Afganistán, 2009. El recién llegado Andrew Briggman (Nat Wolff) es un soldado que trata de destacar dentro de un escuadrón repleto de salvajes militares. Inspirado por la determinación del sargento Deeks (Alexander Skarsgård), Briggman trata de imitar su conducta temeraria, y en seguida consigue escalar puestos. Pero cuando Briggman es testigo de como el pelotón comienza a matar civiles inocentes, tendrá muchas dudas morales al respecto. Entonces tendrá que tomar una difícil decisión: denunciarlo poniendo en peligro su vida o callarse para participar en lo que cree que son crímenes contra los derechos humanos. Esta película bélica basada en hechos reales la dirige el dos veces nominado al Oscar Dan Krauss. Escuadrón de la muerteCriticaEl director Dan Krauss explota una historia real acontecida durante la ocupación norteamericana de Afganistán. Tras el premiado documental ‘The Kill Team’ (2013), filma una película de idéntico título y con los mismos hechos como referencia. Hay dos elementos sustanciales que la convierten en una propuesta de sumo interés. En primer lugar las características intrínsecas a la guerra moderna. Ya no hay enfrentamientos entre países, con sus respectivos ejércitos. Las guerras se libran entre naciones con sus fuerzas armadas, y una amalgama de grupúsculos de difusas fronteras, que varían en composición y objetivos. Se les suele considerar terroristas, dando forma a lo que se ha dado en llamar insurgencia.Surge sin remedio el dilema ético de cuáles son los límites con los que afrontar semejante desafío. El control de daños, la proporcionalidad y legitimidad de muchas acciones abre paso a un debate que está en pañales. La desigualdad de fuerzas entre contendientes hace que hablemos de “guerras asimétricas”. Israel en Gaza, Rusia en Chechenia, los americanos en Irak y Afganistán, la coalición internacional contra el autodenominado Estado Islámico. Los ejemplos son multitud.El segundo elemento que ‘The Kill Team’ aborda con punzantes maneras, es la ocupación de una región por una potencia extranjera. Ganar la guerra parece tarea trivial en comparación con lo titánico que emerge tras ella. La acción se sitúa en Afganistán, tras la invasión americana que depuso a los talibanes. El soldado Andrew Briggman (Nat Wolff), es destinado por su país a la zona. Se siente orgulloso de seguir la estela familiar, en una mezcla de deber patriótico e idealismo a cuestas. Escuadrón de la muerteSus convicciones se pondrán bajo escrutinio tras tener que seguir las ordenes de su sargento primero (Alexander Skarsgård). El desgaste de un conflicto interminable, en un contexto de estado fallido, con la población local en buena medida ajena a los valores que occidente trata de instalar, encuentran en la figura de este sargento un retrato demoledor.Skarsgård dota a su personaje de un recóndito y oscuro carisma. Lo ejerce para llevar a los hombres bajo su mando por los terrenos del frío y vil asesinato de civiles indefensos. Inocentes que pagan el precio de un psicópata en terreno abonado. El desmoronamiento moral de este sujeto, abre en canal las consecuencias derivadas de una presencia militar prolongada y en cierto sentido infructuosa. Que desgasta no sólo principios largamente sostenidos en retaguardia, sino los que debieran inspirar a quienes se encuentran en primera línea.El soldado Briggman zozobra entre cumplir con su obligación o dejarse llevar por el entorno. Lo primero pone en jaque su propia supervivencia, lo segundo es una traición a sus ideales. Llegado el clímax, ‘The Kill Team’ socava el confort en que estamos asentados, lanzando envenenados interrogantes. Escuadrón de la muerte
Godzilla debe luchar contra una criatura de lodo y polución llamada Hedora, que representa la amenaza de la contaminación sobre el planeta.
