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La Tierra al borde de la destrucción tras el regreso de unos gigantescos dragones legendarios que ponen a la humanidad en peligro. El reportero Ethan Kendrick (Jason Behr) intentará investigar qué está pasando y cómo poder impedir la catástrofe.
Secuela de "The Battle at Lake Changjin" que se centra en los soldados del CPV (Chinese People's Volunteers) en una nueva misión crucial para vencer a las tropas norteamericanas.
Enviada a casa tras una traumática misión de combate, una soldado francesa de élite usa sus habilidades letales para dar caza al hombre que agredió a su hermana....CentinelaCritica: Más que por su rol de chica Bond (Quantum of Solace, Marc Foster 2008), identifico a Olga Kurylenko por su excelente papel de implacable y salvaje perseguidora de Michael Fassbender en Centurión (Neil Marshall, 2010), por lo que no he dudado en ver una nueva película de género, de venganza, con una mujer como protagonista, algo cada vez más frecuente.Aunque empieza más o menos bien, con un ritmo lento pero con cierta solvencia narrativa y técnica, en ningún momento consigue despegar. Nunca da con el tono adecuado, con demasiados silencios musicales, que lejos de conferirle profundidad psicológica a los personajes los alejan del espectador. El suspense no existe y no se conecta con la historia ni con las emociones de sus protagonistas, por lo que se asiste con cierta indiferencia a la escalada de violencia de rigor, que acaba en un final tan esperado como decepcionante.Está bien rodada y la omnipresente Olga Kurylenko mantiene el tipo (tampoco es su mejor interpretación), pero todo resulta frío, previsible, innecesariamente grave. En definitiva, para los muy aficionados a este tipo de películas y poco más......CentinelaLa película no es buena, a ver, me explico, que no es mala, es entretenida, pero no le darán ningún premio jamás en la vida, ni recordaremos a su reparto, ni su fotografía, ni los movimientos de cámara, ni tan siquiera las bellas escenas rodadas en París. La olvidaremos a los 10 minutos, pero me da igual. Si ha conseguido entretenerme y lo más difícil, mantenerme despierto durante hora y media, ya le doy mi aprobado.La historia es interesante desde el punto de vista de la protagonista, su puesta en escena y la presentación del personaje poco a poco me va ganando, eso sí, me va dejando muy frío la interpretación, ya que parece todo muy sobreactuado, si os fijáis siempre hace cosas diferentes y deja de atraer mi atención poco a poco. Pero cuando aparece su hermana, sube el interés, pero por poco tiempo, la sensación es que el guión lo tengo a mi lado y me lo he leído antes de verla, porque comienzo a imaginarme lo que va a ocurrir de ahí en adelante, sin apenas equivocarme. Repito, sigue siendo entretenida, pero no me sorprende lo más mínimo.
Will Smith interpreta a un joven de Philadelphia que se traslada a vivir con sus ricos parientes al lujoso barrio de Bel-Air, en California. La familia la forman sus tíos y sus primos Carlton, Hilary y Ashley; además está el mayordomo Geoffrey. El incorregible y avispado Will deberá adaptarse a su nueva familia, a un nivel de vida al que no estaba acostumbrado y a las reglas de convivencia impuestas por su tío Phil, un juez muy preocupado por su reputación.
Si la ex de tu novio quiere ser tu mejor amiga, más vale tener cuidado. ¡Sobre todo si tiene 9 millones de seguidores! #realityhigh realityhighCritica:Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. realityhighEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. realityhigh
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