Modesto, un hombre honrado y trabajador, dirige una sucursal bancaria en la Costa del Sol. Un día, unos atracadores entran en el banco, revientan las cajas de seguridad y lo dejan atrapado dentro. Casualmente, al mirar el contenido de la caja 507, descubre que la muerte de su hija, ocurrida hace algunos años, no fue accidental. Del contenido de esa caja depende también la vida y la seguridad de Rafael, un ex-policía corrupto y sin escrúpulos, que tratará de recuperar esos documentos como sea.
Dani, un buen chico que durante los últimos años de su vida se ha dedicado exclusivamente a cuidar de su padre enfermo, decide retomar su vida tras la muerte de éste. Justo cuando ha decidido emprender un largo viaje, conoce a Mila, una chica tan inquietante y sensual como inestable, que convertirá esa noche en una auténtica pesadilla. Las consecuencias de este encuentro llevarán a Dani hasta tal extremo, que se planteará cosas que jamás habría podido imaginar. No matarásCritica: Como ya comenté en la review de la película anterior del director catalán, parece ser que el cine español se ha especializado en los thrillers, entonces comentaba que los había de alto nivel incluso comparándolos con cine más allá de nuestras fronteras, pero que por el contrario también los había de menos acertados, especialmente por culpa del guion y definía a El Pacto como un thriller al cincuenta por ciento. Pues bien, se puede decir con palabras mayúsculas que David Victori ha alcanzado un nivel de thriller superior con una formula basada en una sola noche de estrés sin vuelta atrás en un asfixiante formato de cuatro tercios que prácticamente te secuestrará en la butaca del cine.Dani es un joven de buen corazón que ha sacrificado los últimos años de su vida para cuidar a su padre terminal. Llegado por fin su descanso, Dani decide salir a cenar lo que le hará conocer sin querer a Mila, un auténtico torbellino de mujer que le llevará hacía un camino sin retorno donde la lucha por la supervivencia se volverá su objetivo principal.Como podéis imaginar por la frase inicial, esta no es una película para corazones sensibles, el guión escrito a tres manos por Jordi Vallejo, Clara Viola y el propio director junto a la frenética música propuesta con gran precisión y acierto por Adrian Foulkes y Federico Jusid parecen tener como objetivo principal el ritmo, rápido y directo, en una historia que cuando arranca ya no se detiene hasta el final y que incluso cuando parece que te va a dar tregua para poder coger aire, vuelve a acelerar para dejarte sin aliento, es tanta la magnificencia que se le da a la acción que ocurre el mismo efecto que con las películas de acción buenas, no hay quien se pare a plantearse la veracidad de los hechos que estamos presenciando, un estrés que permite tapar todas aquellas astillas que en un film con otro ritmo no se podrían pasar por alto ni de cerca.Claro está que no sería posible tal detalle de presión en pantalla si los intérpretes no estuvieran a la altura, y en este caso cabe decir que Mario Casas demuestra un gran control y una evolución continuada recuperando grandes momentos como los que ha tenido en algunos films anteriores, soportando el foco sobre su persona los poco más de noventa minutos de metraje. Pero para referirnos al elenco hay que aplaudir a la sorpresa de la película, bravo por los encargados del casting y a quien haya tenido el valor de dar la responsabilidad a una joven y desconocida Milena Smit, que más allá de protagonizar un videoclip de Els Catarres y de aparecer en unos pocos cortos no se le ha había podido ver antes en pantalla, pero que no ha sido un problema para comerse literalmente el plano, para girarle completamente el mundo al protagonista y para angustiar al espectador de manera más que creíble. Una fuerza en si mismo que cuesta saber que tiene de real y que de personaje.La fotografía viene firmada por Elías M. Félix que junto al diseño de producción y arte al cargo de Balter Gallart logran un aspecto con pinceladas de neo-noir que le vienen francamente bien a este thriller que por momentos quiere ser sucio, así como la dirección de David Victori que juega con la oscuridad de una manera muy inteligente para reflejar la lucha del hombre por la supervivencia en el límite de lo que está bien o está mal. Además de regalarnos grandes escenas como la del encuentro más tórrido entre protagonistas de gran contenido erótico, más por la magistral dirección y coreografía de la sensualidad que por lo que realmente llegamos a ver o el broche final en forma de primer plano para dejar el final abierto.Si con todo lo dicho todavía no te he convencido no deberías ver el film, pero estarías dejando atrás uno de los mejores thrillers del año.
