haber matado a su hermano durante la adolescencia, Salvador (Ricardo Darín) vive aislado en el medio de la Patagonia. Tras varias décadas sin verse, su hermano Marcos (Leo Sbaraglia) y su cuñada Laura, llegan para convencerlo de vender las tierras que comparten por herencia. El cruce, en medio de un paraje solitario e inaccesible, reaviva el duelo dormido donde los roles de víctima y asesino se trastocan una y otra vez. Nieve negra NieveCritica:Nieve negra es una nueva película argentina, dirigida por Martín Hodara, quien ya había trabajado con Ricardo Darín en La señal (2007). El film lo protagonizan Leonardo Sbaraglia y Laia Costa (protagonista de Victoria, aquel film alemán rodado en una sola toma). Trata sobre Martín, quien junto a su pareja Laura viaja a la Patagonia con el fin de convencer su hermano de vender las tierras donde este último vive hace años. Pero en la familia se guardan secretos, y un pasado oscuro se hace presente entre ellos. NieveLa película tiene un comienzo prometedor. A pesar de que el argumento presente varios clichés, el pulso del director es firme, y junto a una más que correcta fotografía, introduce a los personajes con interés en su presente y su pasado. Ésto sin sacar su última carta, la estrella de siempre, Darín, el recurso más desaprovechado del film. A partir de su aparición el ritmo se vuelve lento y hasta cansino. Uno espera grandes situaciones tensas, y diálogos geniales que intercambie el tridente de actores, pero el guión no ayuda. La película se hace simplemente pasable, donde había cosas interesantes, ahora se tornan repetitivas, y los constantes flashbacks comienzan a molestar. Nieve
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