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1080p Dual | 1.88 GB | Descargar |
Una pareja casada decide explorar un "club nocturno exclusivo para miembros", pero rápidamente se da cuenta de las consecuencias mortales de sus acciones....Marriage KillerCriticA: sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.....Marriage Killer
Dwayne McClaren, un mecánico que fue un gran atleta en el instituto, sueña con irse de Cut Bank (Montana), la ciudad más fría de los Estados Unidos, y mudarse a la gran ciudad con su novia Cassandra, que quiere ser modelo. Pero tendrá que aplazar sus planes al verse involucrado en una investigación policial dirigida por el Sheriff Vogel, que es para Dwayne lo más parecido a un padre. Cut BankCritica:Nada de lo que vemos en Cut Bank sorprende por su originalidad, pero sí por su poder evocador. Pues enseguida se hace evidente que el escenario que Matt Shakman nos presenta es exactamente el requerido para desarrollar su tesis. Vaya por delante, esta es una película en toda regla autoconsciente… pero ello no conlleva necesariamente gratuidad o exhibicionismo: tanto la planificación como la dirección de actores se hacen evidentes, incluso podría decirse que algo pretenciosos; pero siempre están al servicio de las exigencias del guión. Exigencias tales como un pulso firme o (sobre todo) plena conciencia del tipo de película que se está haciendo.Probablemente la referencia que con menos esfuerzo nos venga a la cabeza tras visionar Cut Bank sea Fargo. En realidad existen toda una serie de ejemplos que, tal vez de una forma menos evidente pero igualmente significativa, recuerdan considerablemente a la película que nos ocupa. Empezando por el mencionado, son dos los rasgos que el trabajo de Shakman comparte con el de los Coen. El primero es la textura agria y distante, esta frialdad que tan buen resultado da en las escenas de violencia explícita. El segundo, que ya casi asociamos instintivamente al primero, pertenece al terreno de la narrativa: en ambos casos hablamos de este tipo de película que nos expone cómo un plan “sencillo” puede desatar el caos. Cut BankPero como entredije, bajo esta primera capa se esconden toda una serie de similitudes con otros trabajos, entre ellos Perros de paja (Sam Peckinpah, 1971), La noche de los girasoles (Jorge Sánchez-Cabezudo, 2006), Un plan sencillo (Sam Raimi, 1998) e incluso (tal vez la similitud más interesante) la aclamada serie de David Lynch Twin Peaks (David Lynch y Mark Frost, 1990). La característica básica que comparten entre sí dichos ejemplos es que todos retratan los pequeños micromundos que (supuestamente) se forman en los pueblos de interior. Y centrándonos en los primeros tres casos, destaca el hecho de aunar con ello la mencionada historia del plan sencillo que deriva en el caos. Cut Bank
En la zona fronteriza que se extiende entre Estados Unidos y México la joven Kate Macer, una idealista agente del FBI, es reclutada por una fuerza de élite del Gobierno para luchar contra el narcotráfico. Bajo el mando de Matt Graver, un frío miembro de las fuerzas gubernamentales, y de Alejandro, un enigmático asesor, el equipo emprende una misión que lleva a la mujer a cuestionarse sus convicciones sobre la guerra contra los narcos y los límites de la ley. SicarioCritica:La escena de apertura marca el paso. Probablemente sea una de las mejores introducciones que nos ha dado un thriller en los últimos años. Un grupo de agentes del FBI irrumpe violentamente en la casa-escondite de un líder de los cárteles mejicanos de la droga. La puesta en escena es apabullante, sin ni un solo plano dejado al azar, y con una banda sonora absolutamente envolvente, consciente de la magnitud de una pesadilla terrorífica y cruel. Marca el paso, decíamos, de un recorrido de dos horas hacia el infierno. El mismo infierno que tantos directores han querido reflejar y que Denis Villeneuve ha venido a rematar. Porque si el narcotráfico en la ficción te despierta el bostezo, Sicario llega para romper los moldes del subgénero y dotarlo de la tensión y la dimensión necesarias para que no te despegues de la butaca. SicarioLa filmografía del director canadiense ya es digna de estudio. Cada nuevo proyecto, por muy diferente que sea, está a la altura del anterior, a la altura de una carrera que comenzó a dispararse con la apabullante Incendies. Y con ese mismo adjetivo podrían definirse cada una de sus nuevas propuestas. Temíamos que el tráfico de drogas entre México y Estados Unidos rompiera su racha, pero es evidente que Villeneuve conoce muy bien el terreno que pisa. Toda realidad puede generar inquietud. Sólo es cuestión de saber transmitirla. SicarioY tensión, inquietud, es lo que desborda Sicario, con un par de escenas en lugares tan cotidianos como un peaje y un túnel, que suponen todo un ejemplo para el cine de acción. Benicio del Toro, un clásico ya del ámbito de las drogodependencias, encaja a la perfección con el personaje antagonista de Emily Blunt. Porque entre escenón y escenón, Villeneuve se cuida también de dotar a sus personajes de la profundidad y del código moral necesarios para que la película no resulte únicamente una mera cinta de acción. Como si tal hazaña no fuera ya digna de elogio. Sicario
Damián acaba de ser despedido tras 20 años trabajando en la misma empresa. Su reacción, furiosa y un tanto violenta, le lleva a salir corriendo y a esconderse en el primer sitio que encuentra al salir de la oficina: un armario cargado en una furgoneta. El armario, con Damián dentro, es entregado en casa de Lucía y Fede, una pareja de la edad de Damián que vive con su hija adolescente, María. Esa misma noche, un impulso inesperado lleva a Damián a quedarse con la familia para convertirse en una misteriosa presencia que observará y se moverá desde la sombra. Adaptación de la novela homónima de Juan José Millás.
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