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En el Tokio de la posguerra, un campeón de boxeo invicto, Masahiro, entrena para enfrentarse a Clint, un estadounidense que le ha retado. Ambos llevarán a cabo un viaje que pondrá a prueba los límites del espíritu humano. In Full Bloom La florCritica: La flor del combate , filme nipón después de la Segunda Guerra Mundial , nos presenta a dos personajes ,en este caso boxeadores que van a pelear por el honor de sus países , mas que nada Japón luego de ser derrotado por los norteamericanos en la contienda bélica, Los diálogos son importantes, el apriete de la Yakuza,(Mafia Nipona) y las escenas de combate al final hacen de este filme que la flor del cerezo tiene un significado simple. ¿El miedo se puede superar ? o es el adversario que lleva a estos dos luchadores a ver en su interior que La florPor una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. La florEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. La flor
El superagente británico 007 habrá de vérselas ahora con el más peligroso asesino a sueldo del momento: un hombre llamado Scaramanga, más conocido como el hombre de la pistola de oro, que tratará de deshacerse de James Bond con los más sofisticados recursos.
Un ex luchador de MMA y sus hermanos deben rescatar a su familia secuestrada por un peligroso grupo criminal tras robar 50 millones de dólares en diamantes ilegales.
Una epopeya histórica inspirada en los hechos reales que sucedieron en el Reino de Dahomey, uno de los estados más poderosos de África en los siglos XVIII y XIX. La historia sigue a Nanisca (Davis), general de la unidad militar exclusivamente femenina y a Nawi (Mbedu), una recluta ambiciosa. Juntas lucharon contra enemigos que violaron su honor, esclavizaron a su gente y amenazaron con destruir todo por lo que habían vivido.,.... La mujer reyCritica: La mujer rey es la nueva película de la ya veterana realizadora estadounidense Gina Prince-Bythewood. A pesar de no ser un nombre célebre, Bythewood lleva más de veinte años haciendo películas, casi todas independientes y que han ido pasando bastante desapercibidas. De hecho, yo la primera que vi suya fue La vieja guardia en 2020, y no puedo decir que me entusiasmara demasiado. La mujer rey, en cambio, ha llegado muy fuerte este año, posicionándose como uno de los trabajos a tener en cuenta en la carrera hacia los Oscar (aunque sospecho que esas expectativas se van a ir disipando conforme se acerque la ceremonia). Y aunque no es ni mucho menos un trabajo terrible, la verdad es que a mí me ha dejado insatisfecho.A nivel estructural, tonal y argumental, La mujer rey arrastra un olor pretérito que es aroma o hedor, según se mire. Tiene las hechuras de las épicas históricas que Hollywood sacaba hace décadas y que arrasaban en las temporadas de premios, hermanándose con cintas como Braveheart o El último mohicano. Comparte muchos rasgos con estas producciones: espectáculo, caracterizaciones hechas a grandes rasgos y un mensaje claro y mascado, con dos bandos muy bien delineados, donde tienes en un lado a los buenos y en el otro a los malos (no creo que sea casualidad que el cine de superhéroes, que empezó a arrasar a la vez que el cine épico entraba en declive, suela exhibir muchas de estas características). El guion de Dana Stevens plantea un conflicto muy general y lo ambienta en un contexto histórico con el que juega como le da la gana, manteniendo el rigor en los aspectos que le interesan e ignorándolo cuando los hechos dificultan el fluir narrativo o contradicen el mensaje que se pretende transmitir. Que no pasa nada, ojo, al fin y al cabo toda obra artística tiene una intencionalidad y, como he dicho en otras ocasiones, esto no es un documental. Mi problema está, más bien, en lo considerablemente simplones y previsibles que suelen ser estos productos. Huyen de la complejidad y temen que el espectador se confunda o se encuentre con algo que no le guste, por lo que carecen de riesgo y de sorpresa. Y en La mujer rey, desde luego, el riesgo y la sorpresa brillan por su ausencia.... La mujer rey
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