Como castigo por chocar su auto mientras hablaba por su teléfono celular, una influencer digital debe ir a vivir a la granja de su abuelo para someterse a una "desintoxicación digital" sin señal de teléfono celular y sin selfies...
La vida de la hermana Ada da un vuelco cuando es sorprendida en el convento leyendo a escondidas sobre las vidas de estrellas de cine. Tras serle encomendada una misión evangelizadora en el cruising de El Retiro (Madrid), Ada intentará retomar su carrera de actriz en una ciudad donde ha perdido casi todos sus vínculos, por lo que decide huir a Nueva York -atraída por una deslumbrante ciudad de película-, donde le aguarda un misterioso peligro del que solo escapará a través de la fe en las nuevas diosas de Manhattan.
Izo, un Ronin, y Raiden, un orco, trabajan para llevar a una joven elfa y la varita que lleva a la tierra de los elfos en el norte....Bright: Alma de samuráiCriticA: una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia..... Bright: Alma de samurái
Secuela de la película "Río" (2010) dirigida por Carlos Saldanha, encargado también de esta segunda parte.. Blu, Perla y sus pequeños disfrutan de una vida cómoda, alegre y perfecta en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil. Pero Perla tiene muy claro que sus hijos deben aprender a vivir como los pájaros libres y salvajes que son, y para ello está convencida de que lo mejor es trasladarse al Amazonas. Una vez allí, Blu tendrá que enfrentarse a sus nuevos vecinos y a la idea terrible de perder a Perla y a sus hijos porque decidan vivir en la naturaleza salvaje para siempre. RioCritica:No hace tantos años el cine de animación conformaba una porción mínima entre la avalancha de estrenos que cada temporada llegaba a las pantallas, tanto a nuestro país como al resto de este cada vez más globalizado mundo. Además, aquella pequeña parte del pastel estaba reservada en exclusiva para las periódicas entregas procedentes de la factoría creada por una especie demiurgo llamado Walt Disney, que había dejado un influyente legado casi intratable. El imparable desarrollo de las técnicas de animación digital ha provocado una eclosión de artistas, muchos de ellos surgidos de los estudios Disney, que conformaron pequeñas compañías cuyo éxito, a su vez, ocasionó que fueran fagocitadas por la gran industria, nunca dispuesta a compartir su monopolio industrial. Este fue el periplo de Blue Sky Studios, adquiridos por la Fox en el año 1997, y que le ha reportado incontestables éxitos como La Edad de Hielo, Robots y Río. Detrás de todos estos títulos figura un genio de origen brasileño llamado Carlos Saldanha, verdadero taumaturgo en la plasmación fílmica de los sueños y las fantasías más alucinantes e imaginativas. RioEl incontestable éxito de la historia de un guacamayo azul que se cree el último de su especie le permitió regresar a sus orígenes brasileños, hasta Río de Janeiro. Y de ahí a la selva amazónica en esta segunda entrega titulada miméticamente Río 2. El gran acierto de Saldanha consiste en articular un cuento pleno de colorido y ritmo con un virtuosismo narrativo al servicio de una historia no exenta de tópicos argumentales que se quedan en segundo plano. Es difícil sustraerse a las temáticas ecologistas (simplistas) más trilladas cuando se trata de la selva amazónica, y los personajes humanos son precisamente los que resultan menos sugerentes, pero el resto de fauna pajarera, por otra parte ejemplares reconocibles del carácter de las personas, destilan imaginación a raudales. Asimismo, la selva se transforma en un protagonista fascinante, monumental y de singular belleza para colorear la pantalla. RioAparte de la historia, los personajes, la riqueza visual y el ritmo narrativo, el otro pilar que sustenta y envuelve de manera relucida la segunda entrega de Río es la ambientación musical. Desde la primera escena, ambientada la fiesta de Nochevieja en Copacabana, el barrio más famoso de Rio de Janeiro, los ritmos tropicales, servidos por los compases de John Powell (quien repite tras el Óscar por la partitura de la primera entrega), Sergio Mendes y Carlinhos Brown, atrapan inevitablemente a los espectadores en un limbo de imágenes y sonido, donde no faltan las referencias más populares, como esa simpática versión del éxito I will survive, que popularizara la gran Gloria Gaynor hace treinta y cinco años. La música se completa con unas vertiginosas coreografías que beben indisimuladamente en las fuentes más clásicas del gran musical, precisamente en los orígenes del primer coreógrafo recordado por el público, Busby Berkeley, creador de unos efectos caleidoscópicos que en su momento supusieron un avance que sólo buscaba el efecto visual en la retina del espectador. Una recomendación: si es posible no dejen de ver la película en 3D; en este caso, está más que justificado recrearse en unos efectos tridimensionales convenientemente plasmados, el único peligro (virtual) es que algún pájaro picudo pueda sacarnos un ojo. Rio
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