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Las nuevas normas dictadas por la alcaldesa significan que el sexo, el peso, la altura y la inteligencia ya no serán factores decisivos para alistarse en las fuerzas del orden. Esto abre las puertas de toda clase de chusma, para disgusto de los instructores, si bien es cierto que no todo el mundo estará ahí por elección, como es el caso de Mahoney cuya alternativa era la prisión, y que intentará por todos los medios que le expulsen hasta que se da cuenta de que le gusta ser cadete de la academia.
Cuando Fay vuelve al trabajo tras su baja de maternidad, ella y su marido deciden contratar a Jen, una joven niñera que se instala en su casa. Pero pronto, Jen comienza a descuidar sus obligaciones y los Tripps deciden despedirla pero Jen se niega a irse. Evil Nanny SecretasCritica:Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. SecretasEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Secretas
Es el verano de 1989, Ted Henley, de 9 años de edad, y su padre John son los propietarios del Motel Vista, situado en las montañas del oeste americano. Desde que la madre de Ted murió, John ha caído en una depresión, dejando que Ted se cuide por si mismo. En este trashing los impulsos más oscuros de Ted comienzan a manifestarse.
Un joven nigeriano-americano que trabaja en el mundo financiero tendrá que afrontar el amor, la familia y las drogas cuando su ambición le lleva por un mal camino. PriceCritica:Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. PriceEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Price
Secuela del film de culto "El resplandor" (1980) dirigido por Stanley Kubrick y también basado en una famosa novela de Stephen King. La historia transcurre algunos años después de los acontecimientos de "The Shining", y sigue a Danny Torrance (Ewan McGregor), traumatizado y con problemas de ira y alcoholismo que hacen eco de los problemas de su padre Jack, que cuando sus habilidades psíquicas resurgen, se contacta con una niña de nombre Abra Stone, a quien debe rescatar de un grupo de viajeros que se alimentan de los niños que poseen el don de "el resplandor"....Doctor SueñoCritica: Ni se me hubiera pasado por la cabeza desde que se anunció al público este proyecto, que saldría del cine tan satisfecho como así ha sido. Mike Flanagan ha conseguido una gesta semi imposible de lograr con esta historia, tanto por guionizarla como por dirigirla. Ha sabido perfectamente conjugar con una sobriedad de estilo narrativo como visual todo el material de Stephen King y darle un toque que no huele a secuela pensada en reventar taquillas. Toda la historia es un mezclum homogeneizador que va desde el thriller de base con los asesinatos de los niños, así como el juego de ratón y el gato por parte de todo el elenco hasta llegar a toda la catársis del personaje de Ewan McGregor con respecto a su pasado.El ritmo es prodigiosamente sutil, elegante, astuto y tristemente raro de ver en los últimos años en Hollywood. No se echa mano en ningún momento del típico susto basado en elevación de sonido que te haga saltar de la butaca, sino que tira de maestría visual para representar todos esos momentos (vamos a llamar mentales) y de ese modo que nos sorprendan e incluso nos inquieten. No hay ni rastro de infantilismos ni surrealismos cutres propios de la literatura de su creador, sólo una muy reconfortante madurez, que era justo lo que cualquier amante de la historia de El resplandor (tanto libro como película) podía esperar. Y siendo redundante en la idea de que no es una secuela como tal y que ni por asomo cae en la serie B ni en el telefilm.....Doctor Sueño
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