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Después de responder la pregunta de una estudiante (Hayley Orrantia) acerca de Jesús, una profesora de secundaria (Melissa Joan Hart) se enfrenta a un épico caso en la corte que podría poner fin a su carrera. God's Not Dead 2 DiosCritica:Soy cristiano. Practicante, porque gracias a un puñado de cuñaos ya resulta que no es inherente.Y esta película es más mala que un yogur con vinagre. Los cristianos debemos darnos cuenta de una vez de que no sabemos hacer buenas películas. Evidentemente estamos obligados a mostrar la esperanza y la victoria que tenemos en lo que creemos y eso edulcora todo. Pero aún así creo que ya está bien de poner a todos los no cristianos como villanos de James Bond. DiosEste tipo de películas funciona para aquellos que hoy creen en Dios, mañana en Buda y pasado en el poder de los likes de Facebook. Pero no hay que olvidar que hay gente con un poco de criterio que en la vida va a empatizar si se sigue caricaturizando a los no creyentes. No hay que pasar por alto que hay espectadores inteligentes a los que no les causa rechazo ver al enésimo ateo estereotipado, ya que es imposible tomárselo en serio (hablo del abogado, claro). Con esa sonrisa de Joker y esa mirada de hiena de El Rey León. DiosEn fin, que me he visto muchísimas películas cristianas y si me pongo en el lado del espectador no converso con un poco de criterio artístico y mental, todas dan la misma grima. Ya sabemos cómo llegar a los que buscan creer, ahora intentemos hablar a los que no buscan o no quieren, o quieren pero no creen en el poder sanador de los likes en Facebook. Dios
Dos bailarines que se enamoran cuando son elegidos como co-protagonistas de una producción importante El Rey de todo el mundoCritica: Es todo un símbolo de integridad artística y convencimiento personal que algunos creadores cinematográficos mantengan intactas sus obsesiones temáticas y registros léxicos por mucho que el mundo a su alrededor cambie, manteniéndose imperturbables ante tendencias u oportunismos. Autores tan fieles a sí mismos que las fases crepusculares de sus respectivos cuerpos fílmicos quedan impregnadas de un aura anacrónica tan irrepetible como tierna. Tal es el caso de la trayectoria de un maestro del cine español, que estrena un nuevo capítulo en una obra fílmica de marcada naturaleza interdisciplinar: él es Carlos Saura, y su nueva película, presentada en la Sección Oficial de la pasada Seminci, El rey de todo el mundo. Un drama romántico de naturaleza eminentemente teatral y musical. Una obra de coordenadas reconocibles y nobles intenciones que se verá muy beneficiada de nuestra conexión emocional con los trabajos previos del aragonés para conectar con sus inquietudes temáticas. Sin embargo, la grandeza de aquellas obras no se debía únicamente a los elementos situados sobre el tablero, sino también a la manera de combinarlos y de extraerles su máximo potencial. Los ingredientes de la receta de El rey de todo el mundo son sabrosos, pero la elaboración es perezosa y descompasada. El Rey de todo el mundoEl rey de todo el mundo se entrega al baile, a la pasión expresada a través del movimiento sincronizado de cuerpos jóvenes. La sintonía de energías lozanas encima de un escenario que, como no puede ser de otra manera, ofrece un reflejo especular de las angustias emocionales de la pareja creativa al borde de la obra teatral. Una pareja creativa compuesta por el autor del argumento y la responsable de la coreografía, con la que comparte un pasado amoroso cuyas heridas no acaban por cerrarse. Juntos lucharán por sacar adelante ese montaje que supone el argumento de la película. Es inevitable observar el tráiler o un puñado de imágenes promocionales y no vincular esta obra, al menos plásticamente, con Sevillanas, Tango o Flamenco (obras todas ellas, dicho sea de paso, tan poco comprensibles desde el prisma de la ficción tradicional como deslumbrantes en el plano artístico). Son muchos los números musicales que bañan el metraje, y como cabía esperar son estos los momentos más atractivos de la producción. El Rey de todo el mundoEl trabajo fotográfico de Vittorio Storaro se estructura sobre la conjunción expresiva de fuertes rojos y azules, reflejados sobre los personajes en los diferentes espacios escénicos de la futura obra musical. En la combinación de recreación dramática, realidad