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Siete amigos negros que se van durante el fin de semana solo para encontrarse atrapados en una cabaña con un asesino que tiene una venganza. ¿Su inteligencia callejera y su conocimiento de las películas de terror les ayudarán a mantenerse con vida? Probablemente no.....The BlackeningCritica: Comedia de terror que, por momentos, parece un episodio alargado de una sitcom. Un grupo de amigos quedan en una cabaña aislada del bosque a pasar el fin de semana. Una vez allí descubrirán que alguien juega con ellos hasta el punto de poner sus vidas en peligro.Director y actores son todos negros pero el público de este film admite cualquier etnia. El baño que se dan de tópicos y estereotipos de su grupo racial está orientado a la sátira y la caricatura, en un ejercicio de autoparodia que luce refrescante por momentos pero que no basta para sostener todo el largometraje. La trama del jugueteo del psicópata a lo Saw no da de sí más que como pretexto para volver al núcleo central del guión, que es la pantomima, así que no esperan un gran desarrollo por esa vía. No se si a Jordan Peele le hará gracia ver que otros miembros de su comunidad se rien de de algo que él se toma tan en serio.A pesar de las intenciones, la comedia que más funciona es la más tosca, dejando al margen los intentos de reírse de los clichés mencionados. Al final, echarle la pota encima a alguien me arrancó la risa con más eficacia que todos los jugueteos alusivos al componente racial y toda la ristra de diálogos presuntamente ingeniosos. Llámenme básico. A la cinta le cuesta mucho entrar en harina, tiene problemas para mantener un ritmo ágil y eso perjudica la diversión. Había intenciones, había personajes, pero alargar lo que no tiene mayor recorrido suele tener estos problemas..... The Blackening
El profesor Christopher Maitland, un coleccionista de antigüedades con tendencias ocultistas, compra una calavera a Marco, un hombre extraño con el que tiene misteriosos tratos. Según Marco, la calavera fue robada de la tumba del Marqués de Sade. Sir Matthew Philips, amigo de Christopher, le advierte del peligro de tocarla, asegurándole que una vez fue suya, pero que se la robaron. Christopher se obsesiona con la calavera, que acaba apoderándose de él y obligándole a cometer una sucesión de horribles asesinatos.
La preocupada artista Cassie sufre con las recurrentes visiones de asesinato, que ella enfrenta al cometer los actos violentos al lienzo. Pero cuando sus visiones comienzan a manifestarse en la vida real, sus amigos y familiares comienzan a aparecer muertos. Al darse cuenta de que sus visiones en realidad proporcionan un vínculo directo con el asesino, Cassie ahora debe confrontar su propio pasado para detener los asesinatos y salvarse a sí misma.
Como consecuencia de una tragedia familiar, una escritora es incapaz de elegir entre el amor de su amigo de la infancia y la tentación que representa un misterioso desconocido. En un intento por escapar de los fantasmas del pasado, se encuentra de pronto en una casa que respira, sangra… y recuerda. Crimson Peak La cumbre escarlataCritica:Visualmente impecable y preciosista, ofrece una aquilatada orgía de texturas, colores, decorados, vestuario, fotografía y efectos de toda índole. Resulta hipnótica y hechizante – se le pueden perdonar incluso ciertos excesos gore que rompen su elegante flujo narrativo – por su abierta apuesta por una iconografía gótica clásica y acreditada, ofreciendo un estallido de sensualidad exacerbada y contagiosa. Sabe utilizar con acierto todos los medios para crear una atmósfera acechante, turbia, ponzoñosa y amenazante. Se divide en dos partes: la primera (situada en la Norteamérica de finales del XIX) es muy satisfactoria y está repleta de aciertos, la segunda parte (situada en una apartada y decadente mansión desvencijada de la Inglaterra profunda) es mucho más discreta y previsible y sucumbe a ciertos tópicos manoseados y adolece de un exceso de trampas y propensión al espectáculo circense. La cumbre escarlataSe nota que a los mandos está un curtido director de fuste, que sabe manipular a su antojo las imágenes que ofrece, crear atmósferas y añagazas, sordidez y mal fario. Pero el guión va perdiendo vigor conforme avanza la trama y se acaba diluyendo, quedando su resultado por debajo de las muchas promesas que el buen planteamiento inicial hacían presagiar. Quizás peque de superficial y, sobre todo, su final parece sacado del baúl de las producciones hollywoodiense menos sugerentes, llena de parafernalia mañosa y sustos sin gracia ni estilo. Por todo ello, el balance global es ambivalente. Sabe a poco porque cabría esperar más y uno tiene la sensación de que han domeñado el afán iconoclasta de su director para amoldarlo al cine más convencional y desactivar cualquier intento por salirse del patrón establecido para obtener un éxito seguro e incontestable. La cumbre escarlataA su favor tiene unos actores pletóricos, que encarnan con convicción y disfrute unos personajes quizás acartonados, pero a los que saben insuflar vida y pasión, arrastrando al espectador por los altibajos, sustos y malos augurios que pueblan la cinta. Ellos sostienen el andamiaje resuelta y vorazmente, ofreciendo más allá de los lugares comunes unas gotas de profundidad y consistencia que se agradecen en est e tipo de propuesta. Sobre todo brilla Jessica Chastain (¡hacer de voluptuosa pécora es tan agradecido!) pero también seduce Tom Hiddleston en un papel quizás menos brillante pero igualmente tóxico y envilecido. La cumbre escarlata
Frank Cotton tiene en su poder un enigmático cubo dotado de poderes extraordinarios. Según antiguas leyendas, es una especie de puerta a seres de otra dimensión que pueden proporcionar placeres sensuales inimaginables. Cotton convoca a estas criaturas, pero sólo le inflingirán tormentos y dolor hasta acabar con él. 20 años después, dos nuevos inquilinos se instalan en la antigua casa de Frank: su hermano y su esposa. La aparición del espíritu de Frank es el principio de una vorágine de horror en estado puro.
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