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Secuela de "Cómo acabar con tu jefe" En esta ocasión, Nick, Dalee y Kurt han formado su propia empresa y como consecuencia de ello, ¡no tienen jefe! Pero el trío protagonista tendrá que volver a idear un plan maestro parecido al de la anterior película. Esta vez, el objetivo es un inversor que les ha fastidiado sus planes de negocio. Así que deciden secuestrar a su hijo para poder pedirle un rescate al inversor y así recuperar las riendas de su empresa. QuieroCritica:Hace tres años llegaba una comedia muy original llamada Cómo acabar con tu jefe, una simpática cinta que no contaba con un gran guión, aunque el tema que trataba era original, pero sí con una gran cantidad de secundarios que se comían la película en cada escena como son Kevin Spacey, Colin Farrel, Jennifer Aniston o Jaime Fox. La película fue un taquillazo y no tardó en darse luz verde a la secuela, que nos llegaba a principios de este 2015. ¿Encontraremos un producto a la altura de la primera parte? QuieroEl film nota síntomas de hacerse a correprisas, no hubo casi margen entre la primera y segunda parte y eso se ve en un guión más alocado y menos coherente que el de la primera. Los chistes funcionan menos (aunque hay alguno que está muy bien) pero en líneas generales todo está hecho con más desgana. QuieroEn el apartado actoral, el trío protagonista vuelve a tener la química de la primera parte. Jason Bateman, Jason Sudekis y Charlie Day (este último quizá un poco desesperante) congenian los tres a la perfección y eso se agradece. Las nuevas incorporaciones al film son Chris Pine, que nos sorprende gratamente mostrando su vena cómica, y Christoph Waltz, encasillado de nuevo en el papel de villano. No podían faltar los cameos de Jaime Fox (genial), Jennifer Aniston (más buenorra que nunca) y Kevin Spacey (con sólo dos, pero grandiosas, escenas). QuieroEsta secuela no llega a al altura de la primera, pero entretiene y te hace pasar un buen rato de hora y media. No le vamos a pedir tampoco más a una secuela de Hollywood. Eso sí, debido a su fracaso en los EEUU, posiblemente, esta sea la última de la saga. Menos mal.Horrible Bosses 2 Quiero
Marta y Arturo se separaron. Marta está ahora envuelta en una relación con Gabriele, pero, por puro celo, comete un gran error. Mientras todo parece ir mal, llega una noticia inesperada: hay un donante compatible para Marta.... En un momento aún mejorCritica: desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia...... En un momento aún mejor
Alain es un respetado hombre de negocios y un brillante orador. En su vida, no hay lugar para el ocio o la familia. Un día, sufre un derrame cerebral que frena su brillante carrera profesional y le causa problemas profundos en el habla y la memoria. En su rehabilitación cuenta con el apoyo de Jeanne, una joven logopeda. A fuerza de trabajo y paciencia, Jeanne y Alain llegarán a conocerse y él intentará reconstruirse y empezar una nueva vida.
Mystery Inc. se retira de resolver crímenes luego de arruinar un caso. Cuando Vincent Van Ghoul se pone en contacto con la pandilla sobre una investigación inacabada de Daphne, Shaggy y Scooby, la pandilla entra en acción para terminar el trabajo que consiste en atrapar al 13º Fantasma que escaparon del Cofre de los Demonios y aún están en libertad.
Cinco amigos de la infancia se reúnen después de 20 años porque uno de ellos está empeñado en volver a probar suerte en un maratón alcohólico que nunca pudieron llegar a completar. Gary King, un cuarentón que todavía no ha conseguido superar la adolescencia, convence a sus cuatro reacios amigos y los arrastra a su pueblo natal en un desesperado intento por llegar al famoso pub “The World’s End”. Pero mientras intentan reconciliar el presente con el pasado, empiezan a darse cuenta de que la auténtica lucha debe librarse por el futuro, y no solo el suyo, sino el de toda la humanidad. Llegar al pub “The World’s End” es ahora el último de sus problemas. Bienvenidos al fin del mundo The World's End Una nocheCritica:En “Bienvenidos al fin del mundo” volvemos a los noventa y a la cassette y al inmovilismo ya visto en “Zombies Party” como forma de vida, pero esta vez Gary King —y su actitud de mantenerse fiel a su pasado— le enfrenta a mundo cambiante donde la tecnología se ha hecho con el poder y las juventudes clónicas campan a sus anchas en locales y pubs que parecen haberse sometido al multinacionales siendo copias inalterables. No hay distinción, no hay originalidad, no hay lugar a la sorpresa, el contacto humano está al alcance de un smartphone y cada vez parecemos una colmena… de robots. Sorprende, además, que Gary King sea un personaje llamativamente trágico sobre un fin nihilista aunque enfocado a una redención propia, mucho más acertado que esos jóvenes atrapados en cuerpos de adultos que la comedia norteamericana y extensiones apatowianas se encargan de utilizar cada año con el mismo agradado que utilizar un condón usado. Todo ese viaje sumado a la apropiación cultural de un pastiche pop, disparatado, extravagante —que entona el cruce perfecto entre el slapstick más surrealista y las coreografías de Jackie Chan— genera una nueva articulación de la parodia como elemento ejemplar y narrativo de una aventura burlesca e hilarante. Una nochePosiblemente Wright haya plasmado la película más políticamente incorrecta y con texto completamente anárquico sobre la imposibilidad de someter a reglas definidas y dictatoriales al ser humano. Somos seres libres y hedonistas, necesitados de un Winchester para divertirse, emborracharse, perderse y volver. La necesidad (y a veces necedad) de dar una conclusión a las cosas provoca que el protagonista decida reunir a sus amigos de adolescencia para finalizar la ‘Milla de Oro’ y darse cuenta de que la juventud nunca volverá y el inmovilismo es la navaja más afilada en tiempos en los que todo avanza más rápido que nosotros mismos, abduciéndonos dentro de un sistema pre-calculado que nos invita a ser más perfectos. Realmente estamos posiblemente ante la película anti-sistema más concisa precisamente por no tomarse en serio y dejar dispuesto el futuro de la humanidad a un puñado de borrachos egoístas que dejan clara la más profunda de las verdades: el ser humano es imperfecto por naturaleza y un animal indomable que nunca desea estar amarrado a reglas. Se agradece, como colofón, la absoluta sinceridad y transferencia de la propuesta en ese alegórico nombre del pub que marca el último destino y parada: El Fin del Mundo es, efectivamente, el Fin del Mundo. Una noche en el fin del mundo. Una noche
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