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Considerada en la década de 1940 como la mujer más guapa del mundo, la mítica actriz fue también una gran inventora. Hedy Lamarr, la estrella del Hollywood clásico, pasaba las noches encerrada en su laboratorio desarrollando patentes para el ejército e incluso ideó un proyecto de comunicación secreto que ayudó al ejército aliado en su lucha contra los nazis. Este revelador documental descubre a una increíble mujer que corrió intrépidas aventuras para escapar de un esposo maltratador que simpatizaba con el III Reich y que pasó las noches tratando de crear un sistema de comunicación secreto que ayudó a ganar la guerra contra los nazis, mientras de día participaba del glamour de las grandes producciones de Hollywood.
La Baronesa Bixen (Meryl Streep), quien utiliza como escritora el seudónimo de Isak Denisen, se enamora del cazador británico Denys Finch Hatton (Robert Redford) a principios del siglo XX en Kenia.
Varsovia, 1939. El pianista polaco de origen judío Wladyslaw Szpilman (Adrien Brody) interpreta un tema de Chopin en la radio nacional de Polonia mientras la aviación alemana bombardea la capital. El régimen nazi ha invadido el país, y como hace en otros países invadidos, lleva a cabo la misma política con respecto a los judíos. Así Szpilman y toda su familia -sus padres, su hermano y sus dos hermanas- se ven obligados a dejar su casa y todo lo que les pertenece para trasladarse con miles de personas de origen judío al ghetto de Varsovia. Mientras Wladyslaw trabaja como pianista en un restaurante propiedad de un judío que colabora con los nazis, su hermano Henryk (Ed Stoppard) prefiere luchar contra los nazis. Pero tres años más tarde, los habitantes del ghetto son trasladados en trenes hacia campos de concentración.The Pianist El pianistaCritica:He vuelto a verla unos años más tarde con la coplilla en la cabeza de que era la mejor adaptación de un libro que jamás había visto y no defraudó. Otra vez recordé aquellos párrafos de un pianista encerrado en un ático que me sobrecogieron de una manera tal que ahora se me siguen poniendo los pelos como escarpias cuando viene a mi mente todo lo que sufrí con las páginas de aquel libro que una buena amiga me prestó.Valorándola como adaptación de la obra literaria sigue siendo sublime, Polanski capta todo lo que el autor nos intenta transmitir trasladándolo a una perspectiva equisciente que llama la atención al tratarse de una biografía, pero le da un punto de creación que le concede más mérito a la dirección. Quizá su principal fallo reside en que no es un libro, que es una película y multitud de matices, personajes algo flojos y situaciones inacabadas pudieron haber sido corregidas desde la silla de dirección, pero eso no hace desmerecer una adaptación que, en conjunto, es increíble. En ningún momento se dirige a sentir pena del pueblo judío, ni mucho menos; como intentó hacer el autor en su día, se trata de contar algo más, de reaccionar en contra del maniqueísmo, de no culpar ni odiar, de hacer autocrítica, incluso, lo cual es algo que ya se echaba de menos en este tipo de obras. El pianista Polanski da clases a muchos que intentan adaptar y calcan, que fallan en el ritmo, que copian; Polanski fabrica una obra independiente y coherente, Polanski crea y destruye lo que no le gusta, Polanski ADAPTA.Quizá como película, quitándole el trasfondo de la obra autobiográfica, es algo más floja, aunque no mucho. Como ya he dicho, meter un flujo narrativo del estilo en esta película me satisface enormemente, pues la voz en off me resulta odiosa en todos sus aspectos. Las actuaciones me parecen soberbias, el ritmo, lento en todo momento, pues así lo requiere la historia, es totalmente adecuado, aunque quizá sufra algún altibajo en ciertos momentos, lo que la hace parecer larga, pero el director sabe cómo hacer retornar a cualquier espectador despistado, consigue que te pongas en el papel del protagonista, que te plantees el qué haría yo, fundamental en una historia de este estilo, a lo mejor porque la experiencia propia es la mejor virtud a la hora de narrar, a la hora de formar un personaje. Además, dotando a la obra de una banda sonora excelsa, consigue que la ambientación necesaria, magnífica, pese a que el guión se quede al veces algo flojo, sobre todo maltratando a algunos personajes, como al hermano de Vladek. El pianista
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