A finales de la II Guerra Mundial (1939-1945), a un selecto grupo de historiadores, directores de museos y expertos en arte, tanto británicos como norteamericanos, se les encomienda la importante y peligrosa misión de recuperar las obras de arte robadas por los nazis durante la guerra para devolvérselas a sus legítimos propietarios. Era una misión imposible: las obras estaban muy bien custodiadas y el ejército alemán tenía orden de destruirlas en cuanto el Reich cayera. Pero aquellos hombres, en una carrera contrarreloj, arriesgaron sus vidas para evitar la destrucción de miles de años de cultura de la humanidad. The Monuments Men Operación MonumentoCritica:Ser George Clooney no debe ser fácil. No, no es broma. Bueno, un poco. El riesgo que se corre siendo alguien como George Clooney, respetado actor, guaperas incontrovertible, y director en fase de consolidación, es alto. Puede que llegue un día en que estés demasiado contento de haberte conocido. Y salgan cosas como Monuments Men. Con Los Idus de Marzo, Clooney apuntaba maneras como cineasta, especialmente al ofrecer una crónica descarnada de lo que se cuece entre bambalinas durante el patético espectáculo de unas elecciones políticas. Los Idus olía a colonia cara, a puro, a sonrisa de atril y a sexo jugoso de becaria. Olía bien. Operación MonumentoMonuments Men huele mal. Apesta a banderita americana, a edulcorante artificial, a historia real maqueada y envuelta con un lazo de barras y estrellas. Monuments Men arrastra desde el minuto 1 un tufo a lección moral (y de arte) by George Clooney. The man. The American. No, thanks. Operación Monumento“Por nuestra cultura, por nuestro modo de vida…” What? ¿Qué modo de vida, George? ¿Qué modo de vida defendéis, valientes rescatadores de obras de arte? A lo largo de la película, el jefe de la expedición aprovecha para soltar dos o tres peroratas sobre el valor de su misión. Pero no cuela. No hay misión desinteresada en una guerra. Ya somos mayores. Operación MonumentoLos nazis son el enemigo ideal. El diablo hecho carne. Una bendición –y que Dios nos perdone – para los guionistas de Hollywood faltos de inspiración. Es ver una esvástica en una película y ya sabemos que ellos son los que escupen en “nuestro estilo de vida”, nuestra libertad y nuestra cultura. Los nazis expoliaron obras de arte, y muchas fueron quemadas, especialmente aquellas conocidas como “arte degenerado”. Pero no fueron los primeros. Ingleses, franceses, españoles, norteamericanos, chinos… Todos los pueblos, aprovechando las guerras o las expediciones “civilizadoras”, cogieron lo que no era suyo. Y destruyeron lo que no entendían. Hitler quiso abrir un museo con todo lo robado. No pudo. Otros sí han podido. Operación Monumento
La popular leyenda de Robin Hood es revivida mágicamente por Disney. La diversión y el romance aparecen por doquier cuando Robin Hood, el héroe espadachín del Bosque de Sherwood, se desliza de aventura en aventura con su valiente ayudante, Little John, y su desternillante banda. Su objetivo es vencer al malvado príncipe y su ayuda de cámara, Hiss, que tienen atemorizado al pueblo a base de injustos impuestos.
1909. Miguel, un joven profesor, es destinado a un pequeño pueblo de montaña en la frontera entre España y Portugal: Lobosandaus, una aldea inhóspita y de tradiciones ancestrales. Es un hombre de razón, pero no puede controlar sus deseos pasionales y, conforme se acerca el invierno, siente cómo la oscuridad se apodera de todo a su alrededor al tiempo que crece su fascinación por la enigmática Dorinda. En un lugar dominado por la superstición, la extraña muerte de un vecino del pueblo libera a un espíritu libre en busca de un cuerpo que le permita seguir con su existencia, que llevará a Miguel a cuestionar los límites entre el mundo de los vivos y los muertos.
Lao Luo está muy apegado a su amado caballo. Cuando parece que le pueden quitar el caballo, se embarca en un viaje por carretera con su hija Xiaobao y su novio para resolver la crisis.
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