Doug y Abi son dos padres normales que tienen tres hijos encantadores aunque muy excéntricos. Cuando el estrés de ser padres pone en peligro su estabilidad mental y su matrimonio, deciden realizar un viaje a Escocia con sus hijos. Allí participarán en una gran reunión familiar y se reencontrarán con Gordie, el increíblemente extravagante padre de Doug. Sin embargo, lo que prometían ser unas vacaciones para la reconciliación pronto se convierte en un campo de minas no exento de situaciones hilarantes en el que rencores familiares, malentendidos y egos maltrechos conforman el orden del día. Cuando los niños precipitan un giro inesperado en los acontecimientos, la familia se ve obligada a aparcar sus diferencias y a colaborar, pues de lo contrario corren el riesgo de perder aquello que más aprecian. What We Did on Our Holiday NuestroCritica:Quizás sea más justo mencionar los tenues aciertos de esta apacible y desmayada cinta que amontonar cansinamente las muchas torpezas, simplezas y manipulaciones atolondradas de esta comedia estival de adorable factura y parco calado artístico. Su trama cabe en una servilleta de cafetería y los personajes unidimensionales parecen sacados de un manual del aprendiz a guionista embaucador de familias disfuncionales predispuestas a las reconciliaciones harto inverosímiles, satinada de tirabuzones argumentales empalagosos y requiebros estomagantes. NuestroEl sainete o la astracanada – cuando se interpreta en inglés, ante un paisaje de imponderable belleza y acrisolada fotogenia – parece que cobra altura y deviene en algo mejor de lo que es, pero las apariencias, si somos rigurosos, engañan. Estamos ante una amable, insulsa, previsible, campechana y bobalicona farsa que seduce gracias a utilizar el cebo infalible de unos niños encantadores que roban todas las escenas en las que aparecen y por dar con un tono de confraternización de viaje de fin de carrera que anula el juicio crítico del espectador y deroga la afilada lengua viperina del más torvo de los críticos. NuestroNo sólo de drama vive el hombre, ¡vive Dios! No cabe duda. Y todos necesitamos una válvula de escape para soportar mejor los sinsabores y flagelos del día a día. Escapismo a granel, un chute de depurada adormidera, efluvios de parajes embriagadores que nos hagan soñar despiertos, adorables rostros de querubines jacarandosos que nos transporten hasta las nubes y nos alejen de este valle de lágrimas y nos truequen nuestros desvelos por momentos de lisérgica dicha y alcancemos bucólicos prados pastoriles donde trotar gozosos, como si de un edén glorioso se tratase… Nada que objetar a tan saludable propósito y loable objetivo, si no fuera por la pereza y hastío que genera en un espectador algo más versado en latines. Nuestro
Un ex jugador de fútbol profesional debe retirarse después de una lesión que le cambió la vida y, a medida que pasan los años, desea saber cómo habría sido su vida si hubiera seguido siendo una estrella.....Quiero tu vidaCritica; prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... Quiero tu vida
Sigue las aventuras de Ragnar Lothbrok, el héroe más grande de su época. La serie narra las sagas de la banda de hermanos vikingos de Ragnar y su familia, cuando él se levanta para convertirse en el rey de las tribus vikingas. Además de ser un guerrero valiente, Ragnar encarna las tradiciones nórdicas de la devoción a los dioses, la leyenda dice que él era un descendiente directo de Odín, el dios de la guerra y los guerreros. VikingosCritica: Esta coproducción canadiense-europea y emitida a través de History Channel nos narra la historia de Ragnar, un granjero de extraño origen que busca un futuro de éxito y riquezas mas allá del mar del oeste a través de un largo viaje (Greolandia seguramente).A pesar de solo haber disfrutado de los dos primeros episodios y de una breve presentación tanto de personajes como de trama argumental se nos muestra ante nosotros una buena serie cargada de mitología, magia, luchas de poder, pasión... siempre acompañados de un buen elenco de actores a destacar Travis Fimmel como Ragnar que a pesar de encontrar su origen como modelo muestra buenas dotes interpretativas; y como villano al siempre impecable Gabriel Byrne.Los efectos especiales son pasables, no del gusto del amante de las super producciones pero tampoco de esos que duelen nada mas verlos dignos de series de bajo presupuesto. El maquillaje y puesta en escena mas que notable.He leído varias críticas que hablan de una extrema violencia y toques de gore, cierto es que la serie no es del estilo actual americano carente de sangre y de detalle, pero tampoco lo realista que sería un combate a cuchillo y espada (cosa que tampoco hace falta) ni recreándose en las muertes. Hay que destacar que las críticas a la serie son de medios norteamericanos.
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