“Camino a la gloria” cuenta la historia real del equipo de baloncesto de la Universidad Texas Western que contó con el primer jugador negro de la historia y que revolucionó el país al conquistar el título de la NCAA en 1966. Josh Lucas interpreta a Don Haskins, un apasionado entrenador de baloncesto universitario que cambió la historia de este deporte gracias al triunfo de su equipo en una época en la que todavía imperaba la inocencia y la ingenuidad.
Un joven con talento se ve enfrentado entre su inesperado amor por la danza y la desintegración de su familia.
Bri, una joven rapera e hija de una leyenda del hip hop underground que murió justo antes de triunfar. La leyenda de su padre lo convierte en un acto difícil de seguir, pero entre el acoso de Bri y ver a su madre luchar después de perder su trabajo, ella vuelca su frustración en canciones que se convierten en grandes éxitos virales.....On the Come UpCritica: Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... On the Come Up
Kitty Wei, Bree Deringer, Margot Rivers y Olivia Hayes forman un grupo especial llamadO «DGM» (Don’t Get Mad) para exponer a todos los matones de su instituto. Sin embargo, cuando uno de sus acusados aparece muerto con una nota con las siglas «DGM» en sus manos, las chicas entienden que alguien está intentando inculparlas de lo que ha sucedido.
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