Año 1961, en el Congo. Jadotville cuenta la verdadera historia del comandante Patrick Quinlan y su batallón de 150 soldados irlandeses de la ONU, sitiados por 3.000 soldados congoleños bajo el mando de mercenarios franceses y belgas que trabajaban para empresas mineras. The Siege of Jadotville JadotvilleCritica:Sustituyamos China por la URSS, y nada ha cambiado en el más desdichado de los continentes, con multinacionales y grandes corporaciones saqueando los recursos naturales de África, con la protección de las principales potencias internacionales, y la complicidad de la corrupta clase política africana. Como ya hicieran el año pasado con "Beast of no nation" Netflix sigue profundizando en el retrato del África de finales del siglo XX. Cine que nos trae la productora, que en nada desmerece a muchas de las películas que se estrenan en cine, y que se puede ver desde casa a un precio mucho más barato. El futuro del cine cada vez más cerca. JadotvilleTomando como base la novela de Declan Power, "El asedio de Jadotville" cuenta hechos reales sucedidos en el Congo 1961, cuando una compañía irlandesa de las Naciones Unidas fue atacado por tropas secesionistas de la región congoleña de Katanga, en rica en cobalto y otros minerales estratégicos, dirigidas por mercenarios franceses y belgas. La Guerra fría y el asesinato del secretario de la ONU, Dag Hammarskjöld, como telón de fondo.La película es un digno homenaje a la Compañía A, ya que Irlanda, cediendo a las presiones internacionales, no reconoció el sacrificio de estos hombres, hasta el 2005, cuando se les conmemoró con una placa en los cuartales donde los nuevos reclutas de la Compañía A reciben su entrenamiento, y colgando un retrato del comandante Quinlan en el Salón "Congo" de la Escuela de entrenamiento para la ONU de las Fuerzas de Defensa Irlandesas. Jadotville
En octubre de 1993, una unidad de élite del Ejército de Estados Unidos es enviada a Mogadiscio, la capital de Somalia, para realizar una misión en plena guerra civil. Sin embargo, lo que parecía ser una misión sencilla se convierte en una pesadilla.
Año 1942, en plena Segunda Guerra Mundial. Mientras los ejércitos de Alemania y Rusia luchan encarnizadamente y el mundo espera con ansiedad el desenlace de la batalla de Stalingrado, un francotirador ruso, Vassili Zaitsev, persevera en la empresa de eliminar a sus enemigos uno por uno. Danilov -el oficial encargado de la propaganda soviética- lo convierte en un héroe nacional que debe servir de ejemplo para animar a las tropas a proseguir la lucha contra el ejército alemán. Los alemanes, por su parte, envían a su mejor francotirador, el mayor König, para que elimine a Vassili.
Maggie Swann (Monaghan) es un condecorada médico del ejército de los Estados Unidos y madre soltera que, tras regresar de una temporada de servicio en Afghanistan, descubre que su vínculo con su hijo de 5 años se ha deteriorado... Fort BlissCritica:Desde hace muchas décadas el Pentágono y Hollywood están asociados, estos últimos porque necesitan de los equipos o instalaciones de los primeros, sin lo cual seria imposible frente a los costos de producción, ello por supuesto tiene un precio lo cual hace que los militares revisen los guiones, más allá de esta aclaración, no quiere decir que todas la películas sean de “propaganda” pero también cuentan con las limitaciones de poder criticar en forma exacerbada a la fuerza armada de que se trate. Vale como aclaración previa en el análisis de presente película tiene como particularidad que esta dirigida por una mujer Claudia Myers y protagonizada por Michelle Monaghan que cuenta la vida una paramédica, una Sargento que presta servicio en Afganistán comienza con la típicas escenas bélicas pero toda la película hace hincapié en las dificultades para insertarse lo cotidiano, como hace una mujer para insertarse en los diferentes roles madre divorciada, la complicada relación con su hijo de 5 años, la sexualidad sus problemas en el ejercito y sus problemas fuera. Fort BlissPor una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Fort BlissEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Fort Bliss
La víspera del Día-D, un grupo de soldados aliados son enviados a la Francia ocupada por los nazis para completar una misión esencial para la victoria en la guerra. Sobre el terreno, descubren un laboratorio nazi en el que se llevan a cabo grotescos y descabellados experimentos con los habitantes de la localidad. La formación básica que han recibido no les ha preparado para lo que tendrán que afrontar -habrán de salvar al mundo de una despiadada amenaza, librando una desigual batalla con una tropa de super soldados manipulados genéticamente...
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