Madeline, una adolescente que vive completamente aislada del mundo exterior porque es alérgica a todo, se enamora de Olly, su vecino de la puerta de al lado. Everything, Everything TodoCritica:Todo, todo’ es la segunda película de la directora Stella Meghie, la cual está basada en una popular novela juvenil escrita por la jamaicana Nicola Yoon, por lo que la película cuenta con un público meta bastante limitado.La historia que narra es la de la jovencita Maddy Whittier (Amandla Stenberg), quien padece una enfermedad que, ante sus muy bajas defensas, la vuelve vulnerable a todo, por lo que desde pequeña vive encerrada en su casa, al cuidado de su madre quien es una doctora. TodoPero una mañana, al ver por la ventana que han llegado nuevos vecinos a la casa de al lado, todo cambiará, Maddy conocerá a través de las ventanas y por su celular, a Olly (Nick Robinson), un joven quien será la motivación para buscar de una vez por todas salir a conocer el mundo ante el riesgo que ello conlleva.El relato parte de un primer tramo prometedor, la ingeniosa mente de Maddy permite que la directora juegue con el espacio y que sus personajes interactúen de manera novedosa, pero la película está auto delimitada desde su concepción y debe funcionar para cumplir las expectativas de un público adolescente y femenino en su mayoría, por lo que la realizadora opta por mostrar un último tramo bastante convencional y edulcorado.Otra falla importante es el no explotar del todo la simpatía de Amandla Stenberg, a la que le juega en contra la poca simpatía de su contraparte Nick Robinson a lo que se suma una forzada corrección política en la designación de la joven pareja.Una película que no se permite volar, acartonada y que tira por la borda una interesante primera parte para irse por el camino más predecible y convencional. Todo
Daniel alcanzó el límite de su paciencia con su mujer. La extremadamente temperamental Natalia está siempre protestando. Pero Daniel no tiene el coraje para pedir el divorcio. Así, acepta el consejo de sus amigos de contratar a un famoso Don Juan local para que seduzca a su mujer y sea ella quien lo abandone. SeCritica: Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. SeEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Se
Un año después del inicio de su romance, Callie y Joseph dejan el rancho para atender asuntos familiares en San Francisco. Suenan campanas de boda...... Una Navidad en California: Luces de la ciudadCritica: Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Una Navidad en California: Luces de la ciudad
Un adolescente es brutalmente asesinado delante de su padre. Éste, que es el único testigo del crimen, intenta vengarse matando a cada uno de los implicados en el homicidio, pero sus actos tendrán consecuencias inesperadas.
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