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Un ex agente federal de EE.UU. debe abandonar el programa de protección de testigos y salir de la clandestinidad cuando su casa de Londres es invadido por error debido a una dirección equivocada. Cuando el evento termina con múltiples homicidios, las noticias disparan a aquellos que lo persiguen para enviar al asesino más peligroso de Europa para matarlo. Ahora en la carrera con la vida de su hija en peligro, un padre decidido debe conseguirla a la seguridad antes de que la gente que él ha estado ocultando de rastrearlo abajo. EliminatorsCritica:Una de las últimas del británico Scott Adkins, aunque aquí hacen como si su personaje fuera norteamericano, que ha salido directamente para vídeo, lo que explica su nula pegada. De hecho, hasta ayer no había ninguna crítica en esta página, pero hoy mismo el amigo Trim Belaurde se me ha adelantado por minutos, con lo que me ha quitado la satisfacción del ser el primero en comentarla. Bromas aparte, "Eliminators" es todo aquello que promete un trabajo de Adkins, es decir, peleas y tiros en una trama aparentemente simple. Realmente lo es, pero por ahí hay una extraña relación entre el protagonista, su hijita, Carly (Lily Ann Harland-Stubbs, que es muy monilla) y el villano de la función, interpretado por James Cosmo, que la verdad, es bastante interesante. De hecho, a partir de ella se podría haber hecho un peliculón. EliminatorsEl caso es que para definir cinematográficamente "Eliminators" podemos decir que le falta un hervor. A su favor tiene que es muy directa, nunca aburre y las coreografías de los combates están bien. Por ejemplo, los enfrentamientos con el malvado asesino, Bishop (Wade Barrett), se solventan con eficacia. Por cierto, que este señor es un maestro de lucha libre, con muchos títulos, cosa que se nota en las peleas y se agradece. Ahora bien, el largometraje tiene unas cosas muy infantiles, por no decir bobas. Por ejemplo, el enfrentamiento final es lamentable pero también hay alguna escena más cogida por alfileres, como la confusión inicial, o que no sé a qué vienen, como la trama de la droga, al no ser que sea para sacar en lencería a la atractiva Katie Groark, la chica de la "fiesta". En definitiva, no es buena pero se deja ver. Eliminators
Un pescador, un contrabandista y un sindicato de empresarios coinciden en la posesión de un diamante de valor incalculable.
Brigada 49 se centra en la vida del bombero Jack Morrison (Joaquin Phoenix) mientras ésta pende de un hilo. En su celo por ayudar a rescatar a un ciudadano atrapado, Jack es arrojado a una parte muy profunda de un almacén ahora transformado en una caldera de llamas crujientes, impenetrable humo negro y escombros desplomándose. Aislado de toda ayuda, Jack lucha por sobrevivir, mientras que afuera su mentor y Jefe de Bomberos, Mike Kennedy (John Travolta), lucha por sacar con vida a su mejor amigo. Mientras que los dos hombres hacen una última y desesperada maniobra, Jack pasa revista a su vida desde el comienzo hasta este terrible momento final.
Emprendiendo su guerra individual contra el mundo del crimen organizado, el Castillo del vigilante-héroe despiadado Frank aspira al jefe de la muchedumbre demasiado entusiasta Billy Russoti. Después de que Russoti se abandona horriblemente desfigurado por el Castillo, sale para la venganza bajo su nuevo alias: Jigsaw. Con el «Grupo de trabajo de Punisher» caliente en su rastro y el FBI incapaz de recoger a Jigsaw, Frank debe resistir al ejército formidable que Jigsaw ha reclutado antes de que más de sus malos hechos vayan impunes.
Bill Marks (Liam Neeson), un veterano agente del servicio aéreo de los Marshalls, se siente bastante quemado tanto con el mundo como con su profesión: no entiende su labor como un deber para salvaguardar vidas, sino como un rutinario trabajo de oficina a bordo de un avión. Sin embargo, un día, en un viaje trasatlántico de Nueva York a Londres recibe una serie de misteriosos mensajes de texto, en los que se le pide que inste al gobierno a hacer una transferencia de 150 millones de dólares a una cuenta secreta, pues, en caso contrario, un pasajero moriría cada 20 minutos. El juego del gato y el ratón se desarrollado a 40.000 pies de altura y con la vida de 200 pasajeros pendiente de un hilo. Non-StopCritica:La anterior película del director – Sin identidad – rescataba y ponía al día algunas de las sabias enseñanzas de Hitchcock y del cine de misterio, actualizando dobleces y engaños con pulso firme y auténtico talento visual, ofreciendo un entretenido divertimento que permitía diferentes lecturas y ofrecía un elaborado juego lleno de brillantez y regocijo. Pero con esta cinta se queda en mero artesano adocenado, más interesado en hacer pasar por agudo lo que no deja de ser un esforzado ejercicio de estilo, ayuno de fondo, trivial en su desarrollo y desenlace. El competente reparto se esfuerza por hacer verosímil lo imposible y deja una amarga sensación de artimaña fútil y el conjunto se precipita hacia la inutilidad más pueril. Non-StopHablar de decepción quizás sea excesivo porque la película entretiene y tiene una corrección correosa casi infalible. Pero sabe a poco, a demasiado poco. Cuando se plantea una situación única, hacen falta personajes más sugestivos y complejos para que realmente te interese lo que está pasando y sientas que todo el alboroto merece la pena, pero el embrollo es demasiado artificioso y desordenado, los personajes carecen de alma y los toscos mimbres del engaño se quedan a la vista del espectador como para que acompañemos el devenir con la necesaria tensión que nos haga olvidar el amaño o fingimiento inverosímil del conjunto. Se admira la capacidad de crear tensión en torno a (casi) nada, pero es demasiado poco y demasiado impostado como para proveer un pasatiempo meritorio.En fin, que me lo ha hecho pasar muy bien con esta «Non-Stop» por las nubes. Un agente camuflado, un chantaje millonario y la vida de más de doscientas personas en peligro. La situación es, cuanto menos, dramática, pero ahí tenemos a Bill Marks, un poderoso Liam Neeson que parte la pana como ningún otro héroe de acción, faceta interpretativa que es todo un descubrimiento, máxime si es a los sesenta años cuando se pone a dar puñetazos y a pegar tiros con toda credibilidad. Increíble actor, increíble presencia física, maravillosa interpretación. Hay una sutil diferencia entre los muy buenos y los buenos actores: la solidez del dominio escénico, el empaque de la mirada, diferente a cada personaje. Te olvidas de que Neeson esté actuando y te metes en su trama y en su historia, aunque sea la típica. Bárbaro el momento cinco contra uno. Ahí es nada.Típica, sí, con policía caído en desgracia que tiene que reivindicarse, un montón de pasajeros poniendo caras de pocos amigos para confundir y una defensa, no nacionalista esta vez, sino conservadora de un modo de vida occidental, a pesar de las flaquezas del sistema. Con todo, es tremendamente entretenida y hasta sabe cómo descargar adrenalina (en la recta final, por ejemplo), sobre todo porque simpatizamos por completo con el agente Marks, así que queremos que salga bien librado de todos sus enemigos. Las peleas, de nuevo, tienen el tic nervioso, cosa que me molesta muchísimo, pero vale, qué se le va a hacer. Acompañan al todopoderoso Neeson una simpática Julianne Moore haciendo de pasajera cotilla, el sexy Anson Mount (de quien ya dije que le quedaban genial las gafa) y Michelle Dockery como azafata que estará al tanto de los acontecimientos. Anda por ahí Lupita Nyong’o, pero no se la ve, en serio. Non-Stop
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