Charlie Carbone (Jerry O’Connell) y Louis Booker (Anthony Anderson) son dos buenos amigos incapaces de progresar en la vida. El primero es peluquero, mientras que el segundo trata de triunfar en el mundo de la música. Ninguno de los dos podrá seguir adelante con sus planes hasta que no cumplan un pequeño encargo para la mafia: deben entregar 50.000 dólares a un mafioso de Australia. Louis guarda el dinero en su cazadora roja, donde cree que estará seguro. Ya en Australia, su coche choca contra un canguro, y Charlie y Louis le hacen fotos con la cazadora roja. Entonces, el animal sale corriendo con ella…. y con el dinero.
En este mundo alternativo, Bia y Manuel tendrán una relación tempestuosa. Pixie, la odiosa y sorprendente dueña de Laix, decide comprar Fundom. El gran conflicto estalla cuando Pixie anuncia un concierto. Esto tendrá a Bia y Helena, que en este universo al revés son divas y rivales, luchando por ser las cabezas de cartel en el espectáculo final... Bia: Un mundo al revésCritica: esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... Bia: Un mundo al revés
Cuando Pedro Picapiedra pierde el dinero de las vacaciones de su familia, traza un descabellado plan para recuperarlo. Es un espectáculo de entretenimiento deportivo que consiste en lanzar a su mejor amigo, Pablo, en el ring de lucha libre contra John Cenastone, Rey Mysteriopal (Rey Mysterio) e incluso el Enterrador. The Flintstones and WWE: Stone Age Smackdown Los PicapiedraCritica:La película, o mejor dicho, mediometraje, ni apta para los más peques debido a un exceso de violencia, es una pseudo realización infantil, destinada a prostituirse, a malvenderse, a promocionarse junto a la lucha libre, por eso Pedro y compañía se esclavizan como putas al mejor postor, se bajan los pantalones para poder alimentarse, perdiendo identidad propia e incluso personalidad, para intentar levantar el vuelo, no en busca del entretenimiento infantil, si no en busca del afamado e injusto dorado, amarillo dinero, el que otorga el poder de si uno vive o muere en la industria del cine, simil actual del circo romano de hace 2.000 años. Los PicapiedraAlgo ocurre en el pasar de los años que hace que muchas cosas generen nostalgia. Recuerdo los años en los que lo único que podía verse era una planilla de programación con los dibujos animados de Hannah Barbera. Todos eran una cita tanto para niños como para adultos. Los Picapiedra de entonces tenían ese aire de bondad y de alegría que, por fortuna, aún conservan. Sin embargo, los fenómenos de la digitalización no sientan bien a todos. Vemos los mismos Picapiedra, es cierto, pero no son ellos. Las voces, las diagramaciones, los gestos particulares, han cambiado. Los intentos por rescatar las viejas historias maravillosas se dan de la mano con el acercamiento a nuevas formas de ver la animación pero muchas veces las cosas no salen como se intuyen. Los Picapiedra En este relato breve los Picapiedra se enfrentan a algunos personajes de la WWF y con ello sacan a relucir viejas galas ya conocidas, pero sin el mismo sabor. Los Picapiedra
Dos parejas de jóvenes se pierden durante la noche y van a dar a una oscura casa habitada por una familia de psicópatas. Asesinatos, canibalismo y ritos satánicos son algunos de los mil horrores que allí les esperan.
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