y narración oral encontramos un poderoso momento de puesta en escena al principio de la cinta, en el que la cámara se desplaza por un lugar cuya naturaleza espacial y temporal se transforma para amoldarse al relato. Lamentablemente, instancias de esta lucidez son un mero oasis. Las coreografías son elegantes y sensuales, pero el lenguaje visual con el que se filman es pobre. La puesta en escena, rutinaria. La cámara no se desplaza alrededor de la danza de maneras particularmente creativas. El Rey de todo el mundoCuando asistimos a los ensayos escénicos el filme se sostiene mínimamente, pero hay mucho porcentaje de película que no es baile, que pretende desarrollar un argumento con ambiciones dramáticas. Y es ahí donde surgen los problemas. El argumento contiene una considerable carga de afectación trágica, y la responsabilidad de llevarla a buen puerto se pone sobre los hombros, salvo un par de excepciones, de un reparto de actores no profesionales (al fin y al cabo, son bailarines). Sus prestaciones físicas son innegables, y para un relato tan sensual resulta consecuente recurrir a caras tan atractivas, pero sus dotes interpretativas son demasiado limitadas para evitar que los diálogos de la cinta no resuenen huecos, histriónicos, engolados o, en suma, falsos. A las carencias interpretativas del trabajo y la indigestión amanerada de su guion se suma una ejecución desatinada a nivel tonal, letárgica cuando pretende exhibir pulso. Convincente sin alardes en sus instantes más íntimos, sumamente acartonada cuando atraviesa las fases más turbulentas. El Rey de todo el mundoUna apuesta en torno al amor que busca ser colorida pero que, pese a sus intensas tonalidades, resulta monocromática en su poco inspirado maridaje de realidad y ficción, drama y teatro, palabra y música. Un viaje desvaído.
A mediados de los años 60, la joven de 17 años Cathleen, criada por una madre soltera no religiosa en una zona rural de Tennessee, decide ser una sierva de Dios, pero durante su noviciado comienza a cuestionar su fe católica mientras recibe la formación para convertirse en monja. Novitiate La noviciaCritica:Estamos ante una película que no será recomendada en casi ningún periódico, radio o televisión como lo son otras numerosas mediocridades de diversos géneros y en particular si tratan de algún modo contra la Iglesia Católica (la reiterada «mala de infinidad de películas»); pero mil veces mejor y con un gran mensaje de fondo: La noviciaPropone esta obra o puede entresacarse lo siguiente: si bien, de siempre es humanísimo y antropológico buscar y dedicar gran parte de la vida a hablar con Dios en silencio y unirse a otros seres humanos que también se sienten anhelantes de la misma imantación religiosa, incluso apartarse del ruido o ruidazo mundano (por más que esto les parezca descabellado y locura a muchos hoy en día), sigue y seguirán habiendo mujeres jóvenes que opten por abtenerse de la mundanidad, de la práctica del sexo y de la procreación, algo que merece el agradecimiento humano general pues al hacerlo éstas están brindando al resto de la Humanidad un espacio y un renunciamiento dignos de tenerse en cuenta en medio de la plaga que supone ya casi ocho mil millones de seres humanos desmadradados sobre el planeta. Lo cual no quita que algunas de estas creyentes emprendedoras de la fe, de la caridad y de la esperanza, militantes vitales de estos ángulos principales de la religión, voluntarias del existencialismo habitual de relacionarse con Dios Amor, Bondad y Misericordia, es decir personas atraídas a ser candiles que deciden ponerse en alto para alumbrar las tinieblas procreativas de la humana mundanidad, se planteen si su predisposición ha de conllevar necesariamente el someterse a un estilo de vida donde hay que abdicar de la mínima dignidad y hasta de la reserva individual del subconsciente o de la propia conciencia para que la que está o los que están al mando de su ordenamiento religioso se sientan a gusto con su propia degeneración mental, religiosa y profesional. La novicia
La relación de dos hermanos llega al límite cuando el más joven recibe la noticia de que hay una extraña herencia, lo que complica su lucha por conquistar a una joven que llega a la isla..... Blood BrothersCritica: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Blood Brothers
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