Para relanzar su carrera, una actriz se apunta a una secuela de gran éxito llena de cómicos percances y aprietos durante la pandemia....La burbujaCritica: una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.... La burbuja
Ante distintos asesinatos con juegos de palabras escalofriantes, una jefa de policía novata y un detective buscan resolver los acertijos mortales de un asesino en serie.
Ambientada en un pueblo costero de Florida, Gifted cuenta la historia de Frank Adler, un hombre soltero que cría a su sobrina Mary tras el fallecimiento de su madre. La niña tiene una gran habilidad para las matemáticas y su abuela Evelyn lo sabe bien. Mientras que su tío intenta que la vida de la pequeña sea lo más normal posible y que disfrute de su infancia, Evelyn tiene otros planes para ella. Como consecuencia, Frank se verá obligado a luchar desesperadamente por su custodia. Gifted excepcionalCritica:La paternidad no es sólo una cuestión genética, sino que trasciende los meros lazos de sangre hasta erigirse en una experiencia inefable que desborda cualquier explicación racional. Como padres solemos exigir que nuestros hijos alcancen lo que nosotros no hemos sido capaces de lograr, convirtiéndolos en una fotocopia apócrifa o mejorada de nosotros mismos, cegados por la ambición y el afán de notoriedad, aunque sea por delegación. Otras veces nos sentimos incapaces de dar a nuestros vástagos todo lo que creemos que nos demandan y eso nos abruma y desalienta, como si nos enfrentásemos a una tarea titánica de utópico éxito. Y como hijos solemos admirar a nuestros progenitores como si fueran la encarnación de todas las bondades y excelencias de la tierra. O bien odiarlos sin límite ni medida porque nos sentimos ignorados o invisibles, envueltos en un resentimiento indeleble que lo mancilla todo. Nuestra incapacidad para ver nuestras propias angustias y para entender los conflictos de los demás es nuestra condena y nuestra penitencia; tanto más grave cuanto más cerca los tenemos y más cercanos los sentimos. excepcionalEstamos ante una modesta película comercial que, sin embargo, nos ofrece un microcosmos rico en matices y rebosante de vida que aborda sin tapujos ni rodeos cómo nos vinculamos con nuestros familiares, los errores que solemos cometer, los aciertos que tendemos a ignorar y las dificultades que encontramos para entablar relaciones sanas y fértiles, más allá de nuestros egoísmos y obcecaciones. Tres generaciones diferentes, cada una con sus heridas, carencias y necesidades, cada una mirando al otro como una herramienta para el propio beneficio y satisfacción, como si fuéramos inmunes a las implicaciones del afecto, del cariño y la seguridad que nos brinda el sentirnos queridos por ser llana y simplemente nosotros mismos, sin manipulaciones ni coacciones en función de unos atributos que esperan o exigen de nosotros. excepcional
Alex y Lisa son una pareja que emprende un largo viaje por carretera para volver al pueblo de sus raíces familiares, ya en su antigua casa, Alex es gradualmente poseído por una entidad maligna, que poco a poco comienza a sustituir su identidad.... Posesión DiabólicaCritica:una fotografía innovadora y sugerente, llena de claroscuros y contrastes, que nos engulle como un torbellino y nos escupe despojos hediondos a cada fotograma; una escenografía espeluznante que desdeña lo efímero y encumbra lo sintético y alambicado. Es decir, en cuanto al universo visual nos hallamos ante una propuesta insólita, apabullante y portentosa, llena de matices y aciertos.Sin embargo, las flaquezas y deficiencias acaban por erigirse en las grandes protagonistas de la función. Un metraje tan desmesurado como innecesario (sobra casi toda una hora), alargando las escenas hasta la inanición y la abulia; una historia tan poco carismática y tan porfiadamente vaporosa que hacedesfallecer el ánimo y obliga a esperar a que la próxima escena rescate del tedio al espectador y haga avanzar la trama hacia algún lugar digno de interés, cayendo siempre en subrayados innecesarios y en tópicos previsibles, ahogando toda ambigüedad y anulando cualquier estímulo. La calma y el reposo casan mal con una supuesta cinta de acción, por muy ensimismada y reflexiva que pretenda ser. Y las cavilaciones sobre la vida, la muerte, los milagros de la existencia y la magia de la procreación resultan tan patosas como primitivas, tan superficiales como chirriantes.Hay algunas escenas aisladas que descuellan y deslumbran, dignas de perdurar en la memoria cinéfila (como, entro otras, ese baile erótico que sobrepone a dos personajes en abigarrado aquelarre de lo imposible o ese ‘nacimiento’ brusco y sin remilgos de una replicante abocada a su exterminio), pero son momentos inconexos y solitarios, que impresionan por su esplendor y singularidad, pero desentonan por carecer de engarce y coherencia.
Viento de libertad se ubica en el verano de mil novecientos setenta y nueve, en la urbe alemana de Pobnek, en Turinga, donde las familias Strelzyk y Wetzel, preocupados por la situación en la Alemania del Este, están agobiados por escapar y evitar la frontera al oeste, en pos de un mejor futuro. De este modo, realizan un plan consistente en volar en un globo aerostático casero por una senda que no tiene vigilancia. Tras edificar el globo en secreto, las familias calculan el instante conveniente en que el viento les asista a llegar a su destino. Mas conforme la data del vuelo se aproxima, uno de los progenitores, Günter, comienza a enseñar serias preocupaciones sobre la capacidad del globo de aguantar a 8 personas en el aire. Las tensiones comienzan a acrecentar entre los adultos, mas el plan se realiza y conforme avanzan sobre la senda, las condiciones climáticas se dificultan, poniéndolos bajo riesgo de caer y ser atrapados por las autoridades.
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