El cineasta Julián Pintos y su alter ego se encuentran confinados en su hogar aislados en el campo durante la pandemia que asola a Europa en pleno siglo XXI y emprenden un extraño viaje iniciático, en el que coincidirán con la misteriosa Máscara de Plata (Myriam) y con las dos inquietantes máscaras del teatro, musas de la comedia y la tragedia, desdobladas en Esther y Diana. Los personajes quedan atrapados en un enigmático túnel del tiempo y como única escapatoria intentarán hallar el corazón de Europa, rememorando sus respectivos pasados vinculados entre sí con el Viejo Continente y dejando aflorar los fantasmas y miedos más profundos que cada uno de ellos oculta....El corazón de EuropaCritica: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... El corazón de Europa
15 años después de la Segunda Guerra Mundial, un equipo de agentes secretos se reúne para rastrear a Adolf Eichmann, el infame arquitecto nazi del Holocausto, que había escapado de la justicia tras la guerra.
Lars (Gosling), un joven muy dulce y muy tímido que vive con su hermano (Schneider) y su cuñada (Mortimer), lleva, por fin, a casa a Bianca, la chica de sus sueños. Lo malo es que se trata de una muñeca que compró en Internet, aunque él la trata como si fuera una mujer real. Aconsejada por una doctora (Clarkson) y con la intención de ayudarlo, su familia decide seguirle la corriente.
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