Un grupo de empleados de una tienda de juguetes debe protegerse unos a otros de un montón de compradores infectados por parásitos. Black FridayCriticaLamentable comedia zombie destinada para la TV que además de no aportar nada nuevo, resulta mala, aburrida y cutre. Tanto Bruce Campbell como Devon Sawa, el que fuera chaval protagonista de "Destino final" en el 2000, van a capa caída, por lo visto no es tan fácil recalar en producciones dignas siendo una antigua leyenda o un actor cotizado antaño, o eso, o ya no están para "lerias". Y mira que tengo paciencia para productos cómicos con temática de terror, pero es que es un truño que no hay por donde pillarlo. Aburridísima, con unos efectos especiales verdaderamente malos, nada de gore ni escenas que valgan la pena, muy poca chispa y unos chistes de niño de 5 años. Si tienes más de 10 años te recomiendo otras opciones, hay miles. Lo mejor: Quizás la pequeña crítica sobre la explotación laboral y los "entresijos" de los puestos de trabajo. Lo peor: Guión de copia y pega, efectos especiales cutrisimos, la sangre escasea demasiado, no produce gracia. Black Friday
Rekall es una empresa que puede convertir los sueños en recuerdos reales, haciendo que la frontera entre realidad y memoria se difumine. Para Douglas Quaid (Colin Farrell) la idea de hacer un viaje mental que le proporcione recuerdos de una vida como superespía puede ser la solución perfecta para contrarrestar su frustrante vida. Lo malo es que el proceso sale mal, y Quaid se convierte en un hombre perseguido por los agentes de un estado totalitario. En su huida, se asocia con una combatiente rebelde (Jessica Biel) con el fin de encontrar al cabecilla de la resistencia clandestina (Bill Nighy). Mientras el destino del mundo pende de un hilo, Quaid descubre su verdadera identidad y su verdadero destino. Se inspira en el cuento "Podemos recordar por usted al por mayor" de Philip K. Dick. Total Recall El vengador del futuroCritica:¿Se imaginan un remake de “E.T., el extraterrestre” sin alienígena y ni un mísero «teléfono, mi casa»? ¿Vería alguien un remake de “Regreso al futuro” sin Delorean? Los responsables de este remake de “Desafío total” se han pasado el planeta rojo por la bandera de Japón que forma el interior del orificio de su culo. Pero, inconsecuentemente (y por marketing), no la titularon con su verdadero nombre: “Desafío rectal”. El remake de Len Wiseman es todo un ‘desafío rectal’ para los espectadores, que podrán comprobar horrorizados lo mismo que pasó en la reciente y también intolerable revisión de “Perros de paja”: a los pezones ya no los dejan ni respirar. Ni siquiera aunque sean tres tetas de látex. ¡Nada! ¡El cine comercial actual norteamericano no quiere pezones femeninos! Al parecer y en su lugar la tendencia es… la estupidez. El vengador del futuroEl cambio que se convierte en clara metáfora de este remake es una gota de sudor por una lágrima. Antes, los clásicos populares se ganaban su condición a base de trabajo y secreción, pero ahora se llora por tiempos pasados y el sufrimiento de la profanación de esos pilares. Wiseman únicamente tiene vultuosidad de pose estética (y estática), pura aparatosidad narrativa. Aquí ha pasado por la piedra a Philip K. Dick bajo el precepto y casquillos (y chascarrillos) de “Underworld”. Los efectos visuales no son de uso narrativo sino simplemente estético y de apabullante formalidad para seducir al espectador y justificar su abultado presupuesto. El Douglas Quaid / Hauser que propone Colin Farrell incurre en la parodia: no le han explicado, al parecer, en las escuelas de interpretación que hay una ‘sutil’ diferencia entre querer interpretar a una persona que descubre ser otra y queda obviamente sorprendido… y ser Forrest Gump. El vengador del futuro
