¿Cuántos superpoderes debe tener una pareja para soportar el paso del tiempo y amarse de por vida?...Una historia de amor italianaCritica: Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Una historia de amor italiana
Tras una pandemia global por un virus que ha acabado con el 80% de la población, los 218 miembros de la tripulación de un destructor de la Marina Norteamericana tratarán de dar con una cura, parar el virus y salvar a la humanidad.
En una isla del Mississippi, dos chicos descubren a un fugitivo llamado Mud. Ha matado a un hombre para proteger al amor de su vida, Juniper, y ahora se oculta de los cazadores de recompensas. Los chicos acceden a ayudarle a reunirse con Juniper y preparar su huida juntos, sin saber que la aparición de Mud significará el fin de sus infancias. Mud El niñoCritica:Mágica película del ya director a tener en cuenta, Jeff Nichols, que va forjando poco a poco una absorvente aventura sobre la maduración de dos chavales que se ven enfrascados ayudando a un fugitivo, Mud (brillante McConaughey) a escapar tanto de la policía como de aquellos asesinos que lo persiguen, para reencontrarse con su novia (una irreconocible Reese Witherspoon). La película no debería considerarse estrictamente de aventuras a la vieja usanza; se trata más bien de un drama que se detiene en la relación de uno de los dos niños (Tye Sheridan, descubierto en "El Árbol de la Vida" y aqui colosal, y una suerte de precoz James Dean) y el prófugo Mud. Nichols se toma su tiempo (algo más de 2 horas) para narrar el proceso de madurez al que se ve sometido el niño en unos pocos días, descubriendo el amor, la amistad incondicional, y los ideales que parecen estar convirtiéndolo en un hombre antes de tiempo. El niñoLa película logra algo que al parecer Nichols viene logrando desde su interesantísima ópera prima ("Shotgun Stories"): absorver al espectador a pesar del ritmo lento y el sobrio y elegante empaque visual. Tan sólo hay que dejarse llevar durante los primeros 30 minutos de metraje para luego verse presa de la lograda narrativa de Nichols y no despegar la mirada de la pantalla. El niñoSe detectan, también, elementos de sus dos anteriores películas, como podrían ser ese gusto por situar sus historias en ecosistemas anómalos o de otras épocas aun vivos en la América actual. Mientras que en "Shotgun Stories" la acción tenía lugar en el extrarradio de un pueblo de Arkansas desprovisto de gente y “Take Shelter” se trasladaba directamente a una región rural de Ohio, en Mud la acción vuelve a transcurrir en Arkansas, en este caso en una pequeña colonia de casas flotantes a orillas del río Mississipi, un entorno a punto de desaparecer y quedarse sin su particular idiosincrasia y antigua tradición pesquera. Y los elementos del particular universo de Nichols no se quedan sólo ahí; el gran Michael Shannon (para mi, uno de los mejores actores estadounidenses ahora mismo), que en “Shotgun Stories” trabajaba en la pesca tradicional de la región de Arkansas, aquí se cuela en el personaje del tío de uno de los niños, que se dedica a recoger chatarra del fondo del río con su escandaloso casco de buzo. Asimismo, la temática de la lucha fratricida por vengar la muerte de un hermano, en la cual giraba toda “Shotgun Stories”, está también presente aquí, con remate final incluído. El niño
Encerrado por un delito menor, el joven JR (Brenton Thwaites) aprende rápidamente las dureza de la vida en prisión, y que para sobrevivir dentro hay que buscar protección. Pronto se encontrará bajo la mirada del criminal más famoso de Australia, Brendan Lynch (Ewan McGregor), pero ese amparo tiene un precio. Lynch y su equipo tienen planes para su joven protegido: tras salir JR en libertad, deberá ayudar a Lynch con su plan de fuga. Son of a Gun HijoCritica:Es una pena que con el trabajo que cuesta hacer llegar a los cines una película de países que “normalmente” no estrenan muchas producciones, como es el caso de Australia, luego su resultado la convierta en una más, aunque tuviera a priori ciertos elementos a su favor. Y ese es el caso de “Sun Of a Gun”, de un todavía verde Julius Avery, con buen sentido de la dirección en sus modestas pero resultonas escenas de acción, aunque no es capaz de mantener la atención a lo largo de todo el film. En la dirección de actores flaquea, tiene menos pulso, pero es en el guión donde se pierde más. Sin duda debió con contar con ayuda para construir unos personajes más formados, más definidos sobre todo en sus reacciones. Eso quizás le hubiera beneficiado a la hora de decidirse si quería hacer un film para un público adulto y/o para jóvenes maduros, y no finalmente un intento de aunarlos a todos mediante unas convicciones ya muy usadas. El mayor lastre es su supuesta historia romántica con fondo musical edulcorado. Pero a pesar de este cúmulo de agujeros negros hay ciertas cosas en ella que no están mal, como la elección musical en el resto de la película, sobre todo con los “remix” que se oyen, que al menos a mí me sorprendieron, muy divertidos. Y por supuesto en los temas originales que le dan cierto aire “noir”, que era lo que se pretendía, que vagamente nos recordaba al Nyman de “Drowning by numbers”. El elenco de actores secundarios, la mayoría desconocidos por aquí, funciona mejor que el trío principal, con un Ewan McGregor eficaz, pero cuyo verdadero protagonista Brenton Thwaites, adolece de lo mismo que su director, le cuesta llevar el peso de la acción, aunque tenga buenos momentos, era un empeño algo grande para él al menos en este momento, así como Alicia Vikander, la tercera en discordia, con un personaje que se queda corto e imposibilitándole sacarle mayor partido. Hijo“Sun Of a Gun” no es nada del otro mundo. Como hemos dicho a su término da la sensación de parcialmente fallida, sobre todo en su segunda mitad, pero al menos en conjunto, y a pesar de sus deficiencias, podría llegar a entretener. Supongo que si a alguien que no se espere absolutamente nada, porque no haya oído hablar de ella, la viese por sorpresa, igual le podría encontrar algo más de punto, pero aún en ese caso no creo que pase a la historia. Quizás en un futuro no muy lejano Avery pueda mostrarnos proyectos de mayor interés si se pone a ello, sobre todo porque puede que haya aprendido a limar “imperfecciones”. Hijo
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