Este remake de la película austriaca de 2014 del mismo nombre, sigue a una madre y sus dos hijos. En una casa solitaria en el campo, entre bosques y maizales, viven dos hermanos gemelos de nueve años que esperan a su madre. Cuando llega a casa, vendada tras la cirugía estética, nada es como antes. Los niños empiezan a dudar de que esta mujer sea realmente su madre. De esta forma, surge una lucha existencial por la identidad y la confianza en el seno de la familia....Buenas noches, mamiCritica: La versión americana de la aterradora película austriaca, Ich seh, Ich seh. Es una adaptación algo más suavizada de la versión original que sufre las consecuencias de ser una película menos aterradora, pero que de todos modos se las ingenia para ofrecer una digna interpretación de la original, en especial gracias a su reparto.El segundo largometraje de Matt Sobel nos propone su versión más mainstream de aquel éxito de 2014. En esa simplificación perdemos la contundencia de la versión original para lamento de varios. Sin embargo, la apuesta de Amazon logra brindar una segunda mitad en donde termina de convencerte lo que estamos viendo.La simplicidad en el guion de Kyle Warren, es gran responsable que tengamos menos momentos de horror que tan maravillosamente desplegaba la versión original. Al perder eso, la nueva versión que nos proponen se siente menos cautivante con su misma historia central. Es aquí en donde una película de autor, saca la leve ventaja por sobre una pensada para traer un público mucho más masivo.Ahora entre las cosas a destacar podemos quedar satisfecho con el trabajo de su reparto en donde destacan los gemelos Crovetti y por supuesto Naomi Watts que sigue dominando un género que le sienta bastante bien a lo largo de su carrera.Los nuevos detalles que nos ofrece la versión americana, permiten que ciertas decisiones que toma su guion, concluyan en ideas que te terminan convenciendo como espectador. La realidad no son ideas tan sorprendentes, pero si cuadran con la idea de esta nueva versión y el camino que quiere ofrecer en comparación a su versión austriaca.... Buenas noches, mami
El cariñoso pero irresponsable Daniel Hillard, separado de su cónyuge exasperada, es aplastado por una orden judicial que permite visitas para ver a sus hijos sólo ciertos dias de la semana. Cuando Daniel aprende las necesidades de una ama de casa, consigue trabajo - disfrazado de una niñera inglesa - para cuidar a sus propios hijos. Pronto se hace no sólo el mejor amigo de sus niños sino la clase de padre y pareja que debería haber sido desde el principio.
Daniel alcanzó el límite de su paciencia con su mujer. La extremadamente temperamental Natalia está siempre protestando. Pero Daniel no tiene el coraje para pedir el divorcio. Así, acepta el consejo de sus amigos de contratar a un famoso Don Juan local para que seduzca a su mujer y sea ella quien lo abandone. SeCritica: Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. SeEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Se
El último vagón es una oda a los profesores, comprometidos y con vocación, capaces de sacrificarse por la enseñanza y dejar huella en sus alumnos, que sigue la historia de don Ernesto y sus alumnos que, en la escuela vagón Malinalli Teneplat, verán cambiar sus vidas durante el curso escolar.....El último vagónCritica: ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... El último vagón
La vida es tan curiosa e impredecible que, a veces, uno encuentra la felicidad donde menos lo espera. Matilde es una mujer que, tras la muerte de su esposo –un hombre que abusó de ella constantemente–, encuentra a su nuevo gran amigo en Miguel, su vecino joven, inseguro, desorientado y hasta dealer..
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