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Kyle Moore es un adolescente que, tras sufrir la separación de sus padres y ser incapaz de encajar en su nuevo hogar, da con una app mágica que hace que las actualizaciones de sus redes sociales se hagan realidad.
En el año 1970, por caprichos del destino, el joven médico escocés Dr. Nicholas Garrigan acaba ejerciendo su profesión en Uganda, un país del que no sabía nada, y allí se ve irreversiblemente unido a un temible personaje: Idi Amin, el reciente nombrado presidente del país africano que comienza a gobernar de forma cruel y sanguinaria. Garrigan comienza a ser el médico personal de un dictador del que se dijo que llegó a practicar el canibalismo.
El joven Peter se ve obligado a abandonar su habitación cuando su abuelo Ed, recientemente enviudado, se muda a su casa. Con la ayuda de sus amigos, Peter declara la guerra a su abuelo para hacerle abandonar la habitación, pero Ed es un testarudo y no va a ponérselo nada fácil.... En guerra con mi abueloCritica: Que la carrera de Robert De Niro ya no es lo que era, no es ningún secreto. Es por ello que ya no sorprende verle en productos de todo tipo, como el que nos ocupa, siendo en este caso la típica comedia bobalicona que no ofrece nada nuevo, siendo una producción familiar perfecta para los menos exigentes. Y ojo al resto del reparto, con profesionales como Uma Thurman (que también vivió tiempos mejores… Tarantino, dónde estás cuando te necesitan…), Christopher Walken (recordar que ya coincidió con De Niro en el clásico El Cazador…) o Jane Seymour, estando su talento muy por encima de un film que no merecía semejante elenco de actores. Pero así son las cosas.La película debería haberse estrenado a principios de 2018 (aunque se podría haber estrenado hace treinta años que nadie notaría la diferencia…), llegando este año por fin a los cines, en plena pandemia. Pues vaya ojo. Los críticos la han machacado sin piedad, siendo una cinta inofensiva, que se consume tan rápido como se ve y que sólo destaca por su llamativo reparto. Eso es todo.La dirección deja bastante que desear, con una labor tras las cámaras bastante endeble y digna de una tv-movie, o de la nueva bobada navideña de Netflix. Me extraña que algo así haya llegado a las salas de cine, cuando hubiese sido una opción perfecta para la plataforma. Ahí han estado lentos.... En guerra con mi abuelo
Un traficante de marihuana se crea una familia ficticia con una stripper y dos jóvenes como parte de su plan para pasar un gran cargamento de Estados Unidos a México.We're the Millers MillerCritica:Me gusta comenzar hablando de una película pudiendo decir que en líneas generales me ha convencido porque es un verdadero alivio. Porque a pesar de algunos defectos o carencias que la susodicha cinta pueda poseer, eres consciente de que sus contras jamás van a superar esa sensación que has experimentado de satisfacción, agrado y disfrute en la mayor parte de su duración. MillerLos aciertos se cuentan a pares; el planteamiento inicial, la original vuelta de tuerca que se le da al esqueleto de lo preestablecido para firmar una comedia que no se aleja demasiado del prototipo, lo bien que encajan los actores en las figuras de los personajes, haciendo un gran trabajo humorístico los cuatro, demostrando que les sobra talento para podérseles aplicar el pedigrí de que son de primera en lo suyo, y los numerosos gags que arrancan carcajadas verdaderas, nada de risas de bote. MillerEl argumento se podría resumir en que, un camello de poca monta, logra reunir a tres personas más, a los que hace pasar por miembros de su familia (mujer, hijo e hija) para convencerlos de pasar droga de México a Estados Unidos, no sin, claro, vivir un millón de hilarantes reveses por el camino. Se trata de una stripper, vecina suya con la que no se lleva demasiado bien, pero que se ve obligada a aceptar debido a su mala situación económica, un adolescente virginal que ya ha alcanzado la mayoría de edad sin ambición ni expectativa alguna de futuro, y una joven incomprendida que se ha ido de la casa de sus padres en señal de rebeldía. A través de esos estereotipos, el director logra hacer una especie de curiosa sátira, reflejando algunos ejemplos de una sociedad de lo más variopinta, con bastante gracia y tino, os he de decir. No