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La isla de Gran Canaria. A finales de los 70. Rosa y Emilio viven con sus cinco hijas, aislados del mundo en medio de un valle. En este lugar salvaje, llevan una vida alternativa y armoniosa, hasta que aparece un excursionista perdido, al que acceden a ayudar. Este hecho, muy fuera de lo común para la familia, conducirá a una situación extrema y hostil y revelará la naturaleza asfixiante y oscura de la casa entre los cactus y sus habitantes.....La casa entre los cactusCritica: En un paisaje idílico y una familia idílica, no todo es lo que parece.Esta es una película sencilla en la puesta en escena pero con complicaciones en las voluntades y en lo que mueve a los personajes.El entorno y paisaje donde se encuentra la casa es idílico, un valle verde, frondoso, una casa de piedra, tranquilidad, cactus autóctonos que rodean el paisaje.... en el que se mueven y viven una familia idílica, una pareja que se ama, se quiere después de muchos años juntos, cinco hijas preciosas a las que ellos mismos educan, con la ayuda de una profesora a domicilio, una educación completa, buen ambiente, risas, complicidad entre las hermanas, juegos con los padres, arte, cultura, sol, juventud.... hasta que llega un visitante inesperado que esconde sus intenciones y que inicia el cataclismo.Cuando se ve el trailer de la película nos puede recordar un poco a la historia de Clint Eastwood (El seductor) con las jóvenes hermanas que viviendo en solitud lejos del bullicio social son seducidas una a una, pero..... la película torna un giro que nada tiene que ver con esa similitud inicial que provoca el trailer.La primera mitad de la película es ágil, con tensos momentos que te pinchan el interés, como un cactus.... para intentar resolver el misterio que rodea la visita y a la familia... la segunda mitad se hace un poco lenta, con quizás una excesiva "introspección" de alguno de los personajes, alargando algún plano estático y rompiendo ese ritmo del comienzo... para acabar recuperando el ritmo en los cinco últimos minutos, con un final muy apropiado.... La casa entre los cactus
Una complicada familia de Nueva York descubre en un día cómo las cosas cambian para siempre entre los miembros de la familia, pero que también puede llevarles a sitios que no esperan. Cuestión de Familia
Jhon Jeiver (Juan Pablo Raba) es un guerrillero que escapa de la jungla tras la firma del Tratado de Paz Colombiano. Llega a Bogotá escapando de su pasado para intentar reinsertarse en la sociedad, mientras busca reconectarse con su familia. Pero rápidamente se encuentra envuelto en una red de crimen y corrupción, luchando por comprender las reglas de la jungla de asfalto, proteger a su familia de su pasado y enfrentándose al dilema moral de elegir de qué lado de la ley quiere estar.
Una sirena es arrancada del Pacífico, le cortan la cola y la arrojan a un hogar mental donde nadie cree que sea una sirena. Mermaid Down sirena Critica:Soy cinéfilo y escritor de novelas, las cuales muestran una cierta influencia cinematográfica. Filmaffinitty es un punto de referencia para todo aficionado al cine, que desea saber si una película merece o no la pena, a pesar de que opiniones las hay como estrellas en el firmamento. De buena a mala, o simplemente pasable, la película que nos ocupa merece el calificativo de: FLOJA. sirena Una película de serie B con ínfulas. Quiere llegar, pero no alcanza. Carece de medios, y ante la falta de ellos la originalidad no se acrecienta, como en algunos casos. Una historia como esta requiere de una gran dosis de buen hacer, capaz de jugar con la mitiología y la realidad de un mundo en el que esta está cada vez más alejada. En su lugar nos implementa un descabellado mundo de terapias con un demencial mad doctor, dentro de una historia con algunos tintes terroríficos y tan truculenta como el propio villano de la función. No pierda el tiempo. sirenaPor una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado.Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.
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