Irlanda rural, 1981. Una niña desatendida es enviada lejos de su familia disfuncional para que viva durante el verano con unos padres de acogida. La niña florece bajo su cuidado, pero en esta casa, donde se supone que no hay secretos, ella descubre uno.
Basado en la historia real de un periodista investigador declarado ateo que aplica sus abilidades para refutar la fe de su esposa... con resultados inesperados.
Un hombre se despierta en el hospital sin recordar quién es y descubre que la policía le busca por cometer una serie de asesinatos. Jaque al asesinoCriticaLa verdad, sería para analizar qué está pasando con la carrera de Jonathan Rhys-Meyers. Por alguna razón, al actor irlandés le está costando Dios y ayuda encontrar proyectos interesantes en el cine. En la televisión se ha manejado mucho mejor, gracias sobre todo a su recordada interpretación de Henry VIII en Los Tudor y más recientemente del obispo Heahmund en Vikingos. Sin embargo, en pantalla grande, el chico al que descubrimos junto a Keira Knightley en Quiero ser como Beckham dando patadas a un balón de fútbol cae continuamente en naderías, bodrios varios y cintas que no están a la altura del talento que él ha demostrado tener. Jaque al asesino, o Awake (de ahí el título de este comentario), es otra prueba más. De una premisa que podría haber sido interesante (un hombre sin memoria es acusado de haber cometido un crimen) sale un thriller de lo más anodino. Se puede aguantar porque dura apenas una hora y cuarto, minuto arriba o minuto abajo, pero todo está tan visto y la narración avanza con tanta pereza que no hay nada realmente salvable en ella. Además, sin necesidad de ser cruel o entrar en más detalles, hay que decir y reconocer que Francesca Eastwood no ha heredado el talento de sus progenitores, Frances Fisher y Clint Eastwood. Es modelo, y se nota, pero de actriz no tiene mucho. Bastante pobre resultado final. Jaque al asesino
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