voy a adentrarme en exponer los gags que más ataques me han causado, pero os puedo asegurar de que la película hace gracia. No os sentiréis estafados. Otro de los grandes aciertos, es que aún siendo consciente de que el devenir de la película podía haber llegado a ir más lejos, sobre todo en algunas situaciones determinadas te parezca genial. Como ya he comentado, el talento cómico de los cuatro es perfecto, casi innato, aunque buena parte de ello se deba a la dirección y la destreza del guionista. Especialmente destaco a los protagonistas masculinos, unos auténticos fuera de serie. Pero no puedo no pronunciar un notorio reconocimiento al re-descubrimiento de Jennifer Aniston, que por fin se aleja de su monocorde faceta de personaje de descafeinada comedia romántica, siempre falta de rosca, para sumirse de lleno en una creciente vorágine de locura y desfase, desenvolviéndose con nota en ese terreno. Una de las cosas más plausibles del filme, que por achacar algo, quizá se hace (y es) algo largo para lo que pretende contar y que por tanto, se ve desmejorado un poco por momentos, que es lo que le impide alcanzar el tradicional nueve con el que suelo condecorar a las cintas de estas características que me han hecho reír... Pero muy bien. Recomendable. Creo que uno de los mejores trabajos en clave de humor gamberro por encima de otros muchos, que suponen un verdadero fiasco. Miller
Cuenta la historia de la ganadora del Premio Nobel Marie Curie y sus extraordinarios descubrimientos científicos, a través del prisma de su matrimonio con su esposo Pierre, y los efectos sísmicos y transformadores que su descubrimiento del radio tuvo en el siglo XX. Radioactive Madame CurieCritica: Tengo un vago recuerdo de la versión de “Madame Curie” que dirigiera en 1943 Mervyn LeRoy, aunque sin duda es grato y me encantaría volver a revisar, dicho sea de paso. Fue un éxito en su día y, aunque nominada a siete “Oscars”, se fue de vacío. Era el año de “Casablanca” o “La canción de Bernadette” entre otras, es decir, no tenía muchas opciones. Madame CurieDesde entonces, las diferentes versiones se han multiplicado, hasta llegar a la actual, “Radioactive” de 2019, cuyo título original es más acertado que el que han designado en España, “Madame Curie”, que podía haber ido entre paréntesis, en un segundo plano, quizás para aclararle a los más despistados de qué iba la cosa. Y no es porque no se centre en el matrimonio Curie, ni en su tesón ni en sus investigaciones, pero en esta ocasión intentan ser más didácticos si cabe, y hay saltos en el tiempo, no solo “flashbacks” de sus personajes, si que no se nos muestra las consecuencias de experimentos en Arizona en la década de los cincuenta o los desastres de Hiroshima y Chernobyl. Incluso, como si de una clase de primaria se tratase, se nos muestran dibujitos animados sobre el comportamiento de los átomos de los elementos que se estudiaban. Este intento de abarcar más de lo que se debía, rompe el ritmo de la narración, ya de por sí demasiado rutinario. Y es una pena, porque su directora, Marjane Satrapi, podía haber dejado ese academicismo tan impersonal y haberse arriesgado para imprimir un mayor rigor. Es lo que tienen estas coproducciones entre varios países, que se quedan en películas ilustrativas que no son malas, pero a las que les falta alma, y te das cuenta que se quedan a medio camino, sobre todo tratando un personaje tan sumamente atractivo como es Madame Curie.Como era de esperar el envoltorio es bonito: sus decorados, la fotografía, el maquillaje, el vestuario o los actores, que se esfuerzan en dar la mayor credibilidad posible, sobre todo sus protagonistas: Rosamund Pike y Sam Riley. Pero su guion no les facilita, sobre todo a ella, el ser más dúctiles y maleables, variar más sus estados de ánimo, pareciendo en todo momento que hay un cierto mosqueo con el mundo que les rodea. No creo que el mostrar carácter sea eso, sobre todo en un personaje inteligente. Luego, casi de puntillas, se menciona el hecho de que al ser mujer (o por ser una polaca en país extranjero) ella tuviera que esforzarse más aún, pero faltan escenas en que eso se vea, no sólo se diga, por lo que el posible alegato feminista se pierde, porque no termina de centrarse en ello. Madame Curie
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