Joe Braven, un humilde leñador que vive cerca de la frontera entre los Estados Unidos y Canadá, es atacado por un grupo de narcotraficantes. A partir de ese momento hará todo lo que esté en su mano para proteger a su familia.... Peligro en la montañaCritica: La historia. Leñador y famila (padre con demencia incipiente incluido) contra unos capos locales de la droga. Bosques, nieve, algún acantilado... ¿les suena? Temática manida, mordisqueada, usada y reusada.Personajes. Pues el Momoa no sabe llorar. No le den esos disgustos dramáticos, que lo suyo es poner cara de tipo duro. Aquí intenta aparentar angustia con algunas muecas que se quedan a mitad de camino. Lo demás de su personaje, esperable y nada del otro mundo. Luego está el padre, que se va olvidando de dónde pone las cosas, quién es quién en esa casa, y la excusa se puede extender a olvidar el guion. Los malos son penosos, de nivel película serie B canadiense. Ah, esperen, que esta peli es de Canad...Final. Después de un desarrollo que se ve con mucha pereza dados los pocos alicientes que promete la película, lo más alucinante se nos presenta al final. El desenlace y las artimañas del protagonista consiguieron dejarme con la boca abierta. Y no es para menos. ¿A quién se le habrá ocurrido semejante broche final?....Peligro en la montaña
Un experto en explosivos se hace con el control de un túnel en Hong Kong. El terrorista amenaza con asesinar a los rehenes si no se cumplen sus exigencias. J.S.Cheung debe poner fin a la extorsión.
El hallazgo de un fantasma llamado Ernest en su nueva casa hace que la familia de Kevin se vuelva viral en las redes sociales. Pero cuando Kevin y Ernest comienzan a investigar por su cuenta el misterio del pasado de Ernest, se convierten en objetivos de la CIA....Tenemos un fantasmaCritica: ‘Un fantasma anda suelto por casa‘, es una película cuyo título original es ‘We Have a Ghost‘, es decir, ‘Tenemos un fantasma‘. En serio, ¿Qué les costaba no hacer el ridículo de nuevo? Pero no estamos aquí para hablar de las espantosas traducciones de títulos en España, sino del nuevo estreno de Netflix, lo que ya da de por sí da bastante miedo, y todos conocemos los motivos…Pero eh, tienen a David Harbour haciendo de fantasma (podría hacer de servilleta que lo vería igual), a Anthony Mackie de padre de familia, y un tráiler y premisa que nos invitaba a pensar que estábamos ante un regreso de esa deliciosa comedia infantil de los años 80 y 90, y que tanta falta hace en estos días.Pues no, ya os adelanto que no es nada de eso, aunque tampoco un bodrio, simplemente otra producción de Netflix perfecta para un viernes noche, y después olvidarte de ella en cuanto aparecen los títulos de crédito finales. Y eso es todo. Y es que hay una serie de contras que la impiden ir más allá y brillar con luz propia. Para empezar, la película quiere ser demasiadas cosas, en un cóctel de géneros que jamás llega a funcionar.Quiere ser una comedia, pero no hace gracia. Quiere ser dramática, pero no emociona. Quiere ser un thriller, pero no genera tensión, siendo finalmente una producción tan caótica como irregular. Por no hablar de su duración de casi dos horas, una locura a todas luces. Hora y media, o si me apuras, cien minutos, es lo que debería durar siempre un producto de estas características. Ni más ni menos, y aquí se han pasado con el más.En lo que respecta a la dirección, estamos ante un trabajo tras las cámaras bastante efectivo, con una serie de planos muy logrados, aunque no se puede decir lo mismo de los efectos digitales, convincentes cuando se nos presenta al fantasma, pero mediocres en cierta escena que pretende imitar a ‘Bitelchús (‘Beetlejuice‘), clásico del género que se menciona en el propio film, por si había quedado alguna duda de los referentes de sus responsables. Sobra decir que se han quedado a medias de todo..... Tenemos un fantasma
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