Otis es un niño de 12 años que descubre desde muy joven la fama de Hollywood. Su padre es un antiguo payaso de rodeo con diversos problemas, ahora sin trabajo, que decide convertirse en su guardián. Cuando Otis no está divirtiendo a un selecto público pasa el rato con él en hoteles de poca monta situados en las afueras de las ciudades a las que acude a grabar. La convivencia entre ambos es muy compleja: Otis se ve obligado a sufrir sus abusos mientras ambos intentar dar sentido a una relación que se reproduce en el tiempo a lo largo de más de una década.....Honey Boy: Un niño encantadorCritica: Honey boy es un trabajo singular. Tan singular que de hecho surgió en las sesiones de terapia a las que se sometió el actor Shia LaBeouf durante su estancia en un centro de rehabilitación. Fue allí donde descubrió que sufría estrés postraumático desde su infancia. Como ejercicio, LaBeouf escribió el guion que luego se acabaría convirtiendo en Honey boy. Es decir, llamar a esta película "un proyecto personal" es quedarse muy corto. Honey boy es mucho más que eso. Es un exorcismo.La película nos muestra la relación entre un actor infantil llamado Otis y su padre, un antiguo payaso de rodeos llamado James que ahora se dedica a acompañar a Otis y ser su representante. Otis (supongo que llamarlo Shia habría sido ya demasiado) está interpretado por Noah Jupe cuando es un niño y por Lucas Hedges cuando es ya un adulto en rehabilitación. Las escenas de Hedges funcionan sobre todo como marco narrativo para contar la historia de la infancia del personaje, que es donde pasamos la mayor parte del tiempo. Y madre mía, qué infancia más chunga.... Honey Boy: Un niño encantador
Un fotógrafo aficionado invita a su peluquera a una cita después de no solo gustarle su apariencia, sino también de admirar su obra. Ella es buena en lo que hace. Él desearía ser tan bueno en su oficio como lo es ella. Parecen tener un futuro juntos y ser compatibles, pero interviene la mano del destino. Ella está envejeciendo rápido.... Efímera como la sakuraCritica: llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... Efímera como la sakura
Un fiscal de distrito se ve implicado en un atropello y fuga y otro hombre es arrestado por su crimen y acusado de asesinato. Reasonable Doubt Una coartada perfectaCritica:Producción canadiense que cuenta en su reparto con la presencia de Samuel L. Jackson, como reclamo, y que presenta la historia de un abogado que se ve implicado en el atropello de un hombre por el que otro ha sido acusado de asesinato.Antes del visionado de la película, la primera duda razonable que se viene a la cabeza es si merece la pena ponerse a ver un producto con claros síntomas de producción televisiva, pero lo cierto es que, una vez da comienzo, presenta un ritmo dinámico y conecta con el espectador al presentar con claridad la compleja situación en la que se ve inmerso el protagonista. Una coartada perfectaLos responsables de la película logran jugar con el suspense, plasmando con acierto las dudas y cuestiones éticas que azotan la conciencia del protagonista, manteniendo la intriga y el interés del espectador en todo momento. Es posible que se adivinen algunas situaciones, llegando a ser previsible, pero lo cierto es que presenta notorios giros de arguméntales que alimentan el interés por el desarrollo del relato. Puede que algunos de estos giros argumentales resulten forzosos, pero se le perdona porque consigue ofrecer un extraño divertimento, donde las situaciones y posiciones de cada personaje se van alternando. perfectaEl papel protagonista recae en Dominic Cooper, que cumple con discreción, en la piel de un personaje que ofrecía numerosas posibilidades dramáticas y que en manos de otro intérprete hubiera dado para más. El secundario habitual, Samuel L. Jackson, cumple con su cometido, pero empieza a parecerse a Nicolas Cage, aceptando cualquier papel que le permita ingresar dinero en su cuenta corriente. Habría que analizar la cantidad y la calidad de las películas en las que ha participado recientemente, y a ver si es capaz de dejar de hacer de Samuel L. Jackson, porque la verdad es que no se aprecian variaciones en sus trabajos. Puede que la calidad del relato y los giros argumentales, junto con las situaciones que presente, resulten un poco forzadas, pero logra ofrecer un entretenimiento dinámico lleno de suspense y momentos de tensión. Una coartada perfecta
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