George Lutz y su esposa Kathleen, se mudan a la casa soñada de Long Island con sus hijos solo para que sus vidas se conviertan en una pesadilla infernal. El legado de un asesinato cometido en la casa afecta gradualmente a la familia y se trae a un sacerdote para tratar de exorcizar la presencia demoníaca de su hogar.
Eva, una ex bailarina, ahora vive en una silla de ruedas, incapaz de caminar. Cuando su amiga Sophie le regala un viejo calendario de adviento antiguo de madera antes de Navidad, se da cuenta de que cada ventana contiene una sorpresa que desencadena repercusiones en la vida real: algunas buenas, pero la mayoría malas... Ahora Eva tendrá que elegir entre deshacerse del calendario o caminar de nuevo... incluso si eso causa la muerte a su alrededor....El calendario de AdvientoCritica: Entre lo positivo está la puesta en escena que recrea, prolonga y amplía la arrebatadora estética primigenia: esa llovizna casi constante, esa ausencia de horizonte, claridad y sol, ese opresivo presente de pesadilla que parece abocarnos al abismo, esa mezcolanza entre replicantes y humanos que vuelve confuso lo cotidiano y nos hace desconfiar tanto de lo que vemos como de lo que sentimos; una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... El calendario de Adviento
Ambientada en un precioso pueblo costero de la Riviera italiana, narra la historia sobre el paso a la edad adulta de un chico que vive un verano inolvidable lleno de helados, pasta e infinitos paseos en scooter. Luca comparte estas aventuras con su nuevo mejor amigo, pero toda la diversión se ve amenazada por un secreto muy profundo: él es un monstruo marino de un mundo que yace bajo la superficie del agua...... LucaCritica: Llevo meses contando los días para que se estrenará pues soy muy asiduo a la dupla Disney-Pixar y además soy un apasionado de la cultura italiana. Lástima que de nuevo repita esa misma fórmula de relato clásico que sin duda sigue entreteniendo y divirtiendo a pesar de que ya empiece a trillar. Así como también me ha decepcionado en cierta forma el que, si obviamos el tema “Vespas” sobre el que se sustenta parte del entramado, el hecho de que suceda en Italia es meramente anecdótico con afán de hacer un diseño diferente y tratar una cultura que hasta ahora no habían hecho. Lo que me sabe mal es que a pesar de estar bien ambientada y contar con guiños muy buenos a dicho pueblo, me sigue dando la impresión de que ese escenario está desaprovechado; un país tan rico culturalmente como Italia da más de sí que para una historia veraniega más. Eso sí, no se puede negar que es realmente fidedigna la recreación de ese pueblo pesquero italiano con sus persianas verdes, sus trattorias y sus fuentes de estilo romano.Asimismo, vemos de nuevo, como en “Soul”, que la compañía empieza a tratar temas más adultos, como la emancipación, la madurez, la voz de la conciencia, los celos o la traición propias de esa alocada adolescencia a través de la divertida mirada casi de fábula de un grupo de amigos a quién el verano les hará aprender tanto a ganar, cómo a perder. Además, por primera vez en una película Disney/Pixar vemos resquicios de sangre y hasta algún que otro puñetazo, que, aunque parezcan casi imperceptibles y si parpadeas te los pierdes, gusta ver como la compañía se adapta a la dificultad de los tiempos actuales en los que todo vale y lo gráfico está a la orden del día, ningún niño se escandalizaría por esto ahora con todo lo que se ve ahí fuera a diario..... Luca
Después de sospechar que su vecino oficial de policía es un asesino en serie, un grupo de amigos adolescentes pasan el verano espiándolo y reuniendo pruebas, pero a medida que se acercan a descubrir la verdad, las cosas se ponen peligrosas. Verano del 84CriticaParece imposible dejar de volver, una y otra vez, a esas idealizadas vacaciones de los ochenta. Gracias a la cultura popular, se han revalorizado como un período de extraordinarias aventuras, que vivimos casi como si las fantasías de pantalla grande y pequeña sucedieran en la esquina de la calle. Fuimos grandes, era el mejor de los tiempos, y buena parte del entretenimiento moderno solo guarda reverencia a todo ello.Por eso es de agradecer que 'Verano del 84', consciente del pesadísimo legado que arrastra, se decida por algo diferente, aunque no quiera dejar escapar un regusto a lo de siempre. Porque sí, 1984 fue el año de Conan, el Club de los Cinco, Cazafantasmas y muchos otros. Pero también fue el año de los psicópatas advertidos en el telediario, la vigilancia en suburbios sospechosos y una creciente desconfianza al vecino que siempre saludaba. Tiempos locos generan mentes locas, y eso es algo que la cultura popular olvida, camuflándolas detrás de seres sobrenaturales tras los que no existe peligro "real".Aquí la problemática de esa turbiedad ignorada se condensa, sutilmente, de manera terrorífica, en un cartón de leche, desde el que mira un niño sonriente al que sus padres no volverán a ver. Es entonces cuando Davey Armstrong empieza a observar comportamientos que no encajan con el buen nombre de su vecino, gracias a simples juegos que él y sus amigos llevan a cabo escondiéndose cerca de su casa. Y al principio resulta difícil convencer al grupo de un peligro latente, pero prevalece el sentido de aventura del verano, donde nada parece muy serio y el aburrimiento ha de ser rápidamente asesinado (sobre todo para evitar recordar, demasiado pronto, que los adultos discuten a puerta cerrada y las cosas no duran para siempre).Sin embargo, si siguiera ese camino, este verano ya lo habríamos vivido. Por eso se plantan semillas de insistente duda, acerca de si Davey realmente vigila a un vecino mortífero o solo ve lo que quiere ver, porque la reaparición del amor platónico que fue su niñera le recuerda una edad que no quiere tener. Todos nos acordamos de ese verano en el que jugar a la imaginación se empezó a hacer aburrido, y tal vez de ahí viene la nostalgia ochentera de bordes amables: quizá necesitamos reescribir el pasado para creer que aquel entonces nos enfrentamos al monstruo, y fuimos alguien.Es una impresión metanarrativa que tal vez sus tres directores no buscaban, pero que a la larga acaba propulsando este misterio un poco más allá que otros, saliendo de la pose y el bonito envoltorio. Aquellos años fueron peligrosos, y de vez en cuando no viene mal un trozo de cultura popular que pueda recordarlo. Verano del 84
No volver a mostrar