Una película póstuma

Un grupo de amigos que hace senderismo por el Sendero de los Apalaches se ven cara a cara con los miembros de una comunidad de habitantes de las montañas llamados "The Foundation".

Ptolemy Grey es un hombre enfermo al que su familia, sus amigos, e incluso él mismo, han olvidado. Cuando Ptolemy se queda repentinamente sin su cuidador de confianza y está a punto de hundirse aún más en la demencia y la soledad, llega Robyn, una adolescente huérfana que se hará cargo de él....Los últimos días de Ptolemy GreyCriticA: apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Los últimos días de Ptolemy Grey

Durante un encierro por pandemia, Nico, un joven con una inmunidad poco común, debe superar la ley marcial, los vigilantes asesinos y una poderosa familia para reunirse con su amada, Sara....SongbirdCritica: Aunque mayormente es una historia de ficción, con unos personajes de ficción, luce como si sus autores, los creadores del libreto, se hubieran inspirado libremente en la famosa pandemia que se inció a principios de 2020. Simon Boyes y Adam Mason han escrito a cuatro manos una historia que bien podría haber salido de la misma vida real, y Mason (la serie Into the Dark) es el que dirige este melodrama distópico y con bastantes dosis de suspense. La fotografía de Jacques Jouffret está bien, con bastantes momentos nocturnos. El visionado me ha resultado de lo más notable, una muy buena experiencia cinematográfica. No sé cuál ha sido su presupuesto, pero visualmente es una pasada (algunas escenas y ese uso de la cámara en algunas de ellas me recuerda, salvando las distancias, a Distrito 9 de Neill Blomkamp), parece que se esté viendo un blockbuster. Está producida por el director Michael Nay bajo su productora Platinum Dunes y, se quiera o no, eso se nota, se percibe. Aunque, puedo etiquetar a este film de ambiente coral, K.J. Apa interpreta al buenazo de Nico (más conocido por ser Archie Andrews en la serie Riverdale) es el que encabeza el reparto y con el que toma fuerza toda la trama. Junto a él le acompañan Sofia Carson (como Sara, el amor de Nico), Demi Moore y Bradley Whitford (un matrimonio rico con algunos secretos ocultos), Craig Robinson (como Lester, el jefe de Nico), Paul Walter Hauser (un veterano de guerra), la guapa Alexandra Daddario (una video-blogger que será de vital importancia durante algunos momentos de la historia) y Peter Stormare en la piel de un personaje que le va como anillo al dedo. El film puede pecar de oportunista, no lo niego, por estrenarse en el momento en que lo está haciendo y esto es lo que pensé al ver el tráiler, pero aquí se queda todo. Sabes que estás viendo una obra de ficción, pero se disfruta mucho y consigue hacerte partícipe de ella durante cerca de la hora y media de metraje. Y oye, se hace ligera de ver. Caray que sí. Lo único que no pillo es el significado del título original "Songbird"... Songbird

Claire (Elisabeth Moss) y Sebastian (Ebon Moss-Bachrach) se encuentran en Tokio. Ella es fotógrafa, él está de viaje de negocios en la ciudad. Sebastian tiene éxito, ella probablemente no, pero él no es feliz. Entonces descubre a la misteriosa Claire en el hotel en el que se aloja: pasan la noche juntos y dejan atrás su vida real y su pasado, que no existe durante ese lapso de tiempo. TokyoCritica:Los viajes bien podrían ser días de otra vida. Las rutinas, las calles, las caras o incluso el idioma cambian, nuestra personalidad se desenfoca, pierde el contorno y trasciende nuestros propios límites.En ese nuevo escenario, uno se ve libre para interpretar a otra persona, alguien que quizá no sea muy distinto de la mejor versión de nosotros mismos. "¿Quién eres?" es una pregunta demasiado amplia como para abarcarla en una sola noche, o en una sola vida, por eso, suele ir seguida de un silencio existencial. TokyoEn un acto reflejo, la respuesta se constriñe en un nombre, en un afán humano por acotar estratos de dilemas metafísicos. Los nuevos comienzos no siempre aparecen al principio de la historia, del mismo modo que los créditos no tienen por qué indicar el final.Decía Úrsula K. Le Guin que "el verdadero viaje es el retorno" y Antoni Gaudí atribuía la originalidad al "retorno al origen; así pues, original es aquello que vuelve a la simplicidad de las primeras soluciones”. Pero, para poder volver, primero hay que partir, al igual que es necesario conocer el molde para poder romperlo. Tokyo

Cuatro mejores amigas a punto de comenzar la escuela secundaria, se dan cuenta de que sus vidas están a punto de cambiar para siempre. Así que el último fin de semana de verano se proponen aprovecharlo al máximo....SummeringCritica: Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Summering