A Belmonte, interesado en retratar al ser humano, sus pliegues, su desmesura, se le acerca una muestra de pintura en el Museo de Artes Visuales de Montevideo, pero él está más ocupado pensando en los cambios que vive su familia: su ex mujer está embarazada, fruto de la relación que mantiene con otro hombre, y percibe que su hija, Celeste, pasará menos tiempo con él cuando nazca su hermano. Belmonte necesita la brújula que le supone estar con su hija, preparar su almuerzo, acompañarla a la escuela y, sobre todo, comenzar a compartir con ella su mundo interior sin esconder las preocupaciones, aunque sean propias de un adulto.
Situaciones atroces ocurren cuando Borat, un popular reportero (Sacha Baron Cohen) de Kazajistán, llega a los Estados Unidos para filmar un documental sobre por qué América es una gran nación. A lo largo del camino, él se dedica a ofender a casi todas las personas que conoce, se enamora de la actriz Pamela Anderson, y realiza un viaje a lo largo del país para convertirla en su esposa.
El mundo de Andy cambia totalmente cuando su madre sufre un terrible accidente. Sin nadie que lo cuide, es llevado a Cuernavaca, una localidad situada al sur de México. Allí se encuentra la casa de su lejana abuela paterna. Mientras su madre se debate entre la vida y la muerte, el niño se enfrentará al rechazo de su propia abuela, al mundo seductor y peligroso del hijo del jardinero y a la búsqueda de su padre. Ópera prima del cineasta mexicano Alejandro Andrade, protagonizada por el debutante Emilio Puente y Carmen Maura, leyenda de la interpretación española y antigua musa de Pedro Almodóvar en películas como '¿Qué he hecho yo para merecer esto?' o 'Mujeres al borde de un ataque de nervios'. CuernavacaCritica: *La ausencia instalada en el corazónDurante su hora y media crea una buena metamorfosis personal, que entremezcla sentimientos extremos como la frustración, la fascinación, el descubrimiento, el dolor… sin dejar de lado el desarrollo de su contexto. Una exploración del significado de la familia y las difíciles relaciones personales que se entrelazan entre ellos. La dificultad del querer y lo que supone, ese miedo terrorífico de desnudarse emotivamente, lo que eleva el significado propio del largometraje.Otro de los puntos más introspectivos que se ve en la obra de Andrade es la manera de abordar las consecuencias de la desolación del abandono. Cada personaje sufre, en distintos grados, el aislamiento del adiós a una persona querida. Hay una red de desencantos interpersonales que provoca la empatía hacia cada personaje. Pese al carácter doloroso y desgarrador, se dan líneas de esperanzas y luminosas con las diferentes alianzas que se van formando. Los claroscuros que hay en cada una de las piezas de este juego de ajedrez ofrece una profundidad que permite conectar con el espectador. El film sigue la estela íntima marcada por el lugar, siendo éste un personaje en sí mismo, como “Manchester frente al mar” o incluso, la reciente y premiada “Roma”, también de nacionalidad mexicana. Cabe recordar que Andrade realizó antes su proyecto que el de Alfonso Cuarón.*Caras vemos, corazones no sabemosEl reparto viene encabezado por Emilio Puente y una de las grandes figuras de la historia del cine, Carmen Maura. Cuernavaca presenta a Puente como Andy, el niño protagonista. La interpretación del joven ha sabido apoyarse en los otros actores para otorgarle mayor énfasis. Por lo cual, el ejercicio de contención del pequeño es muy potente. Sin embargo, la gran revelación, sin duda, es la propia Maura. Vuelve a demostrar porque es una de las mejores actrices españolas de la industria. Una interpretación magistral, llena de contraste con pinceladas muy prominentes de dolor, vestidos de severidad. Una construcción muy humana que lleva a cabo de una forma muy natural. El peso fílmico y dramático caen en la madrileña y lo resuelve brillantemente. Es la piedra angular del resto de interpretaciones de la película.Moisés Arizmendi se convierte en Andrés, el padre de Andy. El actor, conocido por diversas telenovelas en su país, se deshace del dramatismo excesivo y se muestra pausado. La pesadilla de su personaje se refleja perfectamente en el lenguaje no verbal del actor. Se entrega al sentimiento y justifica su ausencia durante una parte importante del film. Su actuación queda en la retina del espectador, en especial, la última secuencia que comparte con el personaje de Puente. Hay que destacar el gran papel de Dulce Domínguez, como Dhely. Una gran naturalidad y una luminosidad que equilibra las sombras que envuelven al film. Enternece al público y se convierte en un pilar fundamental del largometraje. Por último, Diego Álvarez Díaz otorga una actuación respetable, pero no notable. Es su ópera prima, pero no termina de sobresalir y se ve opacado por el resto de interpretaciones protagonistas.