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Polonia, 1983. El gobierno comunista ha impuesto la ley marcial para intentar aminorar el creciente poder del sindicato Solidaridad. El país está sacudido por el caso de Grzegorz Przemyk, un estudiante de secundaria, hijo de una poetisa de la oposición, Barbara Sadowska, que ha sido detenido y asesinado a golpes por la milicia. Jurek Popiel, compañero de Grzegorz y único testigo de la paliza, de la noche a la mañana se convierte en el enemigo número uno del Estado.
Un hombre encuentra cierta estabilidad y aceptación tras sufrir una infancia traumática en la que vio cómo su hermana iba a la cárcel tras matar a sus padres abusadores. Pero esto no dura mucho, pues la hermana sale de la cárcel y vuelve a adoptar su papel de hermana mayor mandona y protectora. Madtown CiudadCritica:Drama muy desigual, con algunos momentos logrados, pero que no logra ser una buena propuesta, es demasiado larga y la verdad que mientras más pasan los minutos y se descubre el pasado del protagonista, peor cae. Creo que el personaje de la hermana merecía más. Ciudad También un grave error que comete su director y guionista, es que varias situaciones las cuenta de forma doble, con voz en off y escenas mostrándonos que es lo que se está contando, lo que las vuelve evidentes, no logra que uno se involucre en ellas, se le nota el artificio y la obviedad. Igual no es un bodrio por completo, los personajes del restaurante están bien delineados, los interpretes están correctos, el ambiente de camaradería, también no los diálogos que hay entre ellos, pero la forma en que nos cuentan la dependencia destructiva que tiene el protagonista con su hermana. Creo que a Charles Moore, le hubiera venido bien un colaborador en el guión, que lo ayudara a pulir situaciones, diálogos, y darle un final más interesante y realista a la historia. Ciudad
Joaquín está en silla de ruedas. Su casa, que conoció tiempos mejores, ahora es lúgubre y oscura. Berta, bailarina de striptease, y su hija Betty, llaman a su puerta respondiendo a un anuncio que puso Joaquín para alquilar una habitación. Su presencia alegra la casa y anima la vida de Joaquín. Una noche, mientras trabaja en su sótano, Joaquín escucha un ruido casi imperceptible. Se da cuenta entonces que una banda de delincuentes está construyendo un túnel que pasa bajo su casa con la intención de robar un banco cercano. Al final del túnelCritica:Rodrigo Grande dirige esta película de suspense al más puro estilo Hitchcock (hombre tranquilo e inválido se enfrenta a delincuentes profesionales armado sólo con su inteligencia). Y no sólo se trata de la trama, también el estilo narrativo, los elementos en que se apoya (la música y los efectos visuales), los sorprendentes giros de guión, la sensación de claustrofobia que desprende el protagonista que no puede moverse (incluso su perro, tampoco puede caminar), etc. hace que uno se acuerde del cine del Hitchcock irremediablemente. Al final del túnelLa película mantiene la tensión durante las dos horas que dura. Y, a pesar de que hay pocas escenas de violencia, éstas son impactantes y uno se teme que se repitan en cualquier momento porque se respira constantemente que cualquier cosa puede pasar.Hasta aquí, todo bien. El problema es que todo esto debería estar sostenido por un guión sólido y convincente, y no es el caso. Las situaciones, desde el principio, no atienden a ninguna lógica. El personaje de Berta está metido con calzador, y no digamos el de su hija Betty, que figura en la película con la única función de que el malo sea más malo todavía, y por extensión, Berta más tonta de lo que ya de por sí se podía esperar.A pesar de que casi toda la película se desarrolla en el interior de la casa, se nota que la producción no ha reparado en gastos. La fotografía es excelente y la música está bien, a pesar de que creo que está mal utilizada. Y en el elenco de actores tampoco se han cortado. Leonardo Sbaraglia, Clara Lago, Federico Luppi, Pablo Echarri… no son precisamente actores baratos. Y creo que aciertan, porque la película será un éxito en taquilla, o debería serlo. Al final del túnel
Will Hunting, un conserje del M.I.T., tiene un don para las matemáticas, pero necesita la ayuda de un psicólogo para encontrar el rumbo de su vida.
Don Champagne parece tenerlo todo: un negocio de éxito, una casa perfecta, unos niños perfectos y una esposa ideal...hasta que tiene una aventura con una joven mujer, que empieza a chantajearle a cambio de dinero, amenazando con contárselo a su mujer, bipolar y obsesiva compulsiva. Home Sweet Hell HogarCritica:Que curioso que una película con tan buenos actores y una buena premisa se pierda en la nada por culpa de un guión donde no hay gancho y demasiada previsibilidad. Como una serie B de las películas de los Coen o de Judd Apatow. La historia no está mal pero apenas aprovecha las oportunidades y no le da a Katherine Heigl la cancha que merece. En vez de eso, la historia bascula alrededor del efectivo -pero soso- Patrick Wilson con lo que el gancho también se pierde. La historia no da para mucho, desde luego no para un largometraje, y en vez de aprovechar el tiempo con diálogos inteligentes prefiere centrarse en una acción (cercana al humor negro) que desentona con el conjunto. En definitiva, una comedia negra donde ni te ríes, ni tan siquiera sonríes. Un buen concepto mal ejecutado. HogarTodos los actores coinciden que es más fácil obtener una lágrima del espectador que una sonrisa espontánea, más difícil una carcajada natural que tristeza en el alma, más accesible el drama que la comedia y, no deben ir mal encaminados pues la eterna candidata a novia de América que, desde que dejó su trabajo de enfermera, por aspiraciones mayores, confunde cantidad con calidad, a pesar de su correcto trabajo, esfuerzo y cambio de registro, no consigue ese delirio esperado, esa mueca instantánea, esa diversión y jocosidad urgente como garantía de triunfo de un argumento que se apoya en el absurdo y la excentricidad como base de su andadura pero se excede en las posibilidades de sus pasos, erra en el ritmo y compás, confianza en una fuerza que no domina y que se le escapa, abusa de su inicial propósito de desmadre y locura para quedarse varada a medio camino y ser incapaz de lograr la tan ansiosa perfección de sus intenciones que se quedan en muestra gratuita, sin tentación de compra, pues no hay nada más melancólico que un vendedor que no vende ni nada más penoso que una comedia que se cree delirante y no provoca ni humor ni gracia. HogarMatrimonio bien conjugado que tiene que enfrentarse a crisis personal que resuelven por el camino rápido, obsesiva-manipuladora-dominante-ambiciosa-controladora-maniosa-sádica ella, una Katherine Keigl, aprobada sobre papel pero no degustada con tono y placer en el plano, como devota madre/amante esposa de un necio, bobo, lelo, débil y dominado Patrick Wilson que, al igual que su compañera y a pesar de la corrección, ahínco y fuerza de voluntad, -a ambos les falta chispa, ingenio y salero pues no todo es recitar el texto-, no logra sacar apenas nada de su personaje ya que, si "la paranoia no es más que estar alerta", aquí el guión y los diálogos, las escenas y planteamiento de las situaciones extravagantes y ridículas pecan de estar a las puertas de la gloria y no entrar, a metros de la cumbre y no coronar, acercarse al cielo y quedarse sin sabor, gusto ni paladar. Hogar
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