Hace diez años, Slade Wilson, alias el súper asesino llamado Deathstroke, cometió un trágico error y su esposa e hijo pagaron un precio terrible. Ahora, una década después, la familia de Wilson está amenazada una vez más por el asesino Chacal y los terroristas de H.IV.E. ¿Puede Deathstroke expiar los pecados del pasado o su familia pagará el precio máximo? Deathstroke Knights & Dragons: The Movie DeathstrokeCritica: Por una parte, soy un tardío fan de la cinta original. En 1983 me pareció un pestiño (era un adolescente abducido por ‘La guerra de las galaxias’); en 1992, en mi opinión, el montaje del director mejoraba (y mucho) la propuesta; pero no fue hasta hace algunos pocos años, ya en formato blue-ray, en que me sedujo y cautivó por completo y sin reservas. Por otra parte, soy un entusiasta admirador del director Denis Villeneuve, de quien sólo he visto aciertos de todo género y planteamiento, un virguero de las imágenes y del montaje, un artista incontestable y evidente, lo mejor que me he encontrado en una sala de cine en lo que va de siglo. Es decir, que iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. DeathstrokeEs decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia. Deathstroke
Pete (Michael Vartan) es un periodista americano que hace un reportaje sobre la industria turística en el norte de Australia. Allí se unirá a un grupo de excursionistas y a su hermosa guía, Kate (Radha Mitchell), para realizar un crucero por un río que atraviesa un parque natural australiano. Todo transcurre con normalidad hasta que, de repente, el barco es sacudido por un descomunal cocodrilo salvaje y se encalla en un islote. Cuando cae la noche, el grupo se convierte en una presa fácil para la bestia, y comienza una feroz lucha por la supervivencia en uno de los lugares más inhóspitos del mundo.
La historia se basa en el caso policial del Clan Puccio, que conmocionó a la sociedad argentina a principios de los 80. Tras la aparente normalidad de los Puccio se oculta un siniestro clan dedicado al secuestro y al asesinato. Arquímedes, el patriarca, lidera y planifica las operaciones. Alejandro, el hijo mayor, estrella de un club de rugby, se sirve de su popularidad para no levantar sospechas. Los demás miembros de la familia son cómplices en mayor o menor grado de los crímenes del clan y viven de los beneficios obtenidos de los rescates que pagan los familiares de los secuestrados. clanCritica:Filmada con un pulso clásico y sobrio, “El clan” es un film comercial y al mismo tiempo profundo. Con una gran producción en todos los niveles, además de excelentes actuaciones que devuelven al cine argentino la posibilidad de acercarse a hechos verídicos y trágicos, de una manera inteligente, sin excluir la fascinación del espectáculo. clanTodo film de Trapero transita por momentos de fuerte realismo e impronta documental, entonces -por su propia naturaleza- la trama (un resonante hecho policial en la época bisagra en la Argentina de los años ochenta, se presenta inmejorable para el director de “Mundo grúa”, “El bonaerense”, “Leonera”, “Carancho” y “Elefante Blanco”, quien ratifica su solidez narrativa con esta reconstrucción de la sórdida historia de los respetables vecinos de un barrio tradicional que llevaban una doble vida impensada para sus allegados. Precisamente, la confianza que despertaba esta familia fue lo que les permitió marcar a muchos conocidos adinerados entre el final de la dictadura militar y los primeros años de la democracia. clanEl film expone el momento histórico para ubicar temporalmente, y coloca la lupa sobre la doble condición de este grupo que en microescala demostró funcionar como la dictadura, con un permanente mecanismo de negación acerca de los males propios y una externa demostración de virtudes y religiosidades. La doble faz entre la afectividad familiar y la oscuridad criminal es lo más perturbador a la hora de mostrar cómo funcionaba la familia dentro de las paredes de su residencia, mientras en el sótano o en el baño tenían a las víctimas secuestradas. La película muestra hasta qué punto era coherente la conducta esquizofrénica de todos. Por acción u omisión. La vida cotidiana coexistía con el horror de los secuestros pero sin conectarse, como el que pone alta la radio para no escuchar o mira hacia otro lado para no ver, porque ésa era la consigna que bajaba desde la autoridad del padre-patrón interpretado magníficamente por Francella que compone un psicópata de dos caras, esgrimiendo una autoridad incuestionable. El frío manipulador coexiste con el pater familias que colabora en las tareas domésticas y escolares y después redacta notas extorsivas en la soledad de su escritorio, donde luce su diploma universitario de contador. clan
