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The hunt for imperial gold continues. A priceless scepter, a treasure that could secure a worry-free life in sunny Rio de Janeiro for Ibrahim Bender and his young apprentice Ostap, has slipped from under their noses and ended up in possession of Nestor Makhno, an anarchist army commander. Makhno is convinced that the scepter is one of many imperial relics hidden in the area. With mafia, partisans, and officers of the Red and White armies all determined to get their hands on the fabled gold cache, Ostap and his mentor Ibrahim must surpass their own brilliance to outmaneuver their rivals and snatch the prize. And with Ostap’s beloved fair maiden losing her trust in him, he must do everything in his power to win her back and stop her from marrying another man....Bender: El Imperio de OroCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... Bender: El Imperio de Oro
Molly Morris (Miley Cyrus) es una detective privado curtida en las calles que es contratada por el FBI para entrar de incógnito en una hermandad de mujeres de una universidad y proteger a la hija de un mafioso. En su nueva misión Molly deberá cambiar de actitud, y convertirse en una joven refinada. So Undercover PeligrosamenteCritica:Producto para chicas adolescentes entre 10 y 18 años. ¿Qué hemos aprendido hoy? Hoy jugamos a espías. Sueño americano adolescente: se puede triunfar sin dejar de ser popular. Ser popular no es una opción, es una obligación. Tienes que integrarte de todos modos, pero conducir en moto y ser un poco alternativa es muy cool, así que antes o después se darán cuenta y triunfarás. Practicar jiu-jitsu o algún deporte diferente es cool. Ir a garitos de jazz es aún más cool. Ser gorda no es un accidente, es una tragedia. No olvides usar un Mac para hacer los trabajos de la uni. Usar otras marcas no es cool. PeligrosamentePor una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. PeligrosamenteEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Peligrosamente
Un implacable agente del MI6 británico (Mark Strong), del grupo de operaciones especiales, descubre que tiene un hermano (Sacha Baron Cohen) muy diferente a él: fanático del fútbol y protagonista de numerosos y disparatados altercados dado su peculiar y conflictivo carácter. Grimsby EspíaCritica:A Sacha Baron Cohen se le podrán reprochar muchísimas cosas, pero si hay algo que se le dé especialmente bien es desarrollar su enorme capacidad de proponer una situación sucia y empeorarla hasta límites insospechados. De verdad. Nadie es capaz de llegar tan lejos como él. Escenas como las del veneno o el improvisado escondite ya pueden parecer jodidas sobre el papel, pero Cohen sabe darles una vuelta de tuerca en el momento más oportuno para convertirlas en algo todavía más desagradable. Cualquier otro guionista habría terminado la escena cinco minutos antes. No nuestro Sacha. Hay que reconocerle el mérito de no echarse atrás en ningún momento, de darlo absolutamente todo. Espía Al ser esto una comedia de acción, resulta de agradecer que se hayan tomado bastante en serio ese aspecto contratando a Louis Letierrer como director. Siendo un tipo bastante curtido en el cine más palomitero como Transporter 2 o El Increíble Hulk, nos regala un par de escenas considerablemente imaginativas y espectaculares que no desentonarían en absoluto en cualquiera de las películas que está parodiando. EspíaHablar del reparto y de las actuaciones en una película como ésta es una tontería como un templo, pero lo voy a intentar: Mark Strong hace del tipo duro que hemos visto en casi todas las cintas de su carrera y Sacha Baron Cohen nos ofrece aquí al que no es su personaje más flojo porque el dictador Haffaz Aladeen fue peor. Eso sí, aunque no peguen ni con cola, se las apañan para construir una extraña química en pantalla que termina funcionando. Espía
Cuenta la historia real del joven abogado Bryan Stevenson (Jordan) y de su histórica batalla por la justicia. Después de licenciarse en Harvard, Bryan recibe ofertas de trabajo muy lucrativas. Pero él prefiere poner rumbo a Alabama para defender a personas que han sido condenadas erróneamente o que carecían de recursos para tener una representación legal adecuada, y lo hace con el apoyo de la activista local Eva Ansley (Larson). Uno de sus primeros y más turbulentos casos es el de Walter McMillian (Foxx), que en 1987 fue sentenciado a la pena muerte por el asesinato de una chica de 18 años, a pesar de que las pruebas demostraban ostensiblemente su inocencia. En los años posteriores, Bryan se ve envuelto en un laberinto de maniobras legales y políticas y de un racismo abierto y descarado mientras lucha por Walter y otros como él, a pesar de tenerlo todo en su contra, incluido el sistema legal. Just Mercy Buscando justiciaCritica: Se equivocan de persona, afirma el personaje interpretado por Jamie Foxx cuando es injustamente detenido. A lo que el policía le replica: "se exactamente qué clase de persona eres". Soy inocente afirma otro condenado, recibiendo por toda contestación: "es igual, si no eres tú, el culpable será otro negro igual que tú". Y la respuesta con la que lidia un tercer procesado es igual de rotunda: "sólo con mirarte tengo la certeza de que eres culpable". Buscando justiciaEl sistema judicial acaba refrendando esas espontáneas y profundas convicciones policiales porque el racismo trasciende la balanza de la justicia, su principio de que todos son iguales ante la ley. Los despoja (en este caso a los negros o afroamericanos) de su consustancial condición de personas dejándolos sin derechos y situándolos al margen del sistema judicial. A los negros se