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Desesperada por llegar a Delaware para Navidad, una estudiante universitaria (Emily Blunt) viaja con un extraño compañero de clase (Ashton Holmes). Mientras se va dando cuenta de que su compañero de viaje sabe demasiadas cosas sobre ella, éste decide tomar un atajo por una remota carretera rural. Atrapados en una tremenda tormenta de nieve. Pronto descubren que el frío es la menor de sus preocupaciones...
En el Londres actual, Quinn, un niño de 12 años, despierta por error a un enorme dragón de su letargo de siglos. Veinte años más tarde, pueden apreciarse las devastadoras consecuencias del paso de la bestia y de sus vástagos en la práctica totalidad del planeta. Los dragones son seres extremadamente inteligentes, muy evolucionados… y no tienen ninguna intención de compartir la Tierra con los humanos. Quinn se ha hecho mayor y ahora es Jefe de Bomberos. Su tarea es mantener a las bestias alejadas y defender a una pequeña comunidad que lucha por su supervivencia. En medio de este caos aparece Van Zan, un emprendedor americano que afirma saber cómo acabar con los dragones y salvar a la humanidad; y además con un método que Quinn jamás había visto utilizar antes…
El jefe de policía, Igor Grom, es conocido en San Petersburgo por su carácter incisivo y su actitud irreconciliable hacia los criminales. Pero todo cambia con la aparición de una persona con la máscara del Plague Doctor que asesina a gente que ha escapado de la justicia por dinero o estatus social....Igor Grom contra el Doctor PesteCritica: escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia....Igor Grom contra el Doctor Peste
En un futuro cercano, un grupo de periodistas de guerra intenta sobrevivir mientras informan la verdad mientras Estados Unidos se encuentra al borde de una guerra civil.
Durante una expedición en las tierras salvajes americanas, el legendario explorador Hugh Glass es brutalmente atacado por un oso y dado por muerto por los miembros de su propia partida de caza. En su cruzada por sobrevivir, Glass supera inimaginables tribulaciones, además de la traición de su confidente John Fitzgerald. Guiado por la pura determinación y el amor de su familia, Glass deberá superar un duro invierno mientras busca sin descanso un motivo para seguir adelante y encontrar la redención. The RevenantCritica:Iñárritu está on fire últimamente. No contento con regalarnos hace un año la que para un servidor es una de las mejores cintas de la década y la primera justa ganadora del Oscar a mejor película en muchísimos años, ahora nos trae “The revenant”, un proyecto que, si bien no juega en la misma liga que “Birdman”, también funciona a las mil maravillas pero de forma totalmente opuesta, ya que ambas películas no podrían ser más diferentes. Mientras que “Birdman” era frenética, ácida, tragicómica y estaba cargada de diálogos, en “The revenant” el guion pasa a tener un papel secundario, siendo un trabajo mucho más pausado y contemplativo. RevenantEs inevitable pensar en Malick cuando ves “The revenant”. Esas panorámicas, esos planos tan exquisitos, tan místicos, de ríos, de árboles, de vientos susurrantes y miradas perdidas. Tras sus magistrales aportaciones a “El árbol de la vida”, “Gravity” y “Birdman”, Lubezki vuelve a demostrar que es un puto genio de la fotografía, porque cada fotograma de “The revenant” destila belleza, una belleza extraña, violenta, la visión cínica de un mundo salvaje de humanos errantes y desalmados. La primera media hora de la cinta nos regala las que sin duda son dos de las mejores escenas del año, dos maravillas técnicas pobladas de planos secuencias y elegantes movimientos de cámara y elevadas por su realismo y crudeza. Voy a tardar mucho en sacarme a ese oso de la cabeza. RevenantLo que nos lleva al actor protagonista. Yo no sé si es porque está desesperado por conseguir el Oscar o si realmente se implica así en cada papel que hace, pero lo cierto es que Leonardo DiCaprio lo da absolutamente todo en esta película, regalándonos una interpretación totalmente descarnada y completa en un rol que es mucho más de poderío físico que de introspección psicológica. Igualmente impresionante es el trabajo de Tom Hardy, un actorazo que es capaz de decir con una mirada más que muchos otros con una página de diálogos, a la hora de dar vida a Fitzgerald, un personaje traicionero, manipulador y con marcados tintes shakespearianos. Especial mención a su acento sureño, cerrado y a ratos casi ininteligible. Revenant
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