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Burt Gummer regresa a su casa en Perfection, Nev., Para descubrir que la ciudad del terror se ha convertido en un parque temático, y cuando los gigantescos gusanos simulados se vuelven reales, los supervivientes deben luchar contra las criaturas una vez más. Gummer cuenta con su impresionante conocimiento de armamento contra la generación más nueva y letal de graboides carnívoros, con la ayuda de dos jóvenes empresarios.
Una familia se prepara para celebrar el fin de año en una aislada casa en medio del bosque, cuando irrumpe un misterioso vagabundo; es enano, dice ser Dios y amenaza con exterminar a la especie humana al amanecer. Sólo se salvarán dos personas, y la familia ha sido elegida para escoger a esos dos únicos supervivientes. El destino de la humanidad recae en cuatro desgraciados que, evidentemente, van a querer salvarse.
Tras el 11S, un condecorado general recibe el encargo de comandar las tropas estadounidenses en Afganistán. Intereses políticos, alianzas y trampas de todo tipo acompañarán su recorrido hasta el campo de batalla. Adaptación de la novela "The Operators", una sátira sobre las operaciones militares que sucedieron a los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington. War MachineCritica:Resulta casi imposible clasificar una película como “Máquina de guerra”, imposible en todos los aspectos tanto técnicos como artísticos. ¿Es "Máquina de guerra" una buena película? Pues sí y no: digamos que es una película fallida con magníficos momentos aislados. ¿Es una comedia o un drama? Tiene de todo y todo funciona tan bien como mal, tan cohesionado en algunos momentos como innecesario en otros (sobre todo en ese equivocado tramo final). El guion es magnífico pero la manera en que se desarrolla dinamita toda posibilidad de que el espectador sienta la menor simpatía (o empatía) por los personajes o las situaciones (tan solo aquellos que caen en la caricatura como Ben Kingsley consiguen captar brevemente nuestra atención). La historia real de este comandante en jefe enviado a Afganistán para “solucionar” el conflicto es todo un error de concepto, tanto en la manera como está contada como en los medios que utiliza para hacerlo. Algunos actores están espléndidos (Ben Kingsley, Meg Tilly o Anthony Michael Hall) pero otros actores apenas entienden sus papeles, en especial un Brad Pitt que roza la genialidad y el patetismo interpretativo a cada paso que da el comandante que interpreta. War MachineNo es una mala película, pero sí que es una película fallida, una mezcla confusa de géneros (político, bélico, comedia, biografía, drama, sátira, denuncia…) que nunca acaba de funcionar pero que tiene momentos aislados realmente brillantes (demasiado aislados). ¿Es una película entretenida? Por supuesto que lo es, pero eso no significa que sea buena. Es como si los hermanos Coen se juntasen con Clint Eastwood y pretendiesen ser Billy Wilder. Una misión suicida, nunca mejor dicho. War Machine
Michael Moore vuelve a la carga con un documental que denuncia el sistema sanitario norteamericano; un sistema que, al no existir la sanidad universal, excluye a 50 millones de norteamericanos (que, o bien no tienen seguro de salud privado, o no pueden pagárselo) y que se basa en compañías privadas que buscan principalmente beneficios económicos y en aseguradoras que pagan bonos a los empleados que más rentabilidad les proporcionan al denegar prestaciones y reclamaciones a los asegurados.
Un mes al año, cinco amigos de lo más competitivos ponen en marcha el juego del tag, al que han estado jugando desde el instituto, sin límite alguno, arriesgando en ellos sus relaciones y trabajos para lograr derrotar al resto. Este año, el juego coincide con la boda del único jugador invicto, que finalmente puede ser presa fácil. Pero él sabe que vendrán… y está preparado. ¡Tú la llevas!Critica"No dejamos de jugar porque envejecemos, envejecemos porque dejamos de jugar". Qué razón tienen, los jodíos.'Tag' te lanza el ancla emocional nada más empezar, y luego ya solo le queda divertirse. Un juego de "tú la llevas" prolongado a través de años, experiencias, separaciones y reencuentros vuelve a unir a cinco amigos, en plena temporada de caza como la llaman ellos, el mes de mayo, para acudir a la boda de uno de ellos. Solo que, esta vez, las apuestas son altas: Jerry se retirará de la competición tras haberse casado, y todavía no se la "ha llevado" ni una sola vez.Estrellas guapitas de cara y comediantes de diferentes registros prueban su valía frente al humor destrozón de la propuesta, más próximo a veces a la acción que a la coña más convencional, y por el camino consiguen armonizar un grupo de gente que, pese a metas y estilos de vida diferentes, siguen divirtiéndose porque comparten un gran objetivo. Hasta Jerry, el loco corredor, el que nunca pudo ser atrapado, deja claro que le divierte el hecho de que, tras todos estos años, le sigan bailando el agua, aunque no vaya a permitir que le arruinen su boda. Justamente ahí está, la idea de la que quiere hablar 'Tag': ¿cuándo acabamos la infancia? ¿cuándo toca abrazar las responsabilidades de adulto y cuánta diversión de crío tenemos que dejar en la balanza?Sorprendente respuesta: no tenemos que, si no queremos. Estos cinco pirados juegan a la broma mientras abortos, rupturas y entierros les pasan por delante. Y a lo mejor algún espectador, pensando que se están pasando, se olvida de que no hay nada mejor que la mano de un amigo sobre tu hombro, aunque sea para decirte que ahora tú la llevas.Por eso, más allá de estiramientos innecesarios y tramas que no van a ningún lado, palpables sobre todo en su recta final, es imposible no entrar en esta historia. Porque al final era lo de menos esa vida innecesaria que pasa, cuando estos amigos decidieron plantarle cara al tiempo, a la decepción y las reuniones nunca realizadas. Lo único que necesitaban era ese objetivo común, persiguiéndose siempre en círculos para que ninguno dejara de participar.El que esté basado en hechos reales solo me refuerza esa impresión de qué bonita forma de ver la vida perdemos cuando creemos madurar: como si fuera un chiste que nunca hay que dejar acabar. ¡Tú la llevas!
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