Will Sawyer, antiguo líder del Equipo de Rescate de Rehenes del FBI y veterano de guerra del ejército de Estados Unidos, ahora se encarga de evaluar la seguridad de los rascacielos. Durante un viaje de trabajo en China, se ve incriminado en el incendio del edificio más alto y seguro del mundo. Perseguido y a la fuga, Will deberá encontrar a los que le han tendido la trampa, limpiar su nombre y rescatar a su familia, atrapada en el interior del rascacielos… sin sucumbir a las llamas. Skyscraper RascacielosCritica: The Rock salta como Spiderman, corre a la pata coja, sujeta puentes con las riendas, escala como un hombre articulable y se cura su cuerpo rajado con cinta aislante, pero aún así, todo lo más a lo que podrá llegar, será a opositar como bombero, nada más. Está al borde de ser un súper héroe, pero no, en El rascacielos no consigue elevar la atención del drama, no consigue que se llegue a la emoción verdadera, y al final se queda todo en una simple espera de acontecimientos, más o menos previsibles. Rascacielos Tocaré el tema de la familia, su familia, porque soy muy sensible con estos apartados. En este tipo de películas tragicómicas empieza a ser ya de juzgado de guardia los modelos familiares del padre héroe proteccionista, madre multiusos e hijos tipo modelo playmóvil, es penoso lo dulzona que resulta la familia con tanto jugo de melocotón en almíbar destilando desde que se levantan hasta el ocaso del día. Rascacielos
Ryan Swan debe abrirse camino a través del mundo del crimen hawaiano para vengarse del capo que asesinó a su padre.
Secuela de la aclamada película Kick-Ass (2010), basada en el cómic de Mark Millar. Después de que la loca valentía de Kick-Ass (Aaron Taylor-Johnson) inspirara a toda una oleada de nuevos defensores del bien dirigidos por el durísimo coronel Stars and Stripes (Jim Carrey), nuestro héroe decide unirse a ellos. Pero cuando Bruma Roja (Christopher Mintz-Plasse), que regresa con el nombre de The Mother, decide deshacerse de los superhéroes aficionados, solo Hit Girl (Chloë Grace Moretz) podrá impedir que los aniquile. Kick-Ass 2 Kick-AssCritica:En 2010 Matthew Vaughn nos pilló desprevenidos con "Kick-Ass", la adaptación al cine del ultraviolento cómic de Mark Millar, una película que se atrevía a jugar con los códigos de los superhéroes para darles la vuelta en gran parte de su metraje. Si bien es cierto que al final caía en aquello que había estado criticando (algo que ocurre en infinidad de sátiras, por otra parte), desde luego quedaba la sensación de haber pasado un rato fantástico, con unos personajes bien perfilados, amén de algunos hallazgos como aquella Hit Girl interpretada por una enérgica Chloë Grace Moretz, o el siempre divertido McLovin (Christopher Mintz-Plasse) en un rol de villano secundario. Tristemente llegamos ahora a "Kick-Ass 2" sin tener a Vaughn como realizador, y con un guión que pasa por querer convertirse en una especie de X-Men de saldo en el que los buenos y los malos forman su grupo de héroes/villanos para combatir/hacer el mal. Kick-AssEl primer error está en duplicar el giro argumental. Al principio, Kick-Ass se muestra retirado de la vida superheróica, con Hit Girl insistiéndole para seguir. Luego pasa a la inversa. Con esto se gestionan dos subtramas, una de ellas, entretenida, que rinde un homenaje -o se mofa, no se sabe- del cine de institutos y adolescentes hormonados. Por otra parte, la película carece del sentido del humor de la original (vamos, tiene un tono cómico pero no es tan efectiva, Plasse/Motherfucker al margen), tampoco es más violenta aunque confunda explicitud con madurez, y las escenas de acción no tienen fuste, a excepción de la que tiene lugar en plena autopista, muy espectacular. Kick-AssCon todo esto se consigue una película de fácil visionado, que no molesta y que entretiene mientras dura. Pero cuando termina, uno se da cuenta de que no ha visto 'nada', que si tras la experiencia de la primera había un sentido de la maravilla, la adrenalina, el sentimiento de haber pasado un rato magnífico, aquí nos volvemos a casa con un "pues vale". Lo peor que le puede pasar a una película de acción con elementos cómicos es que deje frío a quien la ve. Bueno, "Kick-Ass 2" es así. No mala, tampoco buena. Del montón, para un alquiler y a otra cosa. Kick-Ass
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