En este drama criminal ambientado en la década de los 70, una mujer se ve obligada a emprender un viaje peligroso con su bebé después de que su marido traicione a sus socios...BuscadaCritica: I’m your woman (2020), de la directora Julia Hart, cuenta una historia de crimen y mafia desde el punto de vista de la mujer de un capo, obligada por las circunstancias a cambiar su vida.Por Nicolás BianchiPara los capos de la mafia las esposas pueden ser una posesión más, como un auto o un arma. La vida de las mujeres históricamente estuvo, en estos relatos, subordinada a los deseos de los hombres. ¿Qué pasaría si empiezan a manejar sus propios autos, a empuñar armas, a tomar sus propias decisiones?El punto de partida de I´m your woman es el de una prisión de lujo, una celda de oro. Jean (Rachel Brosnahan, conocida también por su papel como Mrs. Maisel) vive prácticamente sola en un caserón. Su marido Eddie (Bill Heck) se va a la mañana y vuelve de noche tarde, mientras ella duerme. Un día, más temprano que lo habitual, el hombre llega a su casa con un bebé. ‘Es tu hijo’, le dice a Jean sin brindarle más información. En una escena que remite a The Godfather, cuando Michael es ungido y Kay es dejada fuera de la habitación en la que distintos hombre besan el anillo de su marido en reconocimiento de su poder, Eddie, cuando llegan sus secuaces a la casa, cierra la puerta de la cocina y encierra allí a Jean con el bebé. Lo otro está censurado para la mujer.Pero Jean irá recorriendo el camino inverso, de conocimiento y también de cierto empoderamiento a partir de la necesidad. Por algo que hizo Eddie se ve obligada a escapar con el niño que ya considera como su hijo. Para ello contará con la protección del guardaespaldas Cal (Arinzé Kene) y una cartera llena de dólares. La información que.... Buscada
Dos hermanos y agentes del FBI, Kevin y Marcus, han desempeñado y fracasado torpemente en casos que se les han asignado y su jefe enojado les advierte que la próxima vez que hagan mal cualquier misión serán despedidos. Ambos se disponen a esforzarse por tratar de no volver a fracasar y demostrar que son grandes agentes y se ofrecen para llevar a cabo el próximo caso. Su jefe los pone de encargados de escoltar a dos jóvenes y bellas muchachas millonarias, las hermanas Wilson, desde el aeropuerto hasta su hotel en Hamptons debido a que esas mujeres son dos posibles objetivos de un secuestrador del que se está investigando su identidad.
Mientras está de servicio en la sala de cables, un agente federal escucha mientras el objetivo es atacado en su casa por un escuadrón de asesinos. Sin quemar el cable, debe proteger la investigación y la vida del objetivo de los confines de una habitación a cincuenta millas de distancia....Wire RoomCritica: e iba con ganas y sana curiosidad al cine, esperando encontrar un propuesta inédita y – sea cual fuera el camino elegido – llena de aciertos… pero nada más lejos de la realidad.Pero vayamos por partes, porque hay muchos aciertos pero también otros tantos deméritos dignos de mención. Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... Wire Room
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