Dos años después de derrotar a los Decepticons, las vidas de Sam y los Autobots han cambiado mucho. Mientras Sam se prepara para ir a la universidad, sus amigos robots se han integrado en una fuerza de élite que captura a enemigos renegados. Pero todo cambia con la llegada de un malvado enemigo que, con un enrevesado plan, planea un nuevo alzamiento de los Decepticons. La humanidad vuelve a estar en peligro, y Sam y los Autobots tendrán que formar una vez más equipo para salvarla. Transformers: Revenge of the Fallen TransformersCritica:Qué mérito tiene Megan Fox? Que está buena, cierto (como también alguna secundaria de la peli). Aquí se acaban los méritos, pues los interpretativos no es que sean malos, es que son nulos (de hecho, creo que no aparecen actores en esta película, sino sólo robots). Alabo las virtudes físicas de Megan Fox; sin embargo, a la vez me pregunto con cierta lástima qué se exige hoy de una actriz en películas como éstas. Porque, por un lado, tienen que cautivar, seducir, excitar; pero, por otro, esto es "cine familiar": hay cosas que no se pueden enseñar más allá de la ropa ajustada y de revolcarse (vestida) en la arena del desierto (¡oh, la moral!). Seducción que encubre mojigatería e interpretaciones que no aportan nada: no se pide más a una actriz de Hollywood. Transformers¿Qué mérito tienen los efectos especiales? No acabo de pillar qué entendemos por buenos efectos especiales: ¿aquellos que son tan mareantes que consiguen envolver al espectador hasta hacerle olvidar lo vacía que está una película? El tirar de ordenador para hacer cine se agradece cuando sorprende, cuando sobrecoge. Lo que en "Transformers 2" no se consigue ni por asomo. ¡Que se enteren! ESTOS EFECTOS ESPECIALES ABURREN, además de dejar "knock out" al respetable (que no respetado) espectador. Uno desconecta cuando dos de estas grandes máquinas empiezan a darse de mamporros porque no sabe lo que pasa, ni quién arranca la cabeza a quién, ni quién lanza a quién más allá del horizonte sobre una bandera de los Estados Unidos que ondea en llamas con un efecto especial hecho con la última tecnología . Transformers
Una enfermedad que convierte a los infectados en zombis caníbales arrasa Europa. Años más tarde, habiendo encontrado una cura, los antiguos enfermos se reintegran en la sociedad pero recuerdan perfectamente las atrocidades que cometieron.
Steve Unger busca desesperadamente la cura para salvar a su esposa que padece una enfermedad terminal, además debe cuidar a su pequeña hija de 10 años Lily, lo que complica más aún su situación. Por eso, decide dejar de lado su ética y moral, experimentando con la modificación del ADN, la última esperanza para salvar a su esposa, o quizás para conocer el horror que nunca imaginó....The ScientistCritica: claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.....The Scientist
Un astronauta lucha por mantener el control sobre la realidad a bordo de una importante misión hacia Titán, la luna de Saturno.
A un joven y ambicioso ejecutivo le encargan una misión: traer de vuelta al director de su empresa de un idílico y enigmático centro de “bienestar” situado en un área remota de los Alpes suizos. Pronto sospecha que los milagrosos tratamientos que allí tienen lugar no son lo que parecen. Su cordura se pone a prueba cuando empieza a desvelar los terroríficos secretos que allí se ocultan y es diagnosticado con la misma extraña enfermedad que mantiene a los pacientes a la espera de la cura. A Cure for Wellness siniestraCritica:Hombre, si tengo que elegir entre un Wall Street que me pone enferma de estrés y un balneario-secta, pues con los ojos cerrados me quedo enferma en mi ajetreada vida capitalista, que al menos en Nueva York los dentistas no son unos sádicos. siniestra«La cura del bienestar» parte de esta idea, la idea del malestar generalizado que azota las sociedades ricas, insatisfechas, solitarias, estresadas y ambiciosas, y que produce la autodestrucción del hombre. Solo que no nos damos cuenta del daño que nos hace, del mismo modo que los pacientes del balneario no se dan cuenta del daño que le hacen a ellos, seguros y engañados por un falso sueño de felicidad. ¿No hay forma, acaso, de despertar de este círculo inacabable, de esta habitación sin salida? siniestraGore Verbinski ofrece una película impactante y bien realizada pero que comete unas cuantas imprudencias argumentales que podrían haberse evitado con facilidad. «La cura del bienestar» tiene un formato inquietante, personajes sospechosos en cuanto aparecen, lo que ya está muy visto, y un desenlace que encuentro demasiado ficticio. DeHaan está muy bien, su misma cara inquieta de por sí, Jason Isaacs es el anfitrión perfecto para un idílico balneario suizo en el que cuesta creer que en pleno siglo veintiuno ocurran estas cosas y Mia Goth tiene ese punto erótico-perverso que poco a poco se irá asentando por causas ajenas a ella. Pobrecita Hannah. Sin duda la película cuenta con el acierto de saber introducir tensión en el espectador: ver sufrir a una persona suele producir empatía con el espectador, pero mayor simpatía aún es si quien sufre, o puede sufrir, es una joven inocente. Entonces ambos sufrimientos se combinan y el encanto reside en llegar al límite sin sobrepasarlo, y «La cura del bienestar» logra este punto en el que, después del horror, podemos respirar algo más tranquilos. siniestra
No volver a mostrar