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Un chico de diecisiete años de edad, Ed Wallis, comienza una amistad con su vecino, Ashby, un asesino de la CIA retirado que sólo tiene unos pocos meses de vida, y que antes de morir quiere redimirse matando a sus antiguos jefes. AshbyCritica:Empecé la película con todos los reparos que da recordar las últimas actuaciones de Mickey Rourke. Pero resulta que en "Ashby" está bastante bien. De hecho, me parece su mejor actuación desde "El luchador" y ya ha llovido. Aquí tiene un papel que le permite mostrar sus dotes para el drama, lejos de sus habituales fantasmadas donde lo único que hace es lucir músculo y pegar tiros. Además está muy bien acompañado por los actores más jóvenes. AshbyDa vida a un ex comando CIA que ahora que le quedan pocos meses de vida, empieza a dar caza a los hombres que lo convirtieron en asesino. ¿La razón?, que a las puertas de la muerte, se da cuenta que ha sacrificado su vida por servir razones equivocadas. Y todo ello mientras su única hija moría sola, de sobredosis. Ahora proyectará esa paternidad frustrada sobre su joven vecino, al cual lo abandonó su padre y ve en él una figura paterna, gana en confianza en si mismo y hasta acaba atreviéndose a jugar al Fútbol Americano y a ligar con una chica. AshbyPelícula entretenida sin mas, Mickey Rourke esta mas que decente, de lo mejor de la película. Historia agradable, para ver sin mas. Lo que menos me gusto, es el papel de Nat Wolff no le pega estamos hablando de un jugador de futbol americano que su talento es su rapidez e ingenio y el actor carece de ambas, no sabe ni correr y eso me llamo la atencion, para mí gusto los papeles deberían ajustarse a lo que el personaje y la película requieran y este no es el caso. Un placer. Ashby
Jesse Freeman es un ex oficial de las fuerzas especiales y experto en explosivos que ahora tiene un trabajo regular como guardia de seguridad en un estadio de baloncesto de última generación. Los problemas surgen cuando un grupo de terroristas expertos en tecnología secuestra al propietario del equipo y a la hija de Jesse durante la noche de apertura. Enfrentando un reloj en marcha y probabilidades imposibles, depende de Jesse no solo salvarlos, sino también a una casa llena de fanáticos en este thriller de acción altamente cargado....Welcome to Sudden DeathCritica: claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.....Welcome to Sudden Death
A principios del siglo XIX, el pugilismo era el deporte de los reyes y un talentoso joven boxeador luchó para convertirse en campeón de Inglaterra....La forja de un campeónCritica: *Los orígenes del boxeo profesionalToro salvaje de Martin Scorsese es una de mis películas preferidas aunque el boxeo no sea una disciplina que me guste demasiado. Pero a mi modo de ver, funciona como un tiro en el relato llevado al cine. Quizás el ejemplo más gráfico sea Rocky de John G. Avildsen que tiene la épica adecuada y consigue la emoción en el espectador yendo de menos a más.La forja de un campeón me interesa porque indaga en cómo se creó lo que hoy conocemos como boxeo. Si bien la lucha siempre estuvo presente en la historia de la humanidad, podríamos decir que con la creación de esta disciplina se logró imponer una serie de normas que incluso lo han llevado a ser deporte olímpico desde los Juegos Olímpicos de San Luis 1904. En 1984 se estableció como obligatorio el uso del casco de seguridad para evitar males mayores. Las mujeres no pudieron competir hasta los Juegos de Londres del año 2012.*El nacimiento de un héroeLa forja de un campeón refleja con crudeza el nacimiento de un héroe. A principios del siglo XIX, el cambio social y el progreso se extendían lentamente por el Imperio Británico. En Inglaterra, tanto en la ciudad como en el campo, seguían imperando la pobreza, el desorden y la conflictividad. Pero en los callejones y ferias de Bristol nacía un nuevo héroe. Jem Belcher (Matt Hookings) iba a transformar el pugilismo primitivo en un deporte de reyes. Él creció en las calles sin nada, aprendiendo de la dura realidad viendo cómo su célebre abuelo (Russell Crowe) se destruía a sí mismo y a quiénes le rodeaban por culpa de su adicción al alcohol.... La forja de un campeón
Un viudo (Kevin Costner) se ve de repente obligado a cuidar de su nieta mestiza. Cuando aparece la abuela paterna (Octavia Spencer) de la niña, ambos se enfrentarán en una feroz batalla legal por la custodia de la pequeña. llevaCritica:Pues la crítica podrá decir lo que quiera, pero os aseguro yo que «Lo mejor para ella» es una delicia de película. Una obra inspirada en hechos reales que nos cuenta las tribulaciones entre dos familias por la custodia de la pequeña Eloise. La cuestión no tendría mayores repercusiones si no fuera porque Eloise es mulata, hija de una madre blanca y de un padre negro. llevaHe de confesar que a mí esta historia me emociona, no puedo evitarlo. Es que es muy duro lo que le pasa a Elliot, interpretado por un buen Kevin Costner, un abogado de prestigio y de alta posición social que pierde a su única hija a la edad de diecisiete años al dar a luz. Esto ya es trágico de por sí, pero si a eso le unimos un novio seis años mayor (aprovechado el tipo, ¿eh?), drogadicto, que no se responsabiliza para nada y que abandona a su propia hija, junto con una familia paterna que tiene parte de responsabilidad en todo ello; entonces es muy fácil imaginar que Elliot se dedique a beber para olvidar y que sienta una gran frustración dentro de él. Es lo humano, lo comprensible, y la raza aquí es lo de menos. Pretender hacer pasar a Elliot por un racista es un golpe bajo de la abuela Rowena y su sobrino para quedarse con la preciosa Eloise. Porque Elliot no lo es, y en mi opinión demuestra una paciencia de santo y una capacidad de perdón admirable. llevaEntre el juicio por la custodia, las escenas con Eloise, que es un encanto de niña; las reflexiones sobre lo correcto y lo incorrecto, entre blancos, negros, padres y abuelos; y la diferencia entre la desigualdad y el prejuicio, «Lo mejor para ella» te llegará al corazón. A mí por lo menos me ha llegado. Black or White lleva
Una famosa estrella va de incógnito para buscar tratamiento por un problema médico. Mientras está en el hospital, conoce a tres mujeres únicas y notables: una rockera anciana, una madre joven y una maestra de escuela jubilada y soltera. Juntas la ayudan a enfrentar la adversidad con humor y camaradería mientras la entrenan para el papel más desafiante que jamás haya interpretado… ella misma....El final que quieroCritica: pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... El final que quiero
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