*El ambiente contemplativoAl igual que mencionamos el título de “Roma” de Cuarón, o por ejemplo “Ida” de Pawel Pawlikowski, Cuernavaca tiene un factor visual muy importante. Es cierto que no tiene un acabado tan soberbio como los dos filmes nombrados. Hay una utilización muy importante de los espacios naturales abiertos, dando una belleza muy elegante a esta obra. Sin embargo, se pierde un poco el dinamismo de los interiores, donde mengua esa personalidad tan visual del film. La utilización del simbolismo de las hormigas y del sentir a través de los sueños es un acierto, aunque puede confundir con su mensaje a una parte del público. Por tanto, la soledad está muy bien representada, aunque no sigue siempre esta línea, por lo que su resultado es irregular. Un trabajo excelente de la dirección fotográfica y artística, que han sabido coordinarse de una forma muy eficiente.También sumerge al público al universo del despertar juvenil en los propios ojos de Andy. Esa dualidad del mundo adulto, corrompido, seductor y complejo frente al infantil, llevado por el sentir y no por el razonamiento, muy bien planeado por la dirección. Por consiguiente, hay un acabado en la imagen con mucha belleza, con una iluminación que en ocasiones, emula a un aspecto de fábula. La banda sonora juega un papel importante, al igual que los silencios extendidos que hablan más que el propio diálogo. Han sabido crear una coreografía junto a las imágenes. Un buen montaje que aprovecha al máximo el trabajo artístico y técnico. Únicamente tiene el defecto de ser demasiado flemático en la primera parte del film, lo que provoca un ritmo menos dinámico y no termina de dar el pistoletazo de salida durante su arranque. Ralentiza la acción, pero luego consigue dar un resultado muy atractivo.*ConclusiónCuernavaca es una obra visualmente muy elegante y atractiva. Un guion que trata con mucha profundidad la pérdida y el abandono. Una red de relaciones interpersonales en los que la pena envenena a sus personajes, que se ven curados por la esperanza de nuevas sensaciones. Una buena construcción narrativa. Las interpretaciones son muy notables, destacando la de Carmen Maura, una maestra de la actuación. La actriz española dota de naturalidad, efecto y sentimiento a la obra. Es la piedra angular de la cinta. Una realización técnica muy buena, que se ve algo opacada durante el desarrollo del arranque, que ralentiza el frenesí emotivo que, por suerte, se desarrolla después. Una oda a la huella de dolor interno, que se desnuda y no duda en llegar a las entrañas del público.
Álex y Cata, dos jóvenes que viven en las afueras de la ciudad, un lugar desolado lleno de tiendas vacías y bares destartalados donde los sueños acaban desvaneciéndose, llevan toda la vida preparando su huida.....LibélulasCritica: *Lirismo para soportar la falta de esperanzaÁlex (Olivia Baglivi) y Cata (Milena Smit) son las absolutas protagonistas de Libélulas. Dos veinteañeras que viven en una zona deprimida de Madrid y que sueñan con escapar de la miseria. Escapar del dolor, la ausencia, la falta de oportunidades y la oscuridad que se cierne ante ellas. Ambas han sufrido mucho, con madres ausentes y padres enfermos a los que cuidar. Y ambas parecen haber sido olvidadas por una sociedad que ya ni siquiera las mira. Reservándoles exclusivamente territorios vacíos, descarnados y ausentes. Espacios en los que las dos amigas charlan, fuman, ríen y lloran. Por un futuro del que pueden hablar, pero al que no pueden hacer frente.Todo retratado con un lirismo y una sensibilidad muy particular. Forma que Knowles lleva hasta su máxima expresión para componer secuencias bellamente desgarradoras. Fragmentos narrativos que hacen de lo lamentable algo bello. Haciéndose palpable el currículum del director en el terreno de los videoclips. Ya que la música es un recurso continuo durante todo el metraje. Un recurso muy bien utilizado para dar énfasis a la narración, sin caer en el subrayado. Dejando claro que por encima de recursos formales está la verdad de la pareja protagonista.*La unión como resistenciaPorque Libélulas es una historia de la precariedad de una generación y especialmente es el relato de una amistad. La amistad de Cata (Milena Smit) y Álex (Olivia Baglivi), dos chicas que no tienen nada, pero que lo tienen todo al tenerse. Dos jóvenes llenas de dolor y un sentimiento desbordante de orfandad que les hace frágiles como dos libélulas. Pero que, sin embargo, siguen empeñadas en divertirse. Sabedoras que el vínculo que las une es quizás lo que les mantiene ancladas a la tierra. A esa tierra injusta, pero la única que tienen....Libélulas
Frances Mayes (Diane Lane) es una escritora de 35 años que vive en San Francisco cuya perfecta vida acaba de dar un giro de 180 grados. Su reciente divorcio le ha causado una profunda depresión y un bloqueo creativo. Patti (Sandra Oh), su mejor amiga, empieza a preocuparse y decide regalarle una estancia de diez días en la bella Toscana, en Italia. Una vez allí, Frances se encapricha de una villa llamada "Bramasole" (“que anhela el sol”) y decide comprarla. La casa necesita muchas reformas pero Frances está dispuesta a acometerlas. A medida que se va adaptando a su nuevo estilo de vida hará amistades entre sus vecinos.
Simone es un escrupuloso oficial de la Agencia Tributaria que se enamora de Claudia, una joven restauradora que vive de la pensión de su abuela. Un día, la abuela muere repentinamente y Claudia decide meterla en el congelador, con la ayuda de sus dos empleadas y amigas, para poder seguir cobrando la pensión.
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