Un trío de héroes inverosímiles (un dragón, un niño y un brownie del bosque) se embarcan en una aventura épica para encontrar el "Borde del Cielo", el refugio mitológico seguro para todos los dragones. Ben y el dragónCritica: Basada en la novela infantil de la escritora alemana Cornelia Funke, la película relata las aventuras de un trío de personajes –Jung, Piel de Azufre y Lung– cuyo objetivo es encontrar “La Orilla del Cielo”, el lugar donde los dragones puedan finalmente vivir tranquilos. Esa premisa es el arranque de media hora de altibajos para una historia que no consigue atrapar.A una estructura básica, que hemos visto mil veces, se le suma un desarrollo argumental que deja que desear. Este no solo es pobre y algo disperso, sino que no se toma el tiempo para construir las emociones con tal de conectar con el público. Además, trata insustancialmente aquellos puntos más interesantes –como la mezcla entre el mundo de fantasía y la modernidad tecnológica–, dejándolos en algo anecdótico.Desde el inicio, los protagonistas se nos muestran como estereotipos básicos a los que, pese a poder ser interesantes, no se les saca todo el jugo posible y quedan enclaustrados en un camino sin evolución. Paralelamente, aquellos pocos que se sumergen en una especie de cambio lo hacen de una forma apresurada y narrativamente injustificada, dejando vacíos a su paso. Ben y el dragónA todo esto, la adaptación, que desde un primer momento nos puede recordar por pequeñas razones a Cómo entrenar a tu dragón, hace más de un guiño a otras producciones de animación con el objetivo de captar nuestra atención. Sin embargo, esta decisión no consigue resarcir un argumento que se sostiene con pinzas.No obstante, cabe resaltar una animación que, aunque no se asemeja a la de grandes estudios, se nos plantea amable y simpática. Esta da pie a jugar con los colores y las posibilidades de los distintos lugares a los que viajan, al mismo tiempo que atenúa a ciertos personajes y los hace más llevaderos. De esta manera, pese a no sentirnos atrapados por la trama, nos vamos dejando llevar por ella.Dejando algunos de estos puntos de lado, El jinete del dragón puede llegar a ofrecer un rato de distensión a los más pequeños y evadirles a un mundo bastante actual de fantasía. Aun así, el trato superficial de la cinta no asegura que, más allá del divertimento, el filme sea recordado por su público y pueda aportarles mucho más.
Cuando se produce un ataque contra el cuartel general de Kingsman y un nuevo villano se levanta, Eggsy y Merlin se ven obligados a trabajar junto con la agencia americana conocida como el Statesman para salvar al mundo. Kingsman: The Golden Circle KingsmanCritica:Hay una tónica que va escrita a fuego con Kingsman desde su primera entrega: el humor y la exageración. Como no podía ser distinto, Matthew Vaughn ha cogido de nuevo los personajes de Dave Gibbons y Mark Millar y ha creado una gamberra, extralimitada y divertida película de agentes secretos y acción.Acción cuyas escenas, precisamente, ocupan el grueso cualitativo de 'Kingsman: El círculo de oro', siendo las mismas auténticas coreografías repletas de sangre, fuegos artificiales e inverosímiles maneras de disparar y matar. Una oda a todas aquellas contiendas imaginadas entre buenos y malos en un mundo donde los planes del villano principal entran más dentro de lo absurdo que del tópico de la dominación mundial. En este punto del villano hay que sobresaltar la actuación de Julianne Moore, quien lejos de un registro cotidiano para ella, nos regala una mala malísima tan loca como divertida.Es un gran espectáculo al servicio de la diversión para el espectador, contando con excepcionales momentos protagonizados por Taron Egerton y Colin Firth; un Pedro Pascal ambicioso en su interpretación y con Mark Strong, Jeff Bridges y Halle Berry acompañando de manera magnífica a los principales. Si bien echamos en falta algo más de Tatum.Aún así 'Kingsman: El círculo de oro' es una ingeniosa, atractiva y capaz película dispuesta a dejarte boquiabierto y que mezcla los mayores tópicos con las más ingeniosas situaciones. El cine de agentes secretos puede ser serio, pero Matthew Vaughn y compañía han conseguido una vuelta de tuerca y han dejado en el espectador más ganas de esto que es Kingman: gamberrismo, exageración y diversión. Kingsman
Un explorador emprende una de las aventuras más peligrosas de su vida. La posibilidad de encontrar un barco que naufragó cargado de oro, lo lleva a él y a su compañero a enfrentarse con traficantes de armas y a la maldición que rodea al cargamento.
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