Ella es una prometedora estrella del diseño de interiores, vive en una casa de revista y está casada con un hombre encantador. Pero Ella es una paria social porque… no quiere tener hijos. Cuando descubre un ensayo clínico donde eso se considera un problema de fertilidad, decide apuntarse. Para su sorpresa, el tratamiento funciona, pero ¿a qué precio?....Sin tiempoCritica; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Sin tiempo
John Moon, un cazador, dispara y mata por accidente a una joven. Mientras intenta ocultar el cadáver encuentra una enorme suma de dinero. Así da comienzo un tenso juego del gato y el ratón entre el cazador y un grupo de criminales que quieren atraparlo. Al primer disparoCritica:Película tediosa y lenta, con personajes sosos. Ambientada en un pueblucho que brilla por su suciedad, pues parece que no viven sino guarros, y no se bañan sino es porque caen sus habitantes accidentalmente al río, o cuando llueve. El personaje es un paleto más, que vive de la caza clandestina y mata accidentalmente una chica. La cosa se complica con acosos raros. Aunque rara es toda la película en sí. Sólo apta ver por la noche si sufres de insomio crónico.Una película aparentemente de suspense en la que lo único que mantiene el suspense es que pase algo. No basta con una muerte accidental durante una jornada de caza y encontrar una caja con mucho dinero dentro. Hay que mantener un ritmo, una cadencia... un interés. Y este largometraje tiene demasiado de largo y mucho de metraje. Sobra de media hora a cuarenta y cinco minutos de tomas sin sentido e interpretaciones que se salvan, pero que no contribuyen lo suficiente a mantener el interés de quien ve la película. Al primer disparoUn único disparo que, aunque lo intenta, queda lejos de dar en la diana. "John, si siempre miras hacia atrás, nunca podrás mirar hacia adelante". Un individuo solitario, apático, áspero, desahuciado anímicamente a quien únicamente le queda su caza, esa libertad y poder de buscar, perseguir, encontrar y apoderarse de la víctima, juego estimulante -para quien se tercie- que se volverá en contra al cometer un error, accidente con consecuencias graves que perturbarán su tranquilidad y rutina convirtiendo su vida en un caza al asesino donde él será la presa acorralada, en una contrarreloj por descubrir a quien observa por la mira del rifle, siempre atento y dispuesto a disparar al primer movimiento. Al primer disparo
Philadelphia. Año 1961. Un niño de color acaba de nacer en unos grandes almacenes. Un médico acude a ver como se encuentran tanto la madre como el bebé, y horrorizado le pregunta a la mujer si se le ha caído el niño, ya que tiene tanto los brazos como las piernas fracturadas. Philadelphia. Año 2000. Un hombre llamado David Dunn está en el expreso que va de Nueva York a Philadelphia camino de su casa después de una entrevista de trabajo en la ciudad de los rascacielos. En el tren entabla conversación con una atractiva mujer, pero ésta cree que quiere ligar y se cambia de asiento. Un momento después se produce un dramático accidente. Unbreakable El protegidoCritica: Es probable que la descripción del entorno del protagonista falle en relación a su film anterior (o, al menos, que el golpe de efecto no sea tan eficaz). Aparentemente, trata de imitar el modelo de la exitosa 'El sexto sentido' tanto en el giro final como en el sello estético ya reconocible de este cineasta (largos y flotantes planos secuencia, narración pausada y minimalista, interpretaciones hieráticas…). protegidoPero la película tiene entidad propia más allá de comparaciones con éxitos previos de Shyamalan. Y para descifrarla hay que ponerla en su contexto, valorando así la reflexión que incorpora sobre la ficción de los cómics, sus mitos, clichés y su naïf universo. protegidoNo solo define, con bastante conocimiento de los entresijos de estas historias (sin llegar a la profundidad de ‘Watchmen’, por supuesto, que es la biblia en esas lides), un superhéroe sombrío y realista, sino que le da una vuelta de tuerca rastreando los grandes tópicos de las editoriales Marvel y DC: el profundo maniqueísmo comiquero del bien y el mal, la importancia del disfraz y el alter ego, el sentido de la responsabilidad, la enfermiza obsesión del villano… protegido
En una megalópolis del año 2000, los obreros están condenados a vivir recluidos en un gueto subterráneo, donde se encuentra el corazón industrial de la ciudad. Sin embargo, incitados por un robot, se rebelan contra la clase dominante y amenazan con destruir la ciudad exterior. Freder (Gustav Frölich), el hijo del soberano de Metrópolis, y María, una muchacha de origen humilde, intentarán evitar la destrucción apelando a los sentimientos y al amor.
En diciembre de 1941, los soldados checos Jozef Gabčík y Jan Kubiš se lanzan en paracaídas sobre su tierra ocupada para asesinar al oficial nazi Reinhard Heydrich.
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