Servidor | Idioma | Tamaño | Descargar |
---|---|---|---|
Utorrent | HDRip | 1.67 GB | Descargar |
La familia Pickles se enfrenta a la mayor aventura que puede vivir cualquier hogar: el nacimiento de un nuevo bebé. Mientras los padres esperan impacientes la llegada del recién nacido, Dylan, su hermano mayor, Tommy, y sus amigotes piensan que las travesuras del retoño amenazan su estilo de vida y por ello tratarán de devolverlo al hospital de donde vino. En el viaje a la clínica, los niños se pierden y acaban en un enorme bosque poblado de sombras amenazadoras, un lobo, un misterioso mago y una manada de monos hambrientos que se han escapado de un circo.
La amistad de Rarity con Applejack se pone a prueba cuando Vignette Valencia la contrata como su nueva diseñadora para un desfile de parques temáticos.
Llega el verano y, con él, el despertar de la adultez. Un grupo de amigos explora la posibilidad de entablar relaciones nuevas y terminar otras antes de empezar la universidad. Nuestro último veranoCriticaQuizás sea más justo mencionar los tenues aciertos de esta apacible y desmayada cinta que amontonar cansinamente las muchas torpezas, simplezas y manipulaciones atolondradas de esta comedia estival de adorable factura y parco calado artístico. Su trama cabe en una servilleta de cafetería y los personajes unidimensionales parecen sacados de un manual del aprendiz a guionista embaucador de familias disfuncionales predispuestas a las reconciliaciones harto inverosímiles, satinada de tirabuzones argumentales empalagosos y requiebros estomagantes.El sainete o la astracanada – cuando se interpreta en inglés, ante un paisaje de imponderable belleza y acrisolada fotogenia – parece que cobra altura y deviene en algo mejor de lo que es, pero las apariencias, si somos rigurosos, engañan. Estamos ante una amable, insulsa, previsible, campechana y bobalicona farsa que seduce gracias a utilizar el cebo infalible de unos niños encantadores que roban todas las escenas en las que aparecen y por dar con un tono de confraternización de viaje de fin de carrera que anula el juicio crítico del espectador y deroga la afilada lengua viperina del más torvo de los críticos.No sólo de drama vive el hombre, ¡vive Dios! No cabe duda. Y todos necesitamos una válvula de escape para soportar mejor los sinsabores y flagelos del día a día. Escapismo a granel, un chute de depurada adormidera, efluvios de parajes embriagadores que nos hagan soñar despiertos, adorables rostros de querubines jacarandosos que nos transporten hasta las nubes y nos alejen de este valle de lágrimas y nos truequen nuestros desvelos por momentos de lisérgica dicha y alcancemos bucólicos prados pastoriles donde trotar gozosos, como si de un edén glorioso se tratase… Nada que objetar a tan saludable propósito y loable objetivo, si no fuera por la pereza y hastío que genera en un espectador algo más versado en latines.Todas las virtudes más epidérmicas del cine británico se acumulan en esta afable muestra del más benévolo cine isleño: unos actores perfectos que convierten al personaje en persona y dan vida o lo inanimado, una puesta en escena invisible de puro funcional y utilitaria, una ambientación tan perfecta como infalible, tanto de interiores como en exteriores (Escocia es metáfora del paraíso: ¿quién habría aborrecido vivenciar el Edén?), un lisonjero humor negro que coquetea con lo decoroso y razonable pero nunca se propasa y siempre guarda la compostura y el buen gusto, un adorable clímax que convierte un funeral en una fiesta telúrica, así como un toque de diversidad de género del todo inofensivo… En fin, jarana de tubo de ensayo. Nuestro último verano
Dos chicos que hacen un pacto para perder su virginidad antes del baile de graduación ven que su amistad se pone a prueba cuando uno de ellos sale del armario.
No volver a mostrar