les aplica otra principio de igualdad muy distinto (no todos los principios de igualdad son iguales), letal para ellos: todos los negros son iguales, distintos e inferiores a los blancos. Así opera el racismo, distorsionando una realidad desde su raíz más profunda. Se les condena por ser negros y la única manera de la que pueden salir airosos es demostrar que son blancos, algo del todo imposible.Sobre reflexiones parecidas se extiende este contenido y comedido alegato judicial contra el racismo y, en menor medida, también contra la pena de muerte, más centrado en la repercusión a todos los niveles de quienes lo padecen que en los racistas. Estos últimos, por más que se demuestre su absoluta falta de moralidad, su corrupción retorciendo y utilizando a su antojo el sistema judicial para condenar a personas que saben inocentes, apenas son juzgados, su culpabilidad siempre aparece difuminada. Buscando justicia
Tras ganar el campeonato del mundo, las Bellas se separan y descubren que es difícil encontrar trabajo en el mundo de la música. Pero cuando tienen la oportunidad de reunirse para una gira por el extranjero, el grupo volverá a cantar y a tomar algunas decisiones dudosas. Pitch Perfect 3: La última notaCritica: Si la primera película de la trilogía "Pitch Perfect" era un producto estándar, pero entretenido, que a duras penas combinaba números musicales originales con una historia predecible pero inofensiva. Si la segunda entrega de la trilogía fue más de lo mismo, pero con números musicales más flojos y un guión todavía más de usar y tirar con detalles que empezaban a ser algo ofensivos. Sin duda, "Pitch Perfect 3" es un paso más en esa dirección descendente.Para situar el sinsentido de la película en general, el punto de partida es el siguiente: las "Bellas" están actuando en el interior de un yate ante una audiencia de tres personas, una de ellas mira el reloj, en mitad del número irrumpe Rebel Wilson por la cristalera del tejado con extintor en mano, disparando el humo en dirección a la perpleja audiencia gritando "libertad". De repente, el interior del yate empieza a explotar con una reacción en cadena, Anna Kendrick y el resto del grupo saltan por la borda, justo a tiempo para evitar ser impactadas por la explosión, y en el momento previo de caer al agua, fundido a negro, y aparece un mensaje en la pantalla que pone "Tres Días Antes"... Así se empieza un musical sobre la amistad y el amor a la música, claro que sí.La fórmula se ha vuelto repetitiva hasta decir basta, las mismas escenas, de los mismos personajes, en el mismo orden, en cada una de las tres películas. Como no pueden ser un calco completo, han ido variando y sobretodo exagerando en cada entrega llegando a un punto en el que más de uno podría decir basta, hasta aquí hemos llegado, como es mi caso. La primera tiene su gracia, la segunda menos y no deja de ser un clon exagerado de la primera, pero esta tercera entrega es demasiado; lo más triste es que probablemente haya más, al final estas películas acaban teniendo su base de irreductibles fans, y tal vez la sexta ya se desarrolle en el espacio, o viajen en el tiempo a los años 80, viendo esta tercera parte nada me sorprendería.
Cuando la familia Primm se muda a Nueva York, su hijo adolescente Josh lucha por adaptarse a su nueva escuela y nuevos amigos. Todo eso cambia cuando descubre a Lilo – un cocodrilo cantante a quien le gusta darse baños, el caviar y la buena música – viviendo en el ático de su nueva casa. Los dos se convierten en mejores amigos, pero cuando la existencia de Lilo se ve amenazada por su malvado vecino Mr. Grumps, los Primm deberán aliarse con el carismático dueño de Lilo, Hector P. Valenti, para mostrar al mundo que la familia puede surgir de los lugares más inesperados y que no hay nada malo con un gran cocodrilo cantante con una personalidad aún mayor....Lilo, Lilo, cocodriloCritica: Benj Pasek y Justin Paul, los letristas y compositores de las canciones de grandes musicales como "La, La, Land" y "El Gran Showman", son dos de los productores ejecutivos de esta preciosa y simpática película dirigida por Josh Gordon y Will Speck, los responsables de perpretar hace ya seis años el film "Fiesta de empresa" protagonizada por Jennifer Aniston, Jason Bateman, Olivia Munn, entre otros. "Lilo, mi amigo el cocodrilo" (2022) está basada en el libro homónimo de Bernard Waber, pero gracias a un guión sencillo, pero bien llevado a la pantalla, junto a unas maravillosas canciones, hace que los algo más de cien minutos de metraje se pasen en un pis pas. La verdad es que yo no soy muy fan del actor Javier Bardem, pero bueno, he hecho de tripas, corazón (como muchas veces hago) y me he dispuesto a darle una oportunidad a este largometraje apto para todos los públicos. Una notable comedia fantástica y musical con sus decentes toques dramáticos y, ¿por qué no decirlo? la he encontrado muy disfrutable. Tampoco es que Bardem salga mucho en pantalla, lo veo más como un correcto secundario. De hecho, en el tema de los protagonistas se lo dejamos a la familia Primm y al cocodrilo Lyle, que da título al film. Constance Wu, Scoot McNairy y Winslow Fegley, conforman los Primm que se acaban mudando al edificio dónde Lyle se encuentra alojado desde hace año y medio. Su relación no cuajará de buenas a primeras, pero con el tiempo la cosa va cambiando, hasta que Lyle llegue a ser uno más de la familia. Por cierto, la voz del cocodrilo en la versión original es del cantante Shawn Mendes. Si tenéis niños pequeños en casa y no tenéis película para elegir, ya tenéis aquí una buena propuesta, yo creo que no lo lamentaréis. Mi nota final es de 8/10.... Lilo, Lilo, cocodrilo