En tiempos de guerra, el traidor, Dou Zhun, envenena a los curanderos para domesticarlos. Uno de los curanderos escapa y es rescatado por una chica. Dou Zhun envía asesinos a perseguirlos, asesinando a los aldeanos con su maldad. Tres años después.
Thriller psicológico sobre una joven apasionada por la moda que misteriosamente puede entrar en la década de 1960, donde se encuentra con su ídolo, un atractivo aspirante a cantante. Pero el Londres de los sesenta no es lo que parece, y el tiempo comenzará a desmoronarse con sombrías consecuencias. Última Noche en el SohoCritica: "Última noche en el Soho" es una peli, cuanto menos, peculiar. Creo que ir a ver está propuesta de Edgar Wright esperando un "thriller psicológico con tintes de terror" al uso (que es un poco cómo se ha vendido en los medios) es una equivocación. Porque no tiene nada de usual lo que vemos en la cinta.Para empezar, la película apuesta y mucho por todo lo visual. Llegando a poner, incluso, mucho más peso aquí que en el guion. Aviso de esto porque creo que es importante saber que nos podemos encontrar al sentarnos en nuestra butaca y, de esta forma, evitar engaños.La cinta es un ejercicio estilístico prácticamente desde el minuto uno. Jugando con la iluminación (Especialmente con las luces de colores, de neón, y sus diversas tonalidades) y con un juego completamente constante de espejos, reflejos e imágenes encadenadas que tienen más la intención de ser hipnóticas que de contar un hecho tangible y concreto (algo que, evidentemente, también hace). Además, si algo consigue muy bien la cinta es jugar con la perspectiva, exprimiéndola al máximo, para que al espectador le resulte difícil discernir qué es real de lo que estamos viendo y qué no lo es. En este apartado, sinceramente creo que es una peli sublime. Me he pasado toda la cinta apabullado por las imágenes, las canciones y las actuaciones de sus dos protagonistas. Que brillan más que las luces que envuelven todo este castillo construido por Wright. Última Noche en el SohoY es en las actrices dónde me gustaría detenerme un poco más. Sinceramente, ambas están descomunales. Demostrando que la nueva ornada de jóvenes actrices viene cargadísima de saber hacer y de talento. En mi opinión, en esta ocasión Thomasin McKenzie gana la partida por poco a su compañera y, si en Hollywood no están a por uvas, debería caerle una nominación por el trabajazo, en mayúsculas, que se marca la chica aquí. Con una combinación de registros que me hace pensar que esta actriz puede hacer lo que le venga en gana en su carrera, si le dejan y le dan la oportunidad.Por último, en cuanto al guion... Creo que es un poco tramposo. Y el punto más flaco de todo el producto. Es efectivo, sin duda. Y consigue mantenerte en tensión desde el primer plano, con ese reflejo en el espejo, hasta el final. Pero tengo la sensación de que podría haber cogido un camino mucho más interesante y lo han abandonado, cometiendo un error, buscando otro tipo de cosas que, a mí particularmente, me encajaban peor en esta historia.En definitiva: Considero que estamos ante una peli notable. Con una mezcla de géneros muy interesante y con una narración visual que hacía tiempo que no me encontraba en una peli. Y que, a pesar de los problemas que pueda tener en su escritura, sabe manejar todos los elementos que tiene a su alcance para crear un producto en el que vernos inmersos durante toda su duración. Muy recomendable. Última Noche en el Soho
Boy (Bill Skarsgård) es un joven sordomudo que deberá enfrentarse a la matriarca de la desquiciada familia Van del Koy que tiene a toda la población bajo su yugo. Tras vivir una trágica infancia, un enigmático chamán (Yayan Ruhian) le ha convertido en un instrumento de venganza listo para hacer justicia. Intentando encontrar su lugar en el mundo, Boy se unirá a un peculiar equipo que decide resistirse a un sistema irracional implantado por la corrupta dinastía.
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