Henry Cameron (Barry Watson) se despierta en la sala de psiquiatría de un hospital con la plena creencia de que es el líder electo de Estados Unidos. La médica jefe del ala, la Dra. Larson (Sonita Henry), le asegura a Henry que esto no podría estar más lejos de la verdad. Ella continuamente hace una pregunta. ¿Qué parece más probable? ¿Que el presidente sería encarcelado en una institución mental o que un paciente se convence a sí mismo de que tiene el poder de cambiar el mundo? Es algo con lo que Henry lucha, pero a medida que otros en las instalaciones promueven su teoría de la conspiración, los recuerdos regresan. Sin embargo, ¿puedes confiar en alguien que dice ser tu Secretario de Estado cuando otro "aliado" dice ser el Emperador (Joshua Burge) de un cuadrante interestelar?....Into the Dark: The Current OccupantCritica: claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.....Into the Dark: The Current Occupant
BOI es un joven que se inicia como conductor privado. Mientras espera con nervios la decisión que ha tomado su novia sobre un asunto que puede cambiarles la vida, deberá acompañar a sus primeros clientes: Michael y Gordon, dos empresarios de origen asiático que han venido a Barcelona con el objetivo de cerrar en menos de 48 horas un acuerdo de vital importancia.
Sarah Connor, la madre soltera del rebelde John Connor, está ingresada en un psiquiátrico. Algunos años antes, un viajero del tiempo le había revelado que su hijo sería el salvador de la humanidad en un futuro dominado por las máquinas. Se convirtió entonces en una especie de guerrera y educó a su hijo John en tácticas de supervivencia. Esta es la razón por la que está recluida en un manicomio. Cuando un nuevo androide mejorado, un T-1000, llega del futuro para asesinar a John, un viejo modelo T-800 será enviado para protegerle.
El 14 de octubre de 1943, más de 400 prisioneros dirigidos por el oficial judío soviético Alexánder Pecherski llevaron a cabo un alzamiento en el campo de exterminio de Sobibor. Mataron a 11 guardias de las SS e intentaron capturar una armería. Habiendo fracasado, corrieron en grupo hacia los bosques a través de un campo minado... SobiborCritica: ólo hay que ver la primera secuencia de la película de Собибор (Sobibor. 2018), para darse cuenta de que algo falla. Se supone que los judíos que llegan al campo de concentración vienen de un viaje en tren de muchísimos kilómetros. Y sin embargo, bajan del tren con sus trajes impolutos, como si en vez de un viaje largo hubieran ido en metro al trabajo. La respuesta a esto la encontramos en la propia idiosincrasia del blockbuster ruso: todo ha de lucir limpio, a pesar de que sea absurdamente en términos históricos. Porque que en toda la película, que se supone que está ambientada en el mismísimo infierno, no veamos ni una imagen realmente inquietante dice mucho de la película. Una película que no surge de la nada evidentemente, sino que sale de una sociedad con ciertos tabúes. Es cierto que la película se atreve a tratar el tema del Holocausto, algo que había estado semioculto durante la URSS, pero el esfuerzo no es suficiente.La película ya empezó tocada, porque el primer director de la película abandonó el rodaje y el filme acabó tocando de rebote a Javiensky, un actor con una enorme fama en Rusia pero que como director no había estado acreditado hasta la fecha. La película cuenta con producción notable y sobre esto no hay quejas. No es la recreación del campo donde fracasa el filme.....Sobibor
Andrew Beckett, un joven y prometedor abogado de Philadelphia, es despedido del prestigioso bufete en el que trabaja cuando sus jefes se enteran de que ha contraído el sida. Decide entonces demandar a la empresa por despido improcedente, pero en un principio ningún abogado acepta